jueves, 19 de noviembre de 2009

De cómo el Príncipe Harry compra los votos en el mejor estilo Capone de Chicago

¿Cuánto se necesita para comprar el voto de un(a) Senador(a) Demócrata supuestamente moderado(a) para que vote por el ObamaCare?

Hasta ahora la cifra llega a los $100 millones según informa la Oficina Congresional para el Presupuesto, CBO.

En la página 432 de la versión Reid del ObamaCare del Senado (En Nobama nos estamos leyendo la ley completa, igual que hicimos con la versión del ObamaCare de su Majestad Pelosi), se incluye una sección que incrementa los subsidios al Medicaid en “determinados estados que se recuperan de un gran desastre”.

En esa sección el Príncipe Harry le dedica dos páginas a la definición de cuáles “Estados” calificarían para dicho incremento, estableciendo entre otras cosas que deberán ser estados que “durante los 7 años fiscales anteriores” hayan sido declarados como “área de gran desastre”.

Según hemos podido comprobar por diferentes fuentes, esa sección sólo puede aplicarse a un estado: Louisiana, el cual, casualmente es el de la Senadora “moderada” Demócrata Mary Landrieu, quién, casualmente también, ha estado amenazando con sumarse al filibuster para no permitir que la propuesta de ley llegue al pleno del Senado. El voto está tentativamente programado por Reid para el próximo sábado.

Dicho más claramente, el proyecto de Ley necesita dos páginas para describir lo que podría hacerse con una sola palabra: Louisiana, lo que, además, pone de manifiesto el por qué Reid y sus secuaces tuvieron que encerrarse en una habitación en el mayor secreto para escribir su versión del ObamaCare y también por qué tiene más de 2 mil páginas. El Príncipe Harry, sabe muy bien que no puede lograr la aprobación de su ObamaCare sin el apoyo de la Senadora por Louisiana Mary Landrieu y ella, por supuesto, lo sabe también y piensa que con esa jugada puede complacer a Dios y al Diablo a la vez.

Así, nuestro inefable Harry, coloca este edulcorante dedicado únicamente para ceder ante la Senadora del Bayou para que esta vote Sí para comenzar el debate de su versión del ObamaCare.

Por si alguien no lo recuerda ya, el Huracán Katrina arrasó al Estado del Pelícano y los pantanos del Bayou en 2005, así que sacar la cuenta no les será muy difícil.

Además, el Príncipe Harry ya cuenta para su versión del ObamaCare con el beneplácito declarado del artífice de The Chicago Way en la Casa Blanca: Barack Hussein Obama, quien ya de regreso de su desastroso paseo por Asia está listo para torcer brazos y comprar voluntades con los dineros del supuesto Estímulo Económico.

Así están las cosas en esta cada vez más versión de una Republiqueta Bananera, gracias al Organizador Comunitario en Jefe.

En Nobama, seguiremos buscando el lado oculto de la luna y se los mostraremos mientras podamos.

Nobama
Nueva York, 19 de noviembre de 2009

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Panel de la muerte y racionamiento decide cuáles mujeres viven y cuáles mueren o el Fascismo en el cuidado de la Salud

Una Fuerza de Tarea del Gobierno (esa predilección de los totalitarios por la jerga militar) acaba de pronunciarse en contra de las mamografías rutinarias en mujeres menores de 50 años, lo que evidentemente es la primera muestra de “racionamiento” en el cuidado de la salud y, por ende, de la decisión de vida o muerte en manos de burócratas desde Washington, en relación con la variedad de cáncer que tiene el # 2 en el número de mujeres que mata anualmente en los Estados Unidos y el # 1 entre las hispanas.

