
Los polacos y checos, a quienes el Presidente Bush prometió el escudo, trataron de ocultar su decepción. “Esto no es bueno”, dijo el ex Presidente de Polonia Lech Walesa. Muchos de los proponentes de ese sistema, como el Senador John McCain, dijeron que la decisión era “un grave error”. Para ser francos, en Nobama no nos sorprendió la decisión; es más, la esperábamos hace ya mucho tiempo y hasta la habíamos anunciado. En un artículo titulado Obama el Pacifista o como acabar con la mentalidad de guerra, que publicamos el 7 de julio de este año, analizando la visita de Obama a Moscú, decíamos: “Pero como si lo acordado no ocasionara ya suficiente daño a la seguridad de los Estados Unidos y del mundo, nuestro Presidente no dejó de mostrar su coincidencia con la posición rusa en relación con la defensa antimisiles. Parece ser que en aras de obtener algo de ellos no le importó entregarles en bandeja de plata a Europa del Este que otra vez estará bajo la esfera de influencia del Kremlin”.
Por eso no resulta extraño que la marioneta de Putin, el Presidente Medvedev se mostrará encantado con la estúpida decisión y la llamó una “acción responsable”. La extrema izquierda del Partido Demócrata, representada por la Speaker de la Cámara Nancy Pelosi, la calificó de “brillante”.
Según Obama, además de los factores técnicos la decisión se basó, además, en informes “actualizados” de inteligencia, acerca de los programas de misiles de Irán. Lo malo es que los informes de inteligencia norteamericanos acerca de Irán no han mostrado, en el pasado, ser muy precisos que digamos. En realidad de confirmarse lo que aparece en un borrador de informe de la Agencia Internacional para la Energía Atómica (IAEA), que, según hemos podido conocer, dice que Irán cuenta con “información suficiente” para construir un dispositivo nuclear y que está muy bien encaminado en el desarrollo de un sistema de misiles capaces de ser portadores de una cabeza nuclear con una capacidad destructiva similar a las explosiones de Hiroshima y Nagasaki. Obama miente o nuestra inteligencia está totalmente desinformada.
El 3 de febrero de este año, con motivo del 30 aniversario de la Revolución Islámica, Ahmadinejad anunció el lanzamiento exitoso de un satélite espacial, puesto en órbita por un cohete de 3 etapas Safir-2, similar a los misiles balísticos portadores de cargas nucleares. En aquella ocasión el dictador iraní declaró que con esa victoria Irán “oficialmente alcanzaba su presencia en el espacio” y el Departamento de Estado dijo que representaba una “gran preocupación” y que podía conducir al desarrollo de misiles balísticos intercontinentales, pero Irán insistió en que sus intenciones eran pacíficas y, claro está, según vemos ahora Obama les creyó a pies juntillas.
Pero hay más señales que debían preocupar al Presidente Obama, el pasado 11 de septiembre, cuando se conmemoraron 8 años de los ataques realizados por terroristas islámicos, el Hombre Fuerte de Rusia, Vladimir Putin, dijo a través de su portavoz que advertía acerca del uso de la fuerza o de nuevas sanciones contra Irán debido a su programa nuclear. Según el portavoz Peskov, Putin lo dijo en una reunión celebrada ese día con expertos extranjeros en Rusia. Peskov citando a Putin dijo que “Rusia no tenía razón alguna para dudar que el programa nuclear iraní era puramente pacífico y que el uso de la fuerza no resolvería el problema y dañaría a toda la región. Además, siempre según Peskov, dijo que las sanciones no lograrían el efecto deseado”. A cualquiera que tenga un mínimo de conocimiento para leer a los rusos entre líneas, no se le habría escapado la coincidencia en la fecha para hacer semejantes declaraciones. Hace ya más de un año, el 13 de agosto de 2008, cuando Obama no era todavía ni siquiera el candidato oficial a la Presidencia por el Partido Demócrata, en un artículo en Nobama, titulado Cambio a la carta. Barack Hussein Obama: Un símbolo del relativismo moral y político, nos hacíamos la siguiente pregunta retórica: “¿qué sería una presidencia Obama?”
Hoy, como entonces, decimos: “Una política exterior peligrosa por lo ingenua y por la profunda incomprensión de la historia por parte del candidato. Si no nos bastara lo que sabemos de cómo piensa acerca del tema; sus declaraciones en la reciente crisis en Georgia nos muestran claramente su proximidad a Jimmy Carter: ‘ahora es el momento para que Georgia y Rusia muestren contención’, estableciendo una falsa equivalencia moral entre el agresor (Rusia) y el agredido (Georgia)”. Desde entonces, se podía prever que Barack Hussein Obama, no sería un presidente confiable para nuestros amigos y aliados y estos ya 8 meses de su administración, nos demuestran que Obama no lo es, porque como buen populista la palabra empeñada por la nación antes de su llegada no tiene ningún valor, porque nada de lo anterior merece tenerse en cuenta, mucho menos los compromisos de seguridad. Y que para lograr sus objetivos está dispuesto a tirar debajo del tren a quien sea, llámese Israel, Honduras y ahora Chequia, Polonia más todos los países que alcanzaron su libertad del totalitarismo ruso y que con nosotros han compartido la lucha contra el terrorismo en Iraq y Afganistán.
Esta inconcebible decisión de Obama, le otorga una enorme victoria política a Putin y a su marioneta Medvedev, quienes desde el principio aseguraron que no permitirían la instalación de ese sistema en Europa Oriental. Es una imperdonable traición, principalmente para esos dos importantes aliados, la República Checa y Polonia, que han hecho todo lo que los Estados Unidos le han pedido y con frecuencia afrontando un extraordinario costo político. Pero como parece ser que Obama, ave de la misma especie ideológica que los rusos, ya le cogió el gusto a lo de las fechas para hacer declaraciones importantes, traiciona a Polonia haciendo el anuncio en el 70mo. aniversario de la invasión soviética de Polonia, el 17 de septiembre de 1939, un acontecimiento que revive los más antiguos y terribles temores de Varsovia de sufrir una agresión desde el Este.
Para nosotros no cabe duda alguna de que esta fue una prueba de Moscú para ver hasta dónde llegaba la verdadera voluntad de Washington para cumplir sus compromisos con sus aliados de Europa del Este y, lamentablemente, como diríamos en buen cubano “Obama se abrió de patas ante el Oso Ruso”.
El daño diplomático que a largo plazo ha inflingido Obama a los Estados Unidos al entregar “en bandeja de plata” a nuestros aliados del Este costará trabajo recomponerlo a una futura administración con vergüenza y honor. Gracias a Dios existe Israel y que Bibi Netanyahu le ha cantado las cuarenta a Obama. Israel, que es un amigo fiel de los Estados Unidos, parece ser que será quien nos libre del peligro de un Irán nuclear aunque de la rabieta el Tartufo de la Casa Blanca eche espuma por la boca.
Hoy más que nunca ¡Feliz Rosh Hashaná Israel!
Nobama
Nueva York, 18 de septiembre de 2009