martes, 10 de febrero de 2009
LOS 3 TONTOS DE LA COLINA...
Nobama ha querido mostrar a sus lectores a los responsables de que hoy estemos más cerca del Socialismo que ayer. Aún después de oír al Mentiroso en Jefe negar en su Conferencia de Prensa que esta Ley es un fraude y que está llena de “Grasa” y de proyectos mascota de la extrema izquierda del Partido Demócrata, estos 3 traidores votaron a favor de esta Abominación que nos llevará a la catástrofe, a la verdadera no a la que anuncia para asustarnos el “Nuevo Mesías” de Washington. Esperemos que la nueva dirección del Partido Republicano escuche a su base natural y apoye una alternativa en las próximas primarias, la primera será en Pennsilvannia en 2010. Los tres son Republicanos Sólo de Nombre (RINO) por lo que es mejor que ya de una vez se vayan con aquellos con quienes usualmente votan: La extrema izquierda del Partido Demócrata.
Nobama
Nueva York, 10 de febrero de 2009
lunes, 9 de febrero de 2009
DÍA ACIAGO PARA LOS ESTADOS UNIDOS
No por esperado deja de ser triste lo que hoy acaba de suceder en el Senado de los Estados Unidos. 61 senadores votaron por cerrar el debate del supuesto "Plan de Rescate Económico", por lo que hemos avanzado un paso más hacia el Socialismo, la destrucción y la verdadera catástrofe económica en los Estados Unidos. Entre esos 61 senadores, necesitaban 60 votos, votaron a favor 3 supuestos republicanos, el Partido Republicano debía sacarlos de sus filas y dejarlos que se fueran al otro bando, si de todas formas en las cuestiones realmente importantes votan con la izquierda y lo hacen porque en el fondo son iguales. Si el Partido Republicano quiere volver a ser mayoría, debe apoyar otros candidatos cuando lleguen las primarias senatoriales en esos estados. Nuestro respetos para aquellos Republicanos que unanimemente se enfrentaron a la imposición del "ungido".
Nobama
Nueva York, 9 de febrero de 2009
Nobama
Nueva York, 9 de febrero de 2009
¡BUUU!… QUE AHÍ VIENE EL COCO…
"No me importa si usted maneja un híbrido
o un SUV. Si usted se dirige hacia un precipicio
tiene que cambiar de dirección".
Barack Hussein Obama
o un SUV. Si usted se dirige hacia un precipicio
tiene que cambiar de dirección".
Barack Hussein Obama
Hablemos claro: Los Estados Unidos no se dirigen hacia un precipicio. Y el Presidente Obama lo sabe, pero, una vez más, acaba de decir que así es, por lo que en su nuevo papel de Campañista en Jefe, le está haciendo a nuestro país un flaco servicio, porque además de no ocuparse de lo que tiene que hacer como Presidente, que es gobernar, sigue en campaña aunque esta terminó el día de las elecciones. ¿Habría que preguntarse entonces a qué viene todo este alboroto, como si de ello dependiera su elección como Presidente? Él sabe que la aprobación del llamado “Plan de Estímulo Económico” tiene garantizada su aprobación en el Senado y que se convertirá en Ley, gracias principalmente a 3 Senadores supuestamente Republicanos, pero que en realidad son lo que llamamos RINO (Republicanos Sólo de Nombre). Estos tres legisladores de la ignominia: Arlen Spector, Senador por Pennsylvania y de triste recordación al frente del Comité Judicial del Senado, Susan Collins y Olimpia Snowe, estas últimas Senadoras por Maine, se han aliado con Obama para llevar adelante este plan que será lo que realmente lleve a este país a la catástrofe.
Y “catástrofe” sigue siendo la palabra favorita del "Mesías", convertido esta vez en Zeus tronante que amenaza e intenta asustarnos. Si calificáramos de exageración esa expresión tal y como la presenta Obama, sería una trivialización por nuestra parte de los oscuros propósitos del “iluminado”; del “único” que puede timonear nuestra nave hacia “el mar de la felicidad del socialismo”. El Presidente aplica los mismos métodos de todos los populistas que han llegado al poder por la vía electoral: la agitación de masas con promesas que jamás serán cumplidas, la descalificación moral de los que disienten de su punto de vista, combinada muy bien con los ataques por parte de su maquinaria propagandística en la Gran Prensa y en el extrema izquierda demócrata.
¿Estaremos en realidad a las puertas de un cataclismo económico? Según Obama, sí. Él escribió lo siguiente en The Washington Post: "Para todo el mundo está claro ahora que heredamos una crisis económica tan profunda y espantosa como ninguna otra desde los días de la Gran Depresión" Pero ¿cómo sabe Obama que esta crisis es realmente más “profunda y espantosa” que otras que ya hemos visto? ¿Será que su condición de “Mesías” lo hace omnisciente?
Lo cierto es que la verdad contradice sus apocalípticas amenazas. Por ejemplo, las cifras publicadas el viernes, colocan el desempleo en los Estados Unidos en 7.6%, con cerca de 600,000 empleos no agrícolas eliminados en el mes de enero, la mayor pérdida de empleos en un mes en 34 años. Sí, estamos en una recesión y no leve. ¿Pero significan estas cifras que estamos tan siquiera cerca de los peores tiempos? Muchos responderían de forma afirmativa y creen firmemente que esta es la peor recesión desde la Gran Depresión, porque el Presidente que está para gobernar con la verdad y no para asustar, así como esos políticos en el Capitolio a quienes la boca se les llena de saliva sólo de pensar en los millones de millones que tendrán para gastar, repiten como un mantra, la misma cantaleta; el mismo sonsonete, una y otra vez, siempre con la “ayuda desinteresada” de la Gran Prensa” a quien, en gran parte, Obama debe su elección. Por eso necesitamos comparar algunas cifras y algunos hechos para realmente concluir si esta recesión es (o será) "peor", por ejemplo que las de 1973 a 1975 o la de 1981 a 1982.
Digamos que durante los años 30, el desempleo se disparó más allá del 10%, 20% y 25%, con un Producto Doméstico Bruto, totalmente plano o en reducción continua. Y esta situación se prolongó durante años.
Pero la promoción presidencial de que estamos condenados a la destrucción es lo que puede llevarnos a una verdadera “catástrofe”.
¿Qué inversionista pondría su dinero en nuestra economía si estamos tan cerca de la Depresión? ¿Quién se decidiría a crear empleos? Sí, como decíamos, el Presidente logrará la aprobación de su paquete con todo este alarmismo que ha desatado. Pero de qué servirá si en el proceso lo que hará es hundir irremediablemente la economía. Para el bien de la nación, ninguno, para sus planes de Ingeniería Social le viene como anillo al dedo.
Un Presidente responsable y democrático debe ser una voz que llame a la calma y a la determinación, debe ser fuente de fortaleza hacia la que los ciudadanos, todos, los que le votaron, y los que no, se vuelvan con confianza. En resumen lo que sentían los norteamericanos cuando eligieron a Ronald Reagan. Asustar a la gente a muerte, conque se nos viene encima una catástrofe y hacer alusiones infundadas a la cercanía de la Gran Depresión, si no hacemos lo que él, dueño de la verdad absoluta, nos dice, no es una actitud muy presidenciable que digamos.
Las Recesiones casi siempre han terminado en un año o año y medio, aún cuando no existían ni la Reserva Federal ni las teorías Keynesianas. Las deudas deben reducirse y los excesos de inventario venderse y en consecuencia, podrán recobrarse los precios de las acciones en la bolsa y la riqueza. Esos procesos sanativos, que dicho sea de paso, se logran dejando que el mismo mercado se ajuste y con regulaciones imprescindibles por parte del gobierno, no toman años como el señor Presidente afirma.
Aumentar la deuda nacional como se proponen Obama y sus acólitos, es la verdadera catástrofe apocalíptica que podría venir sobre nosotros. Si de verdad, como dice, usted quiere ayudar a la clase media y a los más necesitados, ayúdelos a mantenerse en sus casas, a conservar sus autos, en fin a que continúen con sus vidas, no nos endeude más de lo que estamos, porque con ello sólo logrará que el consumidor gaste menos, que las corporaciones no se expandan y que no crezca la economía. El aumento de la deuda es el verdadero Coco a temer, Señor Presidente. No ese que usted pretende vendernos para llevarnos hacia ya sabe usted qué cosa. Que no somos ni ciegos, ni bobos.
¡Majestad, está usted desnudo! Es hora ya de que se ponga la ropa y gobierne!
Nobama
Nueva York, 9 de febrero de 2009
viernes, 6 de febrero de 2009
Así habló nuestro Asustador en Jefe, Campañista en Jefe, Gastador en Jefe y Presidente, el Querido Líder, Camarada Obama
Nuestro Querido Líder y Camarada Presidente Obama, tiene razón. Sería una “catástrofe” si no se aprueba una ley de estímulo económico. Pero tendremos una catástrofe mayor si del Capitolio sale a la firma del Camarada Presidente esta basura que supuestamente es una ley de estímulo.
Decenas de miles de millones en nuevos gastos para edificios del gobierno federal. Más de $300 mil millones en nuevos gastos en paquidérmicos programas gubernamentales como Medicaid que ya de por sí están inflados. Esa no es una ley de estímulo para We The People, esa es una ley de estímulo para el gobierno.
Este se supone que sea un paquete de rescate económico para nosotros los contribuyentes, para las casi 800 mil personas que han perdido sus trabajos en la industria desde diciembre de 2007, para los 7 mil que quedaron fuera en Home Depot la semana pasada, para las más de 1,000 personas que acamparon durante el fin de semana en Miami para solicitar uno de los 35 empleos de bombero que serán cubiertos.