Lo que puede lograr una diferencia de seis meses y la presión de la Casa Blanca para pasar la Ley del ObamaCare. Hace sólo seis meses la US Preventive Services Task Force (Fuerza de Tarea para los Servicios de Prevención en los Estados Unidos), un panel que funciona dentro del Departamento de Servicios de Salud y Humanos del Gobierno, aunque la Casa Blanca dice que es independiente, y cuya misión es recomendar las “mejores prácticas” para la prevención, emitió una señal de alarma, acerca de un ligero descenso en las mamografías anuales entre las mujeres que estaban entre los 40 y los 50, y advertían a las mujeres en esas edades que podrían estar poniendo en riesgo sus vidas. Pero ahora ese mismo panel, dentro de la estructura burocrática gubernamental, ha decidido que la prueba deben practicársela las mujeres entre los 50 y los 69 años, porque según dicen “es más sólida la evidencia entre estas edades de que esas pruebas reducen la tasa de muerte por cáncer del seno”, según el panel los recursos empleados en las mujeres menores de 50 años no se justifican teniendo en cuenta que el nivel de “fatalidades” en esas edades es “extremadamente bajo” y porque además las “mamografías producen resultados positivos falsos en un 10% de los casos, lo que ocasiona ansiedad y hace que las mujeres se sometan a pruebas de seguimiento innecesarias”.

No importa que la American Cancer Society, el American College of Radiology y otros expertos estén en contra del cambio, basándose en la realidad de que los beneficios de las mamografías rutinarias han demostrado claramente que estas juegan un papel primordial en la reducción del número de mastectomías realizadas y de muertes a causa de uno de los cánceres más comunes. “Decenas de miles de vidas se han salvado por las pruebas de mamografía, y estos idiotas quieren eliminarlas”, dice el Profesor de Radiología de la Escuela de Medicina de Harvard, Daniel B. Kopans, quien además califica la medida como “una locura, y totalmente falta de ética”. Ni que el 3% de las mujeres en esas edades pagarán con su vida el que no se les detecte el mal a tiempo.

¿Qué ha cambiado en los últimos seis meses para que la ilustre Fuerza de Tarea haya modificado su punto de vista para lograr el 1% de reducción en las pruebas? Simplemente que si logran pasar el ObamaCare, el Gobierno tendría que pagar por muchos más exámenes si se mantiene la regla anterior. De ahí que lo que la administración Obama busca y para eso utiliza a su Fuerza de Tarea “independiente” es reducir los costos y no salvar vidas. Lo cual nada de raro tiene en la extrema izquierda que tan poco respeto tiene por la vida humana. Este repentino cambio de opinión en sólo seis meses demuestran que las prioridades de la administración no son las de salvar vidas, sino que racionando las prestaciones el CBO diga que el ObamaCare no aumenta el gasto y que la Ley se paga por sí misma.

Barack Hussein Obama decía cuando hablaba de su concepto de la Salud Pública que el incremento de la prevención rebajaría los costos. Pero de pronto vira la tortilla y reduce drásticamente la prevención. Todo esto sucede cuando todavía el ObamaCare no es Law of the Land, ¿qué no sucederá cuando lo sea?

¿Dónde estarán las feministas defensoras del ObamaCare que no se les oye opinar en este caso?

Seguramente atacando a Sarah Palin, mujer, conservadora, madre de familia y pro-vida; destruirla a ella es más importante que salvarle la vida a unas cuántas mujeres de origen hispano, cuya primera causa de muerte es precisamente el cáncer de mama.

Nobama
Nueva York, 18 de noviembre de 2009

lunes, 16 de noviembre de 2009

We Love New York...
¿Barack Hussein Obama? ¡No!


Mientras Barack Hussein Obama, satisfacía en Japón, ese su íntimo placer, casi erótico podría decirse, de doblar el espinazo ante la realeza, ya lo había hecho ante el monarca saudita, y cumpliendo sus órdenes, aunque se apresurara en negarlo, el Fiscal General Eric Holder, anunciaba que Khalid Sheik Mohammed, el arquitecto del ataque terrorista, de ese acto de guerra criminal que fue el 11 de septiembre y sus cómplices, serían trasladados a Nueva York para ser juzgados en las Cortes Federales como criminales comunes, con los mismos derechos que habrían tenido sus víctimas norteamericanas de haber en vida tenido que enfrentar un proceso judicial. Todo ello sucedía sólo a escasos días en que un terrorista musulmán, Nidal Malik Hassan, asesinara a 14 norteamericanos e hiriera a otros 30 al grito de “Alah al Bakr” (Dios es Grande) con lo que se producía en esta década el segundo ataque terrorista en territorio norteamericano y el anuncio de que la Guerra había llegado a nuestro territorio, algo que la administración Bush había logrado impedir con éxito. Tanto el lamentable discurso de Obama en Fort Hood como el anuncio hecho por Holder demuestran simplemente que Obama y sus acólitos de la extrema izquierda en el poder, se niegan a reconocer que estamos en guerra y, lo que es peor, el regreso a la mentalidad previa al 11 de septiembre, una de las causas principales de aquella tragedia nacional.

