viernes, 3 de abril de 2009

¿Bienvenido Mr. Marshall Déjà Vu?

Hasta ahora, Barack Hussein Obama no ha tenido problemas para ser la mayor atracción mediática, más que las violentas protestas, en este su primer viaje transatlántico como Presidente. Pero mientras él y Michelle se encontraban con la Reina Isabel II, Obama luchaba a brazo partido para mantenerse como el principal líder mundial y conducir el debate político.

¿Lo logró?

La Casa Blanca dice que el Presidente dio su conferencia de prensa en solitario para llevar su mensaje, otros le atribuyen un significado de liderazgo, pero lo cierto es que las demás naciones del G-20 tuvieron igualmente en solitario sus conferencias de prensa antes de la de Obama. A él como la suerte de estrella de rock que proyecta, le conceden la conferencia de cierre. Ah, le contrôleur européen de la finesse.

“Tengo absoluta confianza en que esta reunión reflejará un enorme consenso acerca de la necesidad de trabajar de acuerdo para enfrentar estos problemas”, dijo Obama, prediciendo junto al Primer Ministro Británico Gordon Brown que la Cumbre resultaría en un importante acuerdo global para enfrentar la cada vez más profunda recesión mundial.

Según el documento salido de la reunión, ellos son los únicos que tienen esa seguridad.

En la anterior Cumbre celebrada en Washington, donde se acordó celebrar la de Londres, el entonces presidente Bush utilizó la ocasión para señalar las virtudes y ventajas del capitalismo de libre mercado y advertir que las respuestas internacionales a la crisis financiera podrían rápidamente convertirse en un asalto a la libertad económica, Bush quiso y logró dejar bien clara la posición de los Estados Unidos al respecto.

“Si buscamos crecimiento económico, si buscamos oportunidad, si buscamos justicia social y dignidad humana, el camino es el sistema de libre mercado”, dijo entonces Bush.

Eso era cierto hace seis meses y también lo era hace 62 años cuando en julio de 1947 y prácticamente sobre ese mismo concepto se edificó el llamado Plan Marshall, cuyo nombre real era Programa de Recuperación Europea. Al concluir el programa en abril de 1948, la economía de todos los estados participantes, con la excepción de Alemania, había crecido mucho más allá de sus niveles previos a la guerra. Durante las siguientes dos décadas, muchas regiones de Europa Occidental disfrutarían de un crecimiento y una prosperidad sin precedentes. Durante mucho tiempo al Plan Marshall se le ha identificado como uno de los primeros elementos de la integración Europea, ya que al eliminar las barreras de las tarifas comerciales, abolió de hecho el proteccionismo y estableció instituciones para coordinar la economía a un nivel continental.

Lo dicho entonces por Bush, también es cierto hoy, 3 de abril de 2009, a 61 años de finalizar el Plan Marshall. El único problema, y no pequeño, es que ahora tenemos a Barack Hussein Obama.

Esta Cumbre del G-20 le ofreció una oportunidad ideal para que hiciera su propio llamado inequívoco en defensa del libre mercado, pero nuestro flamante e iluminado Presidente dejó pasar la ocasión y sumido en la poesía y con un huracán de grandielocuencia, habló de “un enorme consenso” a pesar de que su propuesta, secundada por Brown, de inyectar millones de millones en el gasto público como estímulo económico, rápidamente tuvo que ser degradada. Oportunidad esta que no dejó pasar la Canciller alemana Ángela Merkel, más experimentada, pragmática y conservadora con experiencia en el tufo que despide el discurso Obamista, para convertirse en la principal defensora del modelo económico libre e independiente y de paso frenar con éxito la orgía de gasto masivo global que como su Plan Marshall personal, milagroso y salvador; llevaba Obama en cartera, para solucionar los problemas económicos de la humanidad. “No dejaré que nadie me diga que debemos gastar más dinero”, dijo la Merkel y el viento del huracán de elocuencia, se quedó quieto.