Necesitamos ayuda ahora, no en 2010 (cuando se gastarían $356 mil millones), no en 2011 y después (cuando se gastarían $293 mil millones). Sí más del 60% se gastaría más de un año después, eso no es estimular la economía, eso es simplemente tomarnos el pelo.
Las encuestas muestran que el apoyo a este plan es cada vez menor y eso es así porque los norteamericanos sabemos distinguir muy bien entre una liebre y un gato y este emite maullidos ensordecedores.
Si el Congreso Demócrata y el Camarada Presidente quieren gastar $4 mil millones en campañas para dejar de fumar y contra la obesidad, deben proponer una ley para ello, discutirla, aprobarla y firmarla. Pero no incluirlas en nuestra Ley de estímulo económico. Francamente, esto resulta obsceno e insultante.
¿Vale acaso la pena gastar $6 mil millones para hacer que los edificios federales sean más verdes? Quizás, ¿pero en qué cabeza cabe que ello sirva para salvar nuestra economía de la catástrofe?
¿Necesita acaso el Instituto Nacional de Normas los $357 millones extra que le regala la ley de “estímulo”? Su presupuesto del pasado año fue de $931 millones.
¿Necesitamos acaso gastar $1.1 mil millones ahora para crear el Consejo Coordinador Federal para la Investigación de la Eficiencia Comparativa? Sí, suena a organismo creado en La Habana por el Querido Gran Líder de allá. Pero no, no es una broma, no es para reírse. Es una verdadera desvergüenza, un insulto a la inteligencia de We The People. Es un regalo para todos los proyectos mascotas de los Demócratas en Washington. Y nuestro Gastador en Jefe y Querido Gran Líder, el Camarada Presidente Obama lo sabe muy bien.
Después de dos semanas en la Presidencia es tiempo ya de que Trabaje y se calle la boca, que comprenda que ya la campaña terminó y que es hora de dejar de hacer política, de pronunciar discursos amenazadores para asustarnos. Llegada es ya la hora de poner el dinero de We The People donde realmente rinda el beneficio que esperamos y necesitamos. No es con arrogancia, ni con pataletas de niño malcriado que logrará el bipartidismo que tanto anunció. No es con voluntarismo y actitudes dictatoriales de dictar a los legisladores qué deben y qué no deben hacer; no es amenazándoles con que si escuchan a un comentarista radial conservador no lograrán nada, que nuestra nación evitará el colapso de nuestra economía y que deje de ser la superpotencia que nos garantiza nuestra seguridad. Es hora, finalmente, que relea la Constitución y de que Gobierne y escuche a We The People.
¿Quién le dijo a usted que quiénes votaron por sus promesas de Cambio en Washington, votaban también para que usted se convirtiera en un Presidente al estilo de Hugo Chávez? ¿De dónde saca usted que la mayoría de los norteamericanos queremos navegar en el “Mar de la Felicidad” del Socialismo? We The People no somos esos corifeos que le aplauden todos sus desplantes y le miran embobecidos cuando firma la destrucción de la trama profunda que tejieron los Padres Fundadores de esta nuestra Gran Nación Americana. Para nosotros en Nobama ese es su propósito, aprendido muy bien de su mentor Saul Alinsky.
Que no somos “tontos de la cabeza”, Camarada Presidente.
Nobama,
Nueva York, 6 de febrero de 2009
Decenas de miles de millones en nuevos gastos para edificios del gobierno federal. Más de $300 mil millones en nuevos gastos en paquidérmicos programas gubernamentales como Medicaid que ya de por sí están inflados. Esa no es una ley de estímulo para We The People, esa es una ley de estímulo para el gobierno.
Este se supone que sea un paquete de rescate económico para nosotros los contribuyentes, para las casi 800 mil personas que han perdido sus trabajos en la industria desde diciembre de 2007, para los 7 mil que quedaron fuera en Home Depot la semana pasada, para las más de 1,000 personas que acamparon durante el fin de semana en Miami para solicitar uno de los 35 empleos de bombero que serán cubiertos.
Necesitamos ayuda ahora, no en 2010 (cuando se gastarían $356 mil millones), no en 2011 y después (cuando se gastarían $293 mil millones). Sí más del 60% se gastaría más de un año después, eso no es estimular la economía, eso es simplemente tomarnos el pelo.
Las encuestas muestran que el apoyo a este plan es cada vez menor y eso es así porque los norteamericanos sabemos distinguir muy bien entre una liebre y un gato y este emite maullidos ensordecedores.
Si el Congreso Demócrata y el Camarada Presidente quieren gastar $4 mil millones en campañas para dejar de fumar y contra la obesidad, deben proponer una ley para ello, discutirla, aprobarla y firmarla. Pero no incluirlas en nuestra Ley de estímulo económico. Francamente, esto resulta obsceno e insultante.
¿Vale acaso la pena gastar $6 mil millones para hacer que los edificios federales sean más verdes? Quizás, ¿pero en qué cabeza cabe que ello sirva para salvar nuestra economía de la catástrofe?
¿Necesita acaso el Instituto Nacional de Normas los $357 millones extra que le regala la ley de “estímulo”? Su presupuesto del pasado año fue de $931 millones.
¿Necesitamos acaso gastar $1.1 mil millones ahora para crear el Consejo Coordinador Federal para la Investigación de la Eficiencia Comparativa? Sí, suena a organismo creado en La Habana por el Querido Gran Líder de allá. Pero no, no es una broma, no es para reírse. Es una verdadera desvergüenza, un insulto a la inteligencia de We The People. Es un regalo para todos los proyectos mascotas de los Demócratas en Washington. Y nuestro Gastador en Jefe y Querido Gran Líder, el Camarada Presidente Obama lo sabe muy bien.
Después de dos semanas en la Presidencia es tiempo ya de que Trabaje y se calle la boca, que comprenda que ya la campaña terminó y que es hora de dejar de hacer política, de pronunciar discursos amenazadores para asustarnos. Llegada es ya la hora de poner el dinero de We The People donde realmente rinda el beneficio que esperamos y necesitamos. No es con arrogancia, ni con pataletas de niño malcriado que logrará el bipartidismo que tanto anunció. No es con voluntarismo y actitudes dictatoriales de dictar a los legisladores qué deben y qué no deben hacer; no es amenazándoles con que si escuchan a un comentarista radial conservador no lograrán nada, que nuestra nación evitará el colapso de nuestra economía y que deje de ser la superpotencia que nos garantiza nuestra seguridad. Es hora, finalmente, que relea la Constitución y de que Gobierne y escuche a We The People.
¿Quién le dijo a usted que quiénes votaron por sus promesas de Cambio en Washington, votaban también para que usted se convirtiera en un Presidente al estilo de Hugo Chávez? ¿De dónde saca usted que la mayoría de los norteamericanos queremos navegar en el “Mar de la Felicidad” del Socialismo? We The People no somos esos corifeos que le aplauden todos sus desplantes y le miran embobecidos cuando firma la destrucción de la trama profunda que tejieron los Padres Fundadores de esta nuestra Gran Nación Americana. Para nosotros en Nobama ese es su propósito, aprendido muy bien de su mentor Saul Alinsky.
Que no somos “tontos de la cabeza”, Camarada Presidente.
Nobama,
Nueva York, 6 de febrero de 2009
EL HIMNO NACIONAL DEL QUERIDO GRAN LÍDER EL CAMARADA PRESIDENTE OBAMA
Gracias Glen Beck por regalarnos este delicioso montaje que sintetiza certeramente lo que es y será la presidencia del “Ungido”.
A continuación la traducción de la letra del Himno:
¡Aclamemos todos al Mesías!
¡Obama! ¡Obama!
El camino a la nueva
patria socialista.
¡Nuestro salvador!
¡Nuestro salvador!
¡Obama! ¡Obama!
El líder más famoso
que Lindsay Lohan.
¡Inclínense y alaben al único!
Dadle vuestro dinero
y vuestras armas.
Danos un país
del que tu esposa se sienta orgullosa.
El Señor Barry sana a los amargados
blancos y apegados a su fe
y a las armas.
Esperemos por el Cambio
de la esperanza del Cambio.
Nobama
Nueva York, 6 de febrero de 2009
CASTRO I Y EL CAMARADA PRESIDENTE OBAMA O DOS NARIZONES NO SE PUEDEN BESAR

jueves, 5 de febrero de 2009
DEL FAMOSO TOPE SALARIAL Y OTROS CUENTOS DE CAMINO DEL CAMARADA PRESIDENTE OBAMA
El tope salarial del Presidente Obama para los ejecutivos en las firmas que han recibido dinero del paquete de ayuda de emergencia para la salvación puede que haya estado dirigido a desviar la atención de los norteamericanos de los problemas con los impuestos de los nominados por su administración, o quizás como una suerte de sonda de prueba, pero en cuanto a su impacto concreto, ¡oh sorpresa! Será casi ninguno. Cero. Zip. Nada.
¿Entonces por qué formar tanto alboroto con este asunto? La respuesta es muy sencilla: Washington se prepara para despilfarrar cerca de 1 millón de millones (un trillón) en la economía y una tan enorme cantidad de dinero traerá, como se dice en Cuba mucho “pitirre en el alambre”, ditto, que llevará una gran parte de los proyectos que la extrema izquierda del Partido Demócrata ha soñado por años aprobar y que ahora, con la ayuda de algún que otro RINO (Republicano sólo de nombre) en el Senado verán su sueño hecho realidad a costa de nuestro dinero de los impuestos y sin que ello represente la creación de puesto de trabajo alguno.
“Tenemos que asegurarnos de que el dinero de los contribuyentes no esté subsidiando paquetes de compensación excesivos”, dijo el Presidente Obama ayer cuando anunciaba el famoso tope salarial.