En su obsesivo negar la realidad de que ya Islam y terrorismo son prácticamente sinónimos, la administración Obama no duda ni un instante en aumentar el peligro que siempre se ha cernido sobre los neoyorquinos como blanco predilecto de los planes criminales de los islamofascistas y coloca a esta ciudad en el punto de mira central de aquellos que sí están en guerra con nosotros, aunque de forma irresponsable, Obama y la extrema izquierda se empeñen en negarlo.

Khalid Sehik Mohammed y sus cómplices, no sólo reconocieron su papel en el peor ataque terrorista que recuerde la historia, sino que además se vanaglorian de ello. Ellos debieron ser condenados a muerte y ejecutados hace ya demasiados años. Sus acciones fueron realizadas en nombre de una perversa guerra santa contra los Estados Unidos; fueron capturados en territorio extranjero en medio de una región en guerra y además, no son ciudadanos norteamericanos, de manera que no tienen ningún derecho como combatientes enemigos a recibir ninguna protección constitucional. Además, si ya esos cinco terroristas criminales ofrecieron el año pasado declararse culpables ante una comisión militar y aceptar las consecuencias que se derivan de sus acciones, ¿qué sentido tiene traerlos a Nueva York y darles todas las garantías procesales que otorga nuestra constitución como si fueran delincuentes comunes?

La respuesta para nosotros es bien clara: ¡No tiene ningún sentido! Hacerlo no responde al propósito de hacer justicia, ni hacer de nuestro país y la ciudad de Nueva York lugares más seguros, la realidad es que resulta todo lo contrario, es como colocar un enorme tiro al blanco en el corazón de esta ciudad que conocemos y amamos como la Gran Manzana.

La realidad es que lo que persiguen Obama y sus secuaces es convertir ese juicio en un circo mediático propagandístico, porque si ya los autores han confesado, ¿a quiénes se juzgará en ese travestismo de justicia? El propósito no es otro que el de someter a juicio a la administración Bush por habernos mantenido seguros después de los ataques terroristas de aquella mañana del 11 de septiembre. Esos serán los verdaderos reos, que nadie se llame a engaño. A Obama no le interesa la justicia, ni el sufrimiento de las víctimas, ni el riesgo al que somete a esta ciudad ni al país. Como tampoco le interesa la vida de nuestros soldados en Afganistán e Irak.

Es increíble como hay todavía quienes pueden defender esta sucia jugada política de Obama. Khalid Sheik Mohammed y sus secuaces no serán juzgados en Nueva York; se juzgarán las técnicas de interrogación utilizadas y por ende a la CIA y al Presidente Bush. Como enemigos combatientes a ninguno de esos 5 terroristas se les leyeron sus derechos como exige la Ley para los delincuentes comunes. Todo sin contar que, además, será un juicio que tomará años y que costará millones de dólares que serán sacados de nuestros impuestos, sin garantías de que el resultado final sea la condena de estos desalmados, de acuerdo con las leyes que rigen los procesos judiciales civiles. Y hay hasta quien nos dice tener suficientes elementos como para pensar que Obama en el fondo quiere que los juicios fracasen y que las evidencias sean rechazadas por la corte, para así tener más razones jurídicas para llevar a juicio a la CIA y por ende a la administración Bush.

Finalmente, ¿por qué escogió Obama el momento en que viajaba a Asia para que Holder hiciera el anuncio? Porque como ya es costumbre en él huyó hacia adelante, porque sabe que esta decisión no tiene defensa, pero es tan cobarde que ni siquiera tiene el valor de asumir la responsabilidad por sus acciones.

¡Qué vergüenza de Presidente que tenemos!
Nobama
Nueva York, 16 de noviembre de 2009