Así, como anticipaba en mi artículo anterior, lo más importante de esta Cumbre fue el acuerdo logrado entre China y Obama, del cual todavía no sabemos mucho, pero del que ya nos iremos enterando. Habrá que ver que consiguió nuestro mayor acreedor para dejar a un lado su propuesta de una nueva divisa global en sustitución del dólar y que le habrá concedido a Medvedied para que el presidente ruso tampoco volviera a mencionar el asunto.

En fin, que esta Cumbre salvadora del mundo concluye como anticipaba: Apenas mil millones de dólares adicionales a los ya acordados anteriormente en Washington para los distintos planes de estímulo y zip, se cerró la bolsa. De esos dineros adicionales el monto mayoritario irá al Fondo Monetario Internacional como fondo de rescate a países en apuros; no, no se embullen que esos no somos nosotros.

Según, Gordon Brown, “el viejo consenso de la cumbre de Washington ha acabado, hoy hay un nuevo consenso”, pero debió agregar entre Obama y yo. De la Cumbre no sale un nuevo consenso, más bien un no-consenso, compromisos vagos de interpretación múltiple en un comunicado tan ambiguo que contente a todos y que parezca que tanto las recetas de Obama y Brown como las de Sarkozy y Merkel se han impuesto. Y lamentablemente quien más sufrirá con esta vaguedad será el libre comercio, porque no existe en el texto una defensa real del mismo, sino más bien de los intercambios controlados. Por otro lado, en otro de los aspectos claves de la reunión, la regulación financiera global, llegaron a un acuerdo que podríamos llamar salomónico: se crea el Consejo de Estabilidad Financiera, pero no se establecen con precisión sus atribuciones y alcance.

Finalmente, para que esta reunión de salvadores del mundo tuviera un brillante colofón, necesitaba de un chivo expiatorio sobre el que debe desencadenarse toda la ira de los nuevos cruzados y lamentablemente le tocó a los llamados Paraísos fiscales que serán quienes paguen el pato, aunque no hayan jugado ningún papel relevante en el estallido de la actual crisis financiera. Su principal papel siempre ha sido el de ofrecer grandes ventajas a los inversionistas y empresas extranjeras que tratan de escapar de los elevados impuestos que se aplican en sus respectivos países. El problema es que la voracidad insaciable de las burocracias gubernamentales no puede permitir que se les escapen 11 mil quinientos millones sin gravar. Al menos sabemos que Obama dijo, de eso nada y bueno, los demás se lo conceden. No importa que ello en nada contribuya a impedir que se vuelvan a producir crisis económicas, pero sí que abra la puerta a brutales subidas de impuestos en todos los países de occidente y que con ello desaparezca para siempre el secreto bancario, instrumento imprescindible en el mercado inversionista. Supongo que la lógica esté en que si los Gobiernos serán el mayor inversor mundial, para qué podría necesitarse la existencia del dichoso secreto bancario.

En fin que de esta Cumbre quien esperaba alguna solución a la crisis económica, ciertamente quedará muy decepcionado. Pero hay alguien que a lo mejor tenía razón, aunque me pese reconocerlo, cuando ayer escribió en ocasión del comienzo de la reunión: “Lo que al mundo importa es lo que de allí salga, si es que sale algo”. Les doy una pista: salió publicado hoy en el periódico cubano Granma y su título es El inicio de la cumbre. Nada difícil de adivinar.

Aaron Mayer
Nueva York, 4 de abril de 2009

Charles Kratuhammer gana premio periodístico

El columnista y comentarista de TV Charles Krauthammer, ganador del Premio Pulitzer esta vez ganó el Premio Eric Brendell a la Excelencia en el periodismo.

"Chuck" Krauthammer, es casi una referencia obligada en Nobama por sus certeros análisis, demoledores razonamientos y honestidad periodística, en tiempos en que la profesión