La medida establece un tope salarial de 500 mil dólares en el salario de los ejecutivos de las firmas que reciban esta ayuda de emergencia “excepcional” para la salvación, esto quiere decir las firmas que más reciben como Citigroup y AIG.
Sin dudas que para quien aquí llamamos “Average Joe” esto dejará una tremenda impresión, pero ¿Y en Wall Street? Bueno no mucha. ¿Por qué? Por algo muy simple: Las firmas que ya han recibido la ayuda de emergencia para la salvación están exentas de la medida, ya que el tope salarial no es retroactivo. Y porque en cualquier otra “excepcional” compañía que acepte el tope salarial, veremos como sus más talentosos gerentes se darán ellos mismos una ayuda “excepcional” utilizando la puerta de salida. Simplemente se marcharán y se acabó. Será como alguien comentó “un pacto suicida corporativo”.
En cuanto al resto de las compañías: Son muy pequeñas para representar alguna diferencia. Y esto Obama lo sabe muy bien. Por lo que el famoso tope salarial es un engaño más del Comandante en Jefe del Cambio hacia el desastre.
O, como dijo ayer el Representante Republicano por Indiana, Mike Pence, (no es un RINO) refiriéndose al tope salarial: “Hay un precio a pagar cuando usted invita a un gorila de 800 libras a su salón de reuniones”.
No cabe dudas de que cuando el Presidente del país tiene la voluntad y el poder de Dictar, con mayúsculas, las reglas y salarios al sector privado, nuestro capitalismo entra en un mar de aguas revueltas que puede conducirnos a una forma económica que hasta hoy ha fracasado sonadamente donde quiera que se ha aplicado, incluyendo los gastados ejemplos de Europa Occidental, donde los países gobernados por partidos de esa ideología tienen una inflación y cifras de desempleo de dos dígitos; algo sólo visto en este país durante la Presidencia de Jimmy Carter. Desde sus inicios, Nobama estuvo en contra de la llamada “ayuda de emergencia de salvación” (bailout), la cual de no haber exisitido habría mantenido al gobierno alejado de los “Salones de reuniones corporativos” de la industria financiera y nos habría evitado todos estos dolores de cabeza. Pero lamentablemente al final de su mandato, al ex Presidente Bush, se le aflojaron las piernas y no quiso dejar como legado, pensaba él, un país en una grave crisis económica.
El resultado es que en su legado siempre estará el que no fue fiel a sus principios conservadores y liberales en este asunto y lo que es peor, le abrió las puertas a la insaciable extrema izquierda demócrata en sus ansias de aplicar la Ingeniería Social que nos llevará a ese encrespado y turbulento “mar de la felicidad” que es el Socialismo.
Ahora, nuestro flamante nuevo Presidente se lanza al ataque y se dedica a asustar al pueblo norteamericano para presionar al Senado a que apruebe su famoso Plan lleno de programas mascotas que nos endeudará hasta el último pelo. Para los que conocemos como funciona la propaganda del socialismo no nos cuesta mucho trabajo ver lo “que duerme” detrás de todos estos golpes propagandísticos que el Camarada Presidente nos dispara desde hace dos días. Pero curiosamente en todas las encuestas cada día es menor el apoyo del pueblo norteamericano a sus disparatado Plan Económico. Así que adelante ”Querido Gran Líder”. ¡Tiene usted la palabra Camarada Presidente!
Nobama
Nueva York, 5 de febrero de 2009
¿Entonces por qué formar tanto alboroto con este asunto? La respuesta es muy sencilla: Washington se prepara para despilfarrar cerca de 1 millón de millones (un trillón) en la economía y una tan enorme cantidad de dinero traerá, como se dice en Cuba mucho “pitirre en el alambre”, ditto, que llevará una gran parte de los proyectos que la extrema izquierda del Partido Demócrata ha soñado por años aprobar y que ahora, con la ayuda de algún que otro RINO (Republicano sólo de nombre) en el Senado verán su sueño hecho realidad a costa de nuestro dinero de los impuestos y sin que ello represente la creación de puesto de trabajo alguno.
“Tenemos que asegurarnos de que el dinero de los contribuyentes no esté subsidiando paquetes de compensación excesivos”, dijo el Presidente Obama ayer cuando anunciaba el famoso tope salarial.
La medida establece un tope salarial de 500 mil dólares en el salario de los ejecutivos de las firmas que reciban esta ayuda de emergencia “excepcional” para la salvación, esto quiere decir las firmas que más reciben como Citigroup y AIG.
Sin dudas que para quien aquí llamamos “Average Joe” esto dejará una tremenda impresión, pero ¿Y en Wall Street? Bueno no mucha. ¿Por qué? Por algo muy simple: Las firmas que ya han recibido la ayuda de emergencia para la salvación están exentas de la medida, ya que el tope salarial no es retroactivo. Y porque en cualquier otra “excepcional” compañía que acepte el tope salarial, veremos como sus más talentosos gerentes se darán ellos mismos una ayuda “excepcional” utilizando la puerta de salida. Simplemente se marcharán y se acabó. Será como alguien comentó “un pacto suicida corporativo”.
En cuanto al resto de las compañías: Son muy pequeñas para representar alguna diferencia. Y esto Obama lo sabe muy bien. Por lo que el famoso tope salarial es un engaño más del Comandante en Jefe del Cambio hacia el desastre.
O, como dijo ayer el Representante Republicano por Indiana, Mike Pence, (no es un RINO) refiriéndose al tope salarial: “Hay un precio a pagar cuando usted invita a un gorila de 800 libras a su salón de reuniones”.
No cabe dudas de que cuando el Presidente del país tiene la voluntad y el poder de Dictar, con mayúsculas, las reglas y salarios al sector privado, nuestro capitalismo entra en un mar de aguas revueltas que puede conducirnos a una forma económica que hasta hoy ha fracasado sonadamente donde quiera que se ha aplicado, incluyendo los gastados ejemplos de Europa Occidental, donde los países gobernados por partidos de esa ideología tienen una inflación y cifras de desempleo de dos dígitos; algo sólo visto en este país durante la Presidencia de Jimmy Carter. Desde sus inicios, Nobama estuvo en contra de la llamada “ayuda de emergencia de salvación” (bailout), la cual de no haber exisitido habría mantenido al gobierno alejado de los “Salones de reuniones corporativos” de la industria financiera y nos habría evitado todos estos dolores de cabeza. Pero lamentablemente al final de su mandato, al ex Presidente Bush, se le aflojaron las piernas y no quiso dejar como legado, pensaba él, un país en una grave crisis económica.
El resultado es que en su legado siempre estará el que no fue fiel a sus principios conservadores y liberales en este asunto y lo que es peor, le abrió las puertas a la insaciable extrema izquierda demócrata en sus ansias de aplicar la Ingeniería Social que nos llevará a ese encrespado y turbulento “mar de la felicidad” que es el Socialismo.
Ahora, nuestro flamante nuevo Presidente se lanza al ataque y se dedica a asustar al pueblo norteamericano para presionar al Senado a que apruebe su famoso Plan lleno de programas mascotas que nos endeudará hasta el último pelo. Para los que conocemos como funciona la propaganda del socialismo no nos cuesta mucho trabajo ver lo “que duerme” detrás de todos estos golpes propagandísticos que el Camarada Presidente nos dispara desde hace dos días. Pero curiosamente en todas las encuestas cada día es menor el apoyo del pueblo norteamericano a sus disparatado Plan Económico. Así que adelante ”Querido Gran Líder”. ¡Tiene usted la palabra Camarada Presidente!
Nobama
Nueva York, 5 de febrero de 2009
15 días de Obama ya parecen una eternidad

miércoles, 4 de febrero de 2009
¿ERROR, PROBLEMA DE JUICIO O THE CHICAGO WAY?
A sólo dos semanas de que el Presidente Obama prometiera a la nación que “una nueva era de responsabilidad” se inauguraba con su toma de posesión, pareciera que los hechos contradicen la promesa presidencial.
Primero fueron los informes de que Timothy Geithner, debía $34,000 en impuestos federales y $8,000 en intereses. Sin embargo, fue confirmado como secretario del Tesoro.
Luego vino la salida, el martes por la mañana, de Nancy Killefer, que fue nominada para un alto cargo en la Oficina de Presupuesto y quien no había pagado impuestos de compensación por desempleo a una criada, lo que hizo que se decretara un embargo preventivo sobre su casa de Washington. Según la Casa Blanca, la misma Killefer le pidió al Presidente que retirara su nominación.
Y, por último, el flamante nominado para el cargo de Secretario de Salud y Servicios Humanos, Tom Daschle, admite que no pagó más de $120,000 en impuestos sobre un auto privado con chofer que le asignó para su uso personal un magnate de los medios muy amigo suyo y según todo parece indicar, esperaba lograr que el Senado lo confirmara.
Pero fue entonces que se desató la tormenta desde una fuente inesperada para la administración. El New York Times publicó ayer un editorial en el que llamaba a que se retirara la nominación del ex senador y hablaba del mensaje equivocado que la Casa Blanca mandaría de mantenerla. Otros importantes medios informativos del país se manifestaron de forma parecida, e influyentes Senadores clamaban por lo mismo, lo que parece dio a Daschle la indicación de que era hora de pedirle al Presidente que retirara su nominación para el cargo. Aunque habría que decir que existen rumores de que al igual que a Killefer, fue la misma Casa Blanca quien le expresó que lo mejor era que liberara al Presidente Obama de su nombramiento.
Lo cierto es que inmediatamente que se supo que el ex senador pedía que se retirara su nominación, el Presidente aceptó la solicitud. Posteriormente ese mismo día, en una entrevista concedida a Chris Wallace en Fox News, dijo que la nominación de Daschle había sido un error, exactamente “una metedura de pata suya”, y luego en otra entrevista con ABC dijo que era “una herida autoinflingida”. Recordemos que el Presidente antes, cuando la noticia salió a la luz, calificó el asunto de pequeño problema con los impuestos y de “error honesto”, algo que hasta hoy mantiene y que respaldaba “absolutamente” el nombramiento de Daschle. Parece que el ex Senador estaba “excepcionalmente preparado” para obtener la excepción en la aplicación de los muy alabados edictos sobre conflictos de interés firmados por el Presidente hace apenas dos semanas.
Para muchos, como Nobama, el caso de Daschle no reviste mucha sorpresa, como ex líder de la mayoría en el Senado, él pensaba que su pertenencia al que se conoce como exclusivo Club del Senado haría que lograra los votos para ocupar el cargo. Pero dada las situaciones similares presentadas por el ya Secretario del Tesoro Timothy Geithner, el Presidente del Comité de Formas y Medios de la Cámara de Representantes Charles Rangel y de Nancy Killefer. Al ex Senador no le quedó ninguna otra opción.
Como comentó el encuestador John Zogby: “Uno es un error. Dos es un problema. Cuando hay un tercero, se empieza a convertir en un problema de juicio. ¿Cómo pedir al pueblo que se sacrifique cuando los miembros del gabinete no lo hacen hasta que los sorprenden?” Nobama no puede menos que asumir como suyas las dudas expresadas por el encuestador, pero agregaría otra a las ya hechas: ¿acaso esta gente no cuenta con un ápice de vergüenza?
Pero lamentablemente hay más. Obama fue casi elevado a los cielos cuando anunció que ningún cabildero tendría una posición de importancia en su administración. Pero la realidad es que por lo menos dos docenas de sus nombramientos en toda la escala hasta llegar a integrantes de su gabinete, han sido cabilderos inscritos. Esta lista incluye a Mark Patterson, Jefe de Gabinete de Geithner, a George Mitchell, antiguo cabildero de Goldman Sachs y ex Senador, nombrado como enviado especial al Medio Oriente y que está afiliado a una firma con una amplia lista de clientes en esa región y a William Linn, quien, hasta que fuera nominado como número 2 del Departamento de Defensa, era cabildero de Raytheon, un importante contratista del Departamento de Defensa.
Habría que preguntarse como Diego Rodriguez-Arche en un artículo anterior: “¿Qué se hizo del hombre del Cambio en la manera en que Washington funciona?” Obama puede todavía demostrar que el es el indicado para llevar a cabo el cambio en Washington que pide el pueblo norteamericano, hay una medida que demostraría que es sincero al reconocer su error: Pedirle la renuncia al ya Secretario del Tesoro Tim Geithner y a su Jefe de Gabinete, porque si Daschle y Killefer fueron un error, sin dudas de juicio de serlo, el Secretario del Tesoro también lo es, así como todos los cabilderos que ha nombrado a pesar de que prometió que eso no sucedería en su administración.
Nobama no cree que esta será la actitud que asumirá el Presidente. Ayer dedicó buena parte de su tiempo al Control de Daños y sin dudas se ha visto a la defensiva en este asunto y en otros en los que no le va muy bien en las encuestas, como el cierre de Guantánamo y la utilización de fondos federales en organizaciones que realizan abortos fuera de los Estados Unidos.
Ya hoy dio vuelta a la página y la emprendió contra los ejecutivos de Wall Street y firmará la Ley SCHIP, el primer paso importante de Ingeniería Social en su viaje al Socialismo que toma su administración. Pero lo cierto es que este caso no desaparecerá fácilmente del panorama político, por lo que Obama no podrá decirnos como al Representante Eric Cantor en la puesta en escena que montó para “escuchar” las propuestas de los Republicanos para su llamado Plan de Rescate de la Economía: “Yo gané. Así que yo llevo la voz cantante en eso. No Señor Presidente, esta vez usted perdió y We The People ganamos.
Nobama
Nueva York, 4 de febrero de 2009
Primero fueron los informes de que Timothy Geithner, debía $34,000 en impuestos federales y $8,000 en intereses. Sin embargo, fue confirmado como secretario del Tesoro.
Luego vino la salida, el martes por la mañana, de Nancy Killefer, que fue nominada para un alto cargo en la Oficina de Presupuesto y quien no había pagado impuestos de compensación por desempleo a una criada, lo que hizo que se decretara un embargo preventivo sobre su casa de Washington. Según la Casa Blanca, la misma Killefer le pidió al Presidente que retirara su nominación.
Y, por último, el flamante nominado para el cargo de Secretario de Salud y Servicios Humanos, Tom Daschle, admite que no pagó más de $120,000 en impuestos sobre un auto privado con chofer que le asignó para su uso personal un magnate de los medios muy amigo suyo y según todo parece indicar, esperaba lograr que el Senado lo confirmara.
Pero fue entonces que se desató la tormenta desde una fuente inesperada para la administración. El New York Times publicó ayer un editorial en el que llamaba a que se retirara la nominación del ex senador y hablaba del mensaje equivocado que la Casa Blanca mandaría de mantenerla. Otros importantes medios informativos del país se manifestaron de forma parecida, e influyentes Senadores clamaban por lo mismo, lo que parece dio a Daschle la indicación de que era hora de pedirle al Presidente que retirara su nominación para el cargo. Aunque habría que decir que existen rumores de que al igual que a Killefer, fue la misma Casa Blanca quien le expresó que lo mejor era que liberara al Presidente Obama de su nombramiento.
Lo cierto es que inmediatamente que se supo que el ex senador pedía que se retirara su nominación, el Presidente aceptó la solicitud. Posteriormente ese mismo día, en una entrevista concedida a Chris Wallace en Fox News, dijo que la nominación de Daschle había sido un error, exactamente “una metedura de pata suya”, y luego en otra entrevista con ABC dijo que era “una herida autoinflingida”. Recordemos que el Presidente antes, cuando la noticia salió a la luz, calificó el asunto de pequeño problema con los impuestos y de “error honesto”, algo que hasta hoy mantiene y que respaldaba “absolutamente” el nombramiento de Daschle. Parece que el ex Senador estaba “excepcionalmente preparado” para obtener la excepción en la aplicación de los muy alabados edictos sobre conflictos de interés firmados por el Presidente hace apenas dos semanas.
Para muchos, como Nobama, el caso de Daschle no reviste mucha sorpresa, como ex líder de la mayoría en el Senado, él pensaba que su pertenencia al que se conoce como exclusivo Club del Senado haría que lograra los votos para ocupar el cargo. Pero dada las situaciones similares presentadas por el ya Secretario del Tesoro Timothy Geithner, el Presidente del Comité de Formas y Medios de la Cámara de Representantes Charles Rangel y de Nancy Killefer. Al ex Senador no le quedó ninguna otra opción.
Como comentó el encuestador John Zogby: “Uno es un error. Dos es un problema. Cuando hay un tercero, se empieza a convertir en un problema de juicio. ¿Cómo pedir al pueblo que se sacrifique cuando los miembros del gabinete no lo hacen hasta que los sorprenden?” Nobama no puede menos que asumir como suyas las dudas expresadas por el encuestador, pero agregaría otra a las ya hechas: ¿acaso esta gente no cuenta con un ápice de vergüenza?
Pero lamentablemente hay más. Obama fue casi elevado a los cielos cuando anunció que ningún cabildero tendría una posición de importancia en su administración. Pero la realidad es que por lo menos dos docenas de sus nombramientos en toda la escala hasta llegar a integrantes de su gabinete, han sido cabilderos inscritos. Esta lista incluye a Mark Patterson, Jefe de Gabinete de Geithner, a George Mitchell, antiguo cabildero de Goldman Sachs y ex Senador, nombrado como enviado especial al Medio Oriente y que está afiliado a una firma con una amplia lista de clientes en esa región y a William Linn, quien, hasta que fuera nominado como número 2 del Departamento de Defensa, era cabildero de Raytheon, un importante contratista del Departamento de Defensa.
Habría que preguntarse como Diego Rodriguez-Arche en un artículo anterior: “¿Qué se hizo del hombre del Cambio en la manera en que Washington funciona?” Obama puede todavía demostrar que el es el indicado para llevar a cabo el cambio en Washington que pide el pueblo norteamericano, hay una medida que demostraría que es sincero al reconocer su error: Pedirle la renuncia al ya Secretario del Tesoro Tim Geithner y a su Jefe de Gabinete, porque si Daschle y Killefer fueron un error, sin dudas de juicio de serlo, el Secretario del Tesoro también lo es, así como todos los cabilderos que ha nombrado a pesar de que prometió que eso no sucedería en su administración.
Nobama no cree que esta será la actitud que asumirá el Presidente. Ayer dedicó buena parte de su tiempo al Control de Daños y sin dudas se ha visto a la defensiva en este asunto y en otros en los que no le va muy bien en las encuestas, como el cierre de Guantánamo y la utilización de fondos federales en organizaciones que realizan abortos fuera de los Estados Unidos.
Ya hoy dio vuelta a la página y la emprendió contra los ejecutivos de Wall Street y firmará la Ley SCHIP, el primer paso importante de Ingeniería Social en su viaje al Socialismo que toma su administración. Pero lo cierto es que este caso no desaparecerá fácilmente del panorama político, por lo que Obama no podrá decirnos como al Representante Eric Cantor en la puesta en escena que montó para “escuchar” las propuestas de los Republicanos para su llamado Plan de Rescate de la Economía: “Yo gané. Así que yo llevo la voz cantante en eso. No Señor Presidente, esta vez usted perdió y We The People ganamos.
Nobama
Nueva York, 4 de febrero de 2009
lunes, 2 de febrero de 2009
El Circo de Illinois y The Chicago Way
Ni yo ni ustedes sabemos si el ahora ex Gobernador de Illinois Rod Blagojevich cometió algún delito. Pero de lo que sí estoy seguro es que tiene razón cuando dice que este Juicio que lo sacó de su cargo fue totalmente injusto y el tribunal que lo juzgó es lo que aquí se conoce como Kangaroo Court. Así, con esta puesta en escena, con este travestismo del Estado de Derecho, los Senadores del Estado de Illinois votaron por unanimidad removerlo de su cargo, pero cuando vamos a las conclusiones, estudiamos el proceso, vemos que, al final de cuentas, todos seguimos sin saber si en realidad cometió o no algún delito o falta de mérito que exigiera ese desenlace. Para mí el procedimiento no fue sólo injusto, sino que se asemejó bastante a los juicios sumarísimos de la dictadura castrista o a la forma en que “truenan” en Cuba a los dirigentes del gobierno y del Partido. Pero eso es lógico que suceda allá, donde el Estado de Derecho no existe y la Ley la dicta algunas veces un anciano demente y otras una pequeña pandilla de vejetes soberbios, arrogantes y pervertidos, pero aquí se supone que somos una nación regida por las leyes y que por esa razón existen protecciones procesales para garantizar la justeza de los juicios, por una sola razón: Para garantizar que todo el proceso pueda llegar a la verdad.
Muchos “entendidos” en la materia señalan que este no es un juicio criminal y que por lo tanto el Senado de Illinois tiene toda la libertad para establecer reglas mucho menos estrictas que las que rigen en un proceso criminal. Bueno, esa “tolerancia” a la hora de establecer las normas y, lo que es más importante, a la hora de hacerlas cumplir es lo que distingue a la práctica política que conocemos como The Chicago Way. El Senado de Illinois actuó aquí como si fueran los “Mirlos Blancos” de la política estadounidense, pero las malas mañas que distinguen históricamente a los políticos de Illinois desde los tiempos de Al Capone y que son una vieja tradición los desmienten. Y, claro está, esa es una de las razones que nos ha permitido ver esa unanimidad entre políticos de ambos partidos, entre los que hay muchos que se odian a muerte. A eso le llamamos: instinto de conservación y espíritu de unidad de la especie ante el peligro. No nos olvidemos que al frente de la investigación contra Blagojevich, está un verdadero Pit Bull, Patrick Fitzgerald. Y que no resulta muy conveniente correr el riesgo de enojarlo con tontas exigencias de lo que se reconoce en nuestra Constitución y en la del Estado de Illinois como “debido proceso legal”.
Porque: “El derecho a llamar testigos no es una carga que ‘debemos soportar’ en un proceso criminal. Sino que está ahí porque no se puede llegar a la verdad sin que se ejerza”. El derecho a citar testigos para que comparezcan a declarar no es una carga ‘que debemos soportar’ en un proceso legal. Sino que está ahí porque no se puede llegar a la verdad sin que se ejerza. El derecho a tener acceso a toda las evidencias en el caso no es una carga ‘que debemos soportar’ en un proceso legal. Sino que está ahí porque no se puede llegar a la verdad sin que se ejerza. El derecho a reinterrogar testigos no es una carga ‘que debemos soportar’ en un proceso legal. Sino que está ahí porque no se puede llegar a la verdad sin que se ejerza. Porque, en resumen, nadie puede reinterrogar a una declaración jurada”.
A Rod Blagojevich se le negaron todos esos derechos en el “juicio” en el que fue juzgado por el Senado. El resultado es el mismo que tuvo en Cuba, el juicio sumarísimo en el que condenaron a mis amigos Raúl Rivero y Manuel Vázquez Portal junto a 73 disidentes pacíficos más a quienes se les negaron esos derechos. Conste, para los mal intencionados, que no trato de mezclar piedras con hielo, la inocencia de estos valerosos cubanos está más que probada. La del ex-Gobernador de Chicago está en entredicho. De lo que se trata es de comparar procedimientos, porque aquí no se trata de un país regido por una dictadura totalitaria como Cuba, estamos hablando del Estado de Illinois, que forma parte de la Unión Americana, el país más democrático del mundo donde reina el Estado de Derecho y cuya Constitución cuenta con una Cláusula de Debido Proceso.
En cualquier contexto legal, al ex-Gobernador se le estaría negando lo que en la jurisprudencia norteamericana se llama la “Evidencia Brady”, que se refiere al derecho de todo acusado a reclamar que la acusación presente aquellas evidencias que podrían probar que el acusado no es culpable. Pero como este no es todavía un proceso criminal, Fitzgerald no está obligado a mostrar que las mismas existen. Es por ello que resulta tan injusto ahora el siquiera sostener audiencias al respecto, no ya un juicio para sacarlo de su cargo.
Y para empeorar las cosas, el Senado de de Illinois decidió que los Resultados de la investigación para la impugnación hecha por la Cámara se incorporarían a este juicio y que a Blagojevich no se le permitiría refutarlos. Lo que básicamente significa que el proceso estaba finalizado antes de comenzar. Una violación del debido proceso que muchos de los más eruditos juristas de este país dicen jamás haber visto aquí. Muchos también afirman que la actual administración quiere darle más derechos a los prisioneros de Guantánamo que los que el Senado concede a Blagojevich. ¿Pero de qué nos extrañamos?, diría yo, esto también forma parte de lo que se conoce como The Chicago Way.
Blagojevich no sólo no ha sido convicto de ningún delito, sino que ni siquiera ha sido formalmente instruido de cargos, es decir acusado por el fiscal Fitzgerald, quien ha pedido una ampliación de 3 meses al plazo que establece la Ley para acusar formalmente al ex-Gobernador, por lo que el Senado de Illinois no puede aplicarle la no elegibilidad para ocupar un cargo electivo que establece la Constitución del Estado. Lo único que existe es que un hombre, el fiscal federal Patrick Fitzgerald, alega tener evidencias que dijo no mostraría y que en su momento probarían la culpabilidad de Blagojevich. El Debido Proceso no significa que un Gobernador pueda ser expulsado de su cargo porque lo dice Patrick Fitzgerald.
Los políticos de ambos partidos que afirman que las apariciones deI ex-Gobernador en los medios mientras se celebraba el proceso en el Senado y su presencia el último día para dirigirse al pleno del Senado antes de la votación, tienen el propósito de influir en los posibles jurados de existir un caso criminal en el futuro parecen, en primer término, burlarse de la inteligencia de los ciudadanos de Illinois y por extensión de todos los que hemos seguido este circo desde que comenzó. Pero la realidad es que nadie es tan culpable de ello como Fitzgerald. Lo que realmente habría influido en los posibles jurados sería que al ex-Gobernador le hubiesen garantizado un juicio justo en el Senado y hubiese ganado el caso. Fitzgerald sí manipuló el juicio en el Senado porque sabía, más bien sabe, que si Blagojevich era expulsado de su cargo, como esperaba, ello influiría en los jurados a favor de la acusación.
Como decía al principio, nadie sabe todavía si Rod Blagojevich es culpable o no. Y quien tiene que probar su culpabilidad es la fiscalía, porque según nuestra Constitución todo acusado es inocente hasta que se pruebe su culpabilidad en un Tribunal de Justicia. Parece ser que no así en el Senado de Illinois donde parece reinar lo que llamamos The Chicago Way y no el Imperio de la Ley como en el resto de los Estados Unidos.
¿Pero de qué nos extrañamos? Me vuelvo a preguntar. Si esta misma maquinaria política es la que desarrolló y catapultó a la fama a nuestro actual Presidente. El que tiene el desparpajo de afirmar, más que afirmar, de firmar sendas órdenes ejecutivas estableciendo normas éticas supuestamente inviolables en su administración, para después otorgarle dispensa a Cabilderos para que ocupen cargos de suma importancia como Vicesecretario de Defensa, por ejemplo, y tener la frescura de afirmar que otros nombrados como Tim Geithner y Tom Daschle que dejaron de pagar cientos de miles de dólares en impuestos que sabían que eran su obligación, tenían problemas menores de impuestos que ya habían solucionado. ¿Qué se hizo del hombre del Cambio en la manera en que Washington funciona? Como diría Nicolás Guillén: “¡Oh, qué misterio entre las aguas!”
Diego Rodriguez-Arche
Nueva York, 31 de enero de 2009
Muchos “entendidos” en la materia señalan que este no es un juicio criminal y que por lo tanto el Senado de Illinois tiene toda la libertad para establecer reglas mucho menos estrictas que las que rigen en un proceso criminal. Bueno, esa “tolerancia” a la hora de establecer las normas y, lo que es más importante, a la hora de hacerlas cumplir es lo que distingue a la práctica política que conocemos como The Chicago Way. El Senado de Illinois actuó aquí como si fueran los “Mirlos Blancos” de la política estadounidense, pero las malas mañas que distinguen históricamente a los políticos de Illinois desde los tiempos de Al Capone y que son una vieja tradición los desmienten. Y, claro está, esa es una de las razones que nos ha permitido ver esa unanimidad entre políticos de ambos partidos, entre los que hay muchos que se odian a muerte. A eso le llamamos: instinto de conservación y espíritu de unidad de la especie ante el peligro. No nos olvidemos que al frente de la investigación contra Blagojevich, está un verdadero Pit Bull, Patrick Fitzgerald. Y que no resulta muy conveniente correr el riesgo de enojarlo con tontas exigencias de lo que se reconoce en nuestra Constitución y en la del Estado de Illinois como “debido proceso legal”.
Porque: “El derecho a llamar testigos no es una carga que ‘debemos soportar’ en un proceso criminal. Sino que está ahí porque no se puede llegar a la verdad sin que se ejerza”. El derecho a citar testigos para que comparezcan a declarar no es una carga ‘que debemos soportar’ en un proceso legal. Sino que está ahí porque no se puede llegar a la verdad sin que se ejerza. El derecho a tener acceso a toda las evidencias en el caso no es una carga ‘que debemos soportar’ en un proceso legal. Sino que está ahí porque no se puede llegar a la verdad sin que se ejerza. El derecho a reinterrogar testigos no es una carga ‘que debemos soportar’ en un proceso legal. Sino que está ahí porque no se puede llegar a la verdad sin que se ejerza. Porque, en resumen, nadie puede reinterrogar a una declaración jurada”.
A Rod Blagojevich se le negaron todos esos derechos en el “juicio” en el que fue juzgado por el Senado. El resultado es el mismo que tuvo en Cuba, el juicio sumarísimo en el que condenaron a mis amigos Raúl Rivero y Manuel Vázquez Portal junto a 73 disidentes pacíficos más a quienes se les negaron esos derechos. Conste, para los mal intencionados, que no trato de mezclar piedras con hielo, la inocencia de estos valerosos cubanos está más que probada. La del ex-Gobernador de Chicago está en entredicho. De lo que se trata es de comparar procedimientos, porque aquí no se trata de un país regido por una dictadura totalitaria como Cuba, estamos hablando del Estado de Illinois, que forma parte de la Unión Americana, el país más democrático del mundo donde reina el Estado de Derecho y cuya Constitución cuenta con una Cláusula de Debido Proceso.
En cualquier contexto legal, al ex-Gobernador se le estaría negando lo que en la jurisprudencia norteamericana se llama la “Evidencia Brady”, que se refiere al derecho de todo acusado a reclamar que la acusación presente aquellas evidencias que podrían probar que el acusado no es culpable. Pero como este no es todavía un proceso criminal, Fitzgerald no está obligado a mostrar que las mismas existen. Es por ello que resulta tan injusto ahora el siquiera sostener audiencias al respecto, no ya un juicio para sacarlo de su cargo.
Y para empeorar las cosas, el Senado de de Illinois decidió que los Resultados de la investigación para la impugnación hecha por la Cámara se incorporarían a este juicio y que a Blagojevich no se le permitiría refutarlos. Lo que básicamente significa que el proceso estaba finalizado antes de comenzar. Una violación del debido proceso que muchos de los más eruditos juristas de este país dicen jamás haber visto aquí. Muchos también afirman que la actual administración quiere darle más derechos a los prisioneros de Guantánamo que los que el Senado concede a Blagojevich. ¿Pero de qué nos extrañamos?, diría yo, esto también forma parte de lo que se conoce como The Chicago Way.
Blagojevich no sólo no ha sido convicto de ningún delito, sino que ni siquiera ha sido formalmente instruido de cargos, es decir acusado por el fiscal Fitzgerald, quien ha pedido una ampliación de 3 meses al plazo que establece la Ley para acusar formalmente al ex-Gobernador, por lo que el Senado de Illinois no puede aplicarle la no elegibilidad para ocupar un cargo electivo que establece la Constitución del Estado. Lo único que existe es que un hombre, el fiscal federal Patrick Fitzgerald, alega tener evidencias que dijo no mostraría y que en su momento probarían la culpabilidad de Blagojevich. El Debido Proceso no significa que un Gobernador pueda ser expulsado de su cargo porque lo dice Patrick Fitzgerald.
Los políticos de ambos partidos que afirman que las apariciones deI ex-Gobernador en los medios mientras se celebraba el proceso en el Senado y su presencia el último día para dirigirse al pleno del Senado antes de la votación, tienen el propósito de influir en los posibles jurados de existir un caso criminal en el futuro parecen, en primer término, burlarse de la inteligencia de los ciudadanos de Illinois y por extensión de todos los que hemos seguido este circo desde que comenzó. Pero la realidad es que nadie es tan culpable de ello como Fitzgerald. Lo que realmente habría influido en los posibles jurados sería que al ex-Gobernador le hubiesen garantizado un juicio justo en el Senado y hubiese ganado el caso. Fitzgerald sí manipuló el juicio en el Senado porque sabía, más bien sabe, que si Blagojevich era expulsado de su cargo, como esperaba, ello influiría en los jurados a favor de la acusación.
Como decía al principio, nadie sabe todavía si Rod Blagojevich es culpable o no. Y quien tiene que probar su culpabilidad es la fiscalía, porque según nuestra Constitución todo acusado es inocente hasta que se pruebe su culpabilidad en un Tribunal de Justicia. Parece ser que no así en el Senado de Illinois donde parece reinar lo que llamamos The Chicago Way y no el Imperio de la Ley como en el resto de los Estados Unidos.
¿Pero de qué nos extrañamos? Me vuelvo a preguntar. Si esta misma maquinaria política es la que desarrolló y catapultó a la fama a nuestro actual Presidente. El que tiene el desparpajo de afirmar, más que afirmar, de firmar sendas órdenes ejecutivas estableciendo normas éticas supuestamente inviolables en su administración, para después otorgarle dispensa a Cabilderos para que ocupen cargos de suma importancia como Vicesecretario de Defensa, por ejemplo, y tener la frescura de afirmar que otros nombrados como Tim Geithner y Tom Daschle que dejaron de pagar cientos de miles de dólares en impuestos que sabían que eran su obligación, tenían problemas menores de impuestos que ya habían solucionado. ¿Qué se hizo del hombre del Cambio en la manera en que Washington funciona? Como diría Nicolás Guillén: “¡Oh, qué misterio entre las aguas!”
Diego Rodriguez-Arche
Nueva York, 31 de enero de 2009
viernes, 30 de enero de 2009
Entre pillos anda el juego...


miércoles, 28 de enero de 2009
¿Quo Vadis Mr. President?

martes, 27 de enero de 2009
El Presidente Obama, la Orquesta Aragón y El bodeguero
Allá por los años 50, la Orquesta Aragón imponía a los bailadores el ritmo del Cha-Cha-Cha a través de simpáticas letras y un sabroso sonido musical que jugaban con las distintas caras de la cotidianeidad de la época. Una de las piezas más populares entre las que catapultaron a la fama a la agrupación musical fue la que llevaba por título El bodeguero cuyo autor fue el ya fallecido flautista Richard Egües y que tenía un contagioso estribillo que decía: “toma chocolate, paga lo que debes”. Lejos estaban su autor y los músicos de imaginarse que alguien pudiera relacionarlos casi 60 años después con el Presidente de los Estados Unidos Barack Hussein Obama. Pero hoy, como entonces, la polisemia hace de las suyas y da sentidos a las letras de las canciones muy lejos de la simple propuesta semiológica de sus autores. Entonces que para que el bodeguero te vendiera tenías que pagarle lo que le debías. En cuanto al chocolate, para nosotros sigue siendo un misterio.
Lo que para nosotros no es ningún misterio es por qué hoy el “ungido” se apresta a tomar chocolate.
El Presidente planea destinar más de $4 mil millones de su llamado “Paquete para estimular la economía”, a controvertidos grupos comunitarios como ACORN, lo que sin lugar a dudas tiene todo el aspecto de un “pago” por su apoyo a los Demócratas en las elecciones del pasado noviembre.
Según dijo en una entrevista el Senador Republicano por Louisiana David Vitter, darle dinero a este grupo es un ejemplo de que el llamado plan del presidente “línea tras línea no es otra cosa que los programas favoritos de gastos” contenidos en la ya famosa ley que supuestamente costaría $825 mil millones de dólares y que ya, según nuestras fuentes, llega a los 1.1 miles de millones o lo que aquí sería $1.1 trillón. “Es simplemente una larga lista de gastos”, añadió Vitter. “No una ley de un real estímulo económico para crear empleos”.
Un elemento en el “paquete de estímulo” bajo el encabezado de “Actividades de estabilización de los vecindarios”, destina $4.19 mil millones para grupos de defensa de los ciudadanos de bajos ingresos como ACORN.
ACORN, que apoyó a Obama y a otros candidatos demócrats en las pasadas elecciones, está bajo investigación por fraude en la inscripción de votantes en varios estados.
En el pasado mes de octubre, según información aparecida en el New York Post, votantes de Ohio dijeron que se habían inscrito varias veces después de sufrir el acoso de los representantes de ACORN. Los funcionarios electorales de Ohio dijeron que 8,700 de las 73,000 inscripciones de votantes entregadas por ACORN, eran discutibles. Un pasmoso ¡12 por ciento!
El Presidente Obama se reunió hoy con los legisladores del Partido Republicano para, según dijo, escuchar sus opiniones acerca del plan.
Nobama espera que la mayoría de los Republicanos asuman la actitud del Senador Vitter y otras honrosas excepciones y digan por lo claro que esta Ley no es una Ley para crear empleos sino una Ley para aumentar el tamaño y el poder del Gobierno para gastar el dinero de nuestros impuestos, al estilo demócrata. Y hasta quizás se atrevan a preguntarle: “Señor presidente ¿dónde está la transparencia y la responsabilidad que anunció serían la divisa de su administración? O es que tenemos que llegar a la conclusión de que usted, como dice la letra de El bodeguero, “es consecuencia de lo que en moda está”.
Lo malo es que muy pocos legisladores Republicanos tienen la moral necesaria para cuestionar al Presidente su Ley, han sido tan gastadores en “Puentes hacia ningún sitio” como los Demócratas. Esperemos que esos pocos lo hagan.
Nobama,
Nueva York, 27 de enero de 2009
Lo que para nosotros no es ningún misterio es por qué hoy el “ungido” se apresta a tomar chocolate.
El Presidente planea destinar más de $4 mil millones de su llamado “Paquete para estimular la economía”, a controvertidos grupos comunitarios como ACORN, lo que sin lugar a dudas tiene todo el aspecto de un “pago” por su apoyo a los Demócratas en las elecciones del pasado noviembre.
Según dijo en una entrevista el Senador Republicano por Louisiana David Vitter, darle dinero a este grupo es un ejemplo de que el llamado plan del presidente “línea tras línea no es otra cosa que los programas favoritos de gastos” contenidos en la ya famosa ley que supuestamente costaría $825 mil millones de dólares y que ya, según nuestras fuentes, llega a los 1.1 miles de millones o lo que aquí sería $1.1 trillón. “Es simplemente una larga lista de gastos”, añadió Vitter. “No una ley de un real estímulo económico para crear empleos”.
Un elemento en el “paquete de estímulo” bajo el encabezado de “Actividades de estabilización de los vecindarios”, destina $4.19 mil millones para grupos de defensa de los ciudadanos de bajos ingresos como ACORN.
ACORN, que apoyó a Obama y a otros candidatos demócrats en las pasadas elecciones, está bajo investigación por fraude en la inscripción de votantes en varios estados.
En el pasado mes de octubre, según información aparecida en el New York Post, votantes de Ohio dijeron que se habían inscrito varias veces después de sufrir el acoso de los representantes de ACORN. Los funcionarios electorales de Ohio dijeron que 8,700 de las 73,000 inscripciones de votantes entregadas por ACORN, eran discutibles. Un pasmoso ¡12 por ciento!
El Presidente Obama se reunió hoy con los legisladores del Partido Republicano para, según dijo, escuchar sus opiniones acerca del plan.
Nobama espera que la mayoría de los Republicanos asuman la actitud del Senador Vitter y otras honrosas excepciones y digan por lo claro que esta Ley no es una Ley para crear empleos sino una Ley para aumentar el tamaño y el poder del Gobierno para gastar el dinero de nuestros impuestos, al estilo demócrata. Y hasta quizás se atrevan a preguntarle: “Señor presidente ¿dónde está la transparencia y la responsabilidad que anunció serían la divisa de su administración? O es que tenemos que llegar a la conclusión de que usted, como dice la letra de El bodeguero, “es consecuencia de lo que en moda está”.
Lo malo es que muy pocos legisladores Republicanos tienen la moral necesaria para cuestionar al Presidente su Ley, han sido tan gastadores en “Puentes hacia ningún sitio” como los Demócratas. Esperemos que esos pocos lo hagan.
Nobama,
Nueva York, 27 de enero de 2009
lunes, 26 de enero de 2009
Un Obama opaco en la inauguración

viernes, 23 de enero de 2009
Barack de Chicago, llamado El Cínico
El término viene del latín cynĭcus, el que a su vez proviene del griego kuvιkóç y es uno de esos términos que con el tiempo han perdido su significado original y que hoy tiene otro muy distinto al que tuvo en sus orígenes. Sin embargo hay uno de los rasgos de los cínicos originales, la autosuficiencia, que ha llegado hasta hoy y que, por lo general, la poseen todos los cínicos modernos, incluido, claro está el que nos ocupa en este artículo. Este presidente, Barack Hussein Obama, pasará a la historia como el más cínico, impúdico, desvergonzado, hipócrita y manipulador que hemos visto en esta nación. Algunos dirán que exagero y hasta me acusarán de racista. No me importa, prefiero ser fiel a mis convicciones que ser como la mayoría de esos personajes temerosos que hoy lideran el Partido Republicano; que han destruido el Partido de Reagan y que sufren hoy de un complejo de inferioridad derrotista. Pretenden ser aceptados por aquellos que los odian y los desprecian y para ello están dispuestos a renunciar a los principios conservadores y liberales que hicieron grande al Partido desde Lincoln. Sí ese mismo Lincoln, Presidente Republicano, del que hoy los Demócratas pretenden apropiarse y los Republicanos no se atreven a decirle en la cara al Presidente Obama: Usted no tiene derecho a jurar con la Biblia de Lincoln, usted proclama, peor, usted aparenta ser como Lincoln, cuando en realidad es la versión aumentada de Jimmy Carter y uno de los discípulos más aplicados de Saul Alinsky, más que Hillary Clinton, que escribió su tesis en el Wellesley College, sobre este teórico extremista de la función del Organizador comunitario, como pieza clave para destruir desde adentro el sistema capitalista utilizando las libertades democráticas. Usted, Sr. Presidente, define la democracia en dos niveles, uno con la hipócrita apariencia del que jura defender la Constitución que la protege y otro en el que aplica la máxima de Carlos Marx de que la Democracia es la vía hacia el socialismo.
“Esta dolorosa crisis nos da la oportunidad de transformar nuestra economía y mejorar la vida de la gente corriente”, dijo el propio Obama. Afirmación reveladora donde las haya. La crisis le ha brindado la ocasión y los votos el poder para hacer realidad su meta de redistribuir la riqueza, que los que hemos vivido en el infierno de una sociedad estatista, sabemos bien que significa la destrucción del individualismo y el ansia de superación individual como llave para el éxito de la sociedad democrática. De manera que como su intención es “transformar nuestra economía”, su plan económico no tiene como finalidad solamente crear empleos a partir de reparar los puentes, reformar las escuelas, establecer un sistema universal de salud, etc. También pretende imponer una visión utópica de que la economía es una materia que debe planificarse desde el Gobierno. Se trata de una presunción arrogante como pocas. Nadie puede saber lo suficiente como para rediseñar algo tan complejo como “una economía”; por cierto, “una economía no es más que la suma de gente que intercambia bienes para alcanzar sus fines”. Planificar la economía significa planificarnos a nosotros. En pocas palabras, la destrucción de lo que ha hecho que esta nación sea sui generis en sus libertades y relaciones sociales a pesar de sus imperfecciones; porque se renueva y se reinventa a sí misma y, paradójicamente, el que hoy Obama se siente en la Oficina Oval se debe justamente a esa capacidad de renovación de la democracia norteamericana. Habrá quienes digan que no hay nada que objetar a este deseo y tendrían razón si su propósito fuera fortalecer la economía de Libre Mercado, fortalecer el papel del Gobierno como árbitro y regulador del mercado, hasta donde ello fuera necesario. Pero no, su propósito no es este, su agenda, bien clara en el nuevo sitio Web de la Casa Blanca, es terminar nacionalizando la Banca, a partir de acciones preferenciales para el Gobierno y modificar así toda la estructura. Por eso ya no hablan de equilibrar el presupuesto, lo que ayer era una vergüenza de la administración Bush, ya hoy en la de Obama no es importante. Ahora lo importante es tener un Gobierno con una burocracia poderosa, que tenga un control absoluto sobre la economía para poder cumplimentar su plan de convertirnos al socialismo tipo Europa Occidental.
¿Y mientras tanto qué hacen la mayoría de nuestros flamantes legisladores Republicanos en la Cámara y el Senado? Con contadas excepciones tratan de pasar inadvertidos, de no parecer hostiles al nuevo presidente. Parecería que han aceptado el papel de “oposición” permanente y que es mejor no arriesgar sus curules defendiendo los principios del Partido al que dicen representar. Se han convertido en lo que los verdaderos Republicanos llaman RINOS, siglas que responden a Republicans In Name Only, es decir, Republicanos sólo de nombre. A ellos, los verdaderos conservadores tendrían que decirles como el Cínico Diógenes de Sinope le dijera a Alejandro Magno: “Muévanse que me están quitando la luz”.
Diego Rodríguez-Arche
Nueva York, 23 de enero de 2009
“Esta dolorosa crisis nos da la oportunidad de transformar nuestra economía y mejorar la vida de la gente corriente”, dijo el propio Obama. Afirmación reveladora donde las haya. La crisis le ha brindado la ocasión y los votos el poder para hacer realidad su meta de redistribuir la riqueza, que los que hemos vivido en el infierno de una sociedad estatista, sabemos bien que significa la destrucción del individualismo y el ansia de superación individual como llave para el éxito de la sociedad democrática. De manera que como su intención es “transformar nuestra economía”, su plan económico no tiene como finalidad solamente crear empleos a partir de reparar los puentes, reformar las escuelas, establecer un sistema universal de salud, etc. También pretende imponer una visión utópica de que la economía es una materia que debe planificarse desde el Gobierno. Se trata de una presunción arrogante como pocas. Nadie puede saber lo suficiente como para rediseñar algo tan complejo como “una economía”; por cierto, “una economía no es más que la suma de gente que intercambia bienes para alcanzar sus fines”. Planificar la economía significa planificarnos a nosotros. En pocas palabras, la destrucción de lo que ha hecho que esta nación sea sui generis en sus libertades y relaciones sociales a pesar de sus imperfecciones; porque se renueva y se reinventa a sí misma y, paradójicamente, el que hoy Obama se siente en la Oficina Oval se debe justamente a esa capacidad de renovación de la democracia norteamericana. Habrá quienes digan que no hay nada que objetar a este deseo y tendrían razón si su propósito fuera fortalecer la economía de Libre Mercado, fortalecer el papel del Gobierno como árbitro y regulador del mercado, hasta donde ello fuera necesario. Pero no, su propósito no es este, su agenda, bien clara en el nuevo sitio Web de la Casa Blanca, es terminar nacionalizando la Banca, a partir de acciones preferenciales para el Gobierno y modificar así toda la estructura. Por eso ya no hablan de equilibrar el presupuesto, lo que ayer era una vergüenza de la administración Bush, ya hoy en la de Obama no es importante. Ahora lo importante es tener un Gobierno con una burocracia poderosa, que tenga un control absoluto sobre la economía para poder cumplimentar su plan de convertirnos al socialismo tipo Europa Occidental.
¿Y mientras tanto qué hacen la mayoría de nuestros flamantes legisladores Republicanos en la Cámara y el Senado? Con contadas excepciones tratan de pasar inadvertidos, de no parecer hostiles al nuevo presidente. Parecería que han aceptado el papel de “oposición” permanente y que es mejor no arriesgar sus curules defendiendo los principios del Partido al que dicen representar. Se han convertido en lo que los verdaderos Republicanos llaman RINOS, siglas que responden a Republicans In Name Only, es decir, Republicanos sólo de nombre. A ellos, los verdaderos conservadores tendrían que decirles como el Cínico Diógenes de Sinope le dijera a Alejandro Magno: “Muévanse que me están quitando la luz”.
Diego Rodríguez-Arche
Nueva York, 23 de enero de 2009
jueves, 22 de enero de 2009
Una visión inteligente sobre Obama

miércoles, 21 de enero de 2009
Plan Obama: Retroceso en la economía, no recuperación

Comienza a despejarse la incógnita

martes, 20 de enero de 2009
Kumbaya con Barack Hussein Obama o Y ahora qué
Hoy 20 de enero, en lo que parece más una coronación que la toma de posesión de un presidente elegido democráticamente, Barack Hussein Obama, se convirtió en el cuadragésimo cuarto presidente de los Estados Unidos de América, en una sucesión de festividades que a pesar de que nuestra economía está en recesión serán las más costosas de nuestra historia, costarán la bicoca de $160 millones.
Después de la más prolongada campaña electoral en la historia de los Estados Unidos y de un período de transición de 10 semanas en las que no han faltado crisis domésticas y externas, Barack Hussein Obama se convirtió hoy en el 44to presidente de los Estados Unidos. Ahora está en su pleno apogeo el Kumbaya de la toma de posesión, la gran celebración y la apoteósica presencia de público en la toma de posesión, pero después que esta noche finalicen los bailes y fiestas programadas y que el flamante nuevo presidente duerma por primera vez en la Casa Blanca, mañana en la mañana empieza la parte más difícil.
Puede ser que en cualquier otra época, el pobre currículo de Obama habría hecho de él una figura electoral pasajera, una fugaz presencia en la escena nacional; pero esta vez, el esperanzador mensaje del elocuente senador de Illinois logró entrar a las casas de los votantes y se convirtió en discusión obligada en reuniones familiares y entre amigos.
Ahora le toca demostrar que él no es un error del entusiasmo, o un producto de la inmadurez y la rebeldía natural de los más jóvenes, ni del llamado de la raza que hizo que más del 90% de los afroamericanos votaran por él, incluyendo a algunos que, como Colin Powell, nada tienen que ver con la ideología socialista que su historial muestra. Cierto es que después de derrotar a Hillary Clinton en las primarias, su movimiento al centro fue a la velocidad de la luz, lo que a muchos de nosotros, lejos de tranquilizarnos nos preocupó aun más, porque si alguien puede renunciar tan rápido a las ideas que defendió durante toda su vida política anterior, no olvidemos que se le consideró el senador demócrata más a la izquierda durante el tiempo que estuvo en la cámara alta, qué no haría para lograr llegar a la posición de poder más importante del mundo. Su giro de 180 grados en asuntos como el matrimonio Gay y la guerra en Irak por citar solamente dos, pueden ilustrar lo que decimos.
Hacia dónde se dirigirá ahora, mañana lo sabremos. Aunque algo ya podemos vislumbrar a partir de sus últimos discursos. El domingo en el monumento a Lincoln el todavía entonces presidente electo expresó un concepto aterrador: “Necesitamos una nueva declaración de independencia para independizarnos de la ideología, el partidismo y la intransigencia”. ¿Qué quiso decirnos? ¿Que a partir de ahora el dictará nuestra ideología y un único partido? ¿O acaso llama intransigencia a nuestra lealtad a principios ideológicos diferentes a los suyos? O que tal hoy cuando nos dijo que tenemos que “rehacer a los Estados Unidos”, ¿qué nos propone, acaso una nueva revolución? O cuando acusó por inferencia a la administración saliente de haber renunciado a nuestros ideales en aras de la seguridad, ¿nos está diciendo que abandonará lo que nos ha mantenido seguros hasta hoy?
En los discursos del entonces candidato Obama, siempre nos llamó la atención que su forma de expresar el tiempo en que alcanzaría las metas que se proponía como Presidente, por lo general iban más allá de los 8 años que puede servir un ciudadano como presidente, según establece la Constitución de los Estados Unidos. Hoy esas dudas se van aclarando poco a poco. Ya en la Cámara de Representantes hay una propuesta de Resolución Conjunta, exactamente la H.J. 5, presentada por el Representante demócrata Serrano, para eliminar la 22da enmienda de la Constitución: ¡la enmienda que limita el tiempo a servir como presidente a dos períodos consecutivos!
Entonces, ¿tenemos o no razones para preguntarnos y ahora qué?
Nobama
Nueva York, 20 de enero de 2009
Para los que dudan pueden ver la resolución aquí
Después de la más prolongada campaña electoral en la historia de los Estados Unidos y de un período de transición de 10 semanas en las que no han faltado crisis domésticas y externas, Barack Hussein Obama se convirtió hoy en el 44to presidente de los Estados Unidos. Ahora está en su pleno apogeo el Kumbaya de la toma de posesión, la gran celebración y la apoteósica presencia de público en la toma de posesión, pero después que esta noche finalicen los bailes y fiestas programadas y que el flamante nuevo presidente duerma por primera vez en la Casa Blanca, mañana en la mañana empieza la parte más difícil.
Puede ser que en cualquier otra época, el pobre currículo de Obama habría hecho de él una figura electoral pasajera, una fugaz presencia en la escena nacional; pero esta vez, el esperanzador mensaje del elocuente senador de Illinois logró entrar a las casas de los votantes y se convirtió en discusión obligada en reuniones familiares y entre amigos.
Ahora le toca demostrar que él no es un error del entusiasmo, o un producto de la inmadurez y la rebeldía natural de los más jóvenes, ni del llamado de la raza que hizo que más del 90% de los afroamericanos votaran por él, incluyendo a algunos que, como Colin Powell, nada tienen que ver con la ideología socialista que su historial muestra. Cierto es que después de derrotar a Hillary Clinton en las primarias, su movimiento al centro fue a la velocidad de la luz, lo que a muchos de nosotros, lejos de tranquilizarnos nos preocupó aun más, porque si alguien puede renunciar tan rápido a las ideas que defendió durante toda su vida política anterior, no olvidemos que se le consideró el senador demócrata más a la izquierda durante el tiempo que estuvo en la cámara alta, qué no haría para lograr llegar a la posición de poder más importante del mundo. Su giro de 180 grados en asuntos como el matrimonio Gay y la guerra en Irak por citar solamente dos, pueden ilustrar lo que decimos.
Hacia dónde se dirigirá ahora, mañana lo sabremos. Aunque algo ya podemos vislumbrar a partir de sus últimos discursos. El domingo en el monumento a Lincoln el todavía entonces presidente electo expresó un concepto aterrador: “Necesitamos una nueva declaración de independencia para independizarnos de la ideología, el partidismo y la intransigencia”. ¿Qué quiso decirnos? ¿Que a partir de ahora el dictará nuestra ideología y un único partido? ¿O acaso llama intransigencia a nuestra lealtad a principios ideológicos diferentes a los suyos? O que tal hoy cuando nos dijo que tenemos que “rehacer a los Estados Unidos”, ¿qué nos propone, acaso una nueva revolución? O cuando acusó por inferencia a la administración saliente de haber renunciado a nuestros ideales en aras de la seguridad, ¿nos está diciendo que abandonará lo que nos ha mantenido seguros hasta hoy?
En los discursos del entonces candidato Obama, siempre nos llamó la atención que su forma de expresar el tiempo en que alcanzaría las metas que se proponía como Presidente, por lo general iban más allá de los 8 años que puede servir un ciudadano como presidente, según establece la Constitución de los Estados Unidos. Hoy esas dudas se van aclarando poco a poco. Ya en la Cámara de Representantes hay una propuesta de Resolución Conjunta, exactamente la H.J. 5, presentada por el Representante demócrata Serrano, para eliminar la 22da enmienda de la Constitución: ¡la enmienda que limita el tiempo a servir como presidente a dos períodos consecutivos!
Entonces, ¿tenemos o no razones para preguntarnos y ahora qué?
Nobama
Nueva York, 20 de enero de 2009
Para los que dudan pueden ver la resolución aquí
lunes, 19 de enero de 2009
Una nueva religión

Oh, la vida es más grande
Es más grande que tú
Y tú no eres yo...
R.E.M.
Losing my religion
En una extravaganza con reminiscencias Fellineanas que mucho recuerdan a Julieta de los Espíritus o a La nave va, mañana será la coronación del nuevo Mesías Barack Hussein Obama. A pesar de la recesión que azota a nuestra economía y cuando muchos ciudadanos temen perder sus casas y sus empleos, o no pueden pagar sus cuentas, la ceremonia amenaza con ser la más cara en la historia de los Estados Unidos, se calcula que costará entre 150 y 160 millones de dólares. Todo parece indicar que la izquierda norteamericana y mundial han encontrado una nueva deidad a la que rendirle culto. De eso trata este artículo publicado en Libertad Digital por Cristina Losada, que Nobama recomienda a sus lectores.
Es más grande que tú
Y tú no eres yo...
R.E.M.
Losing my religion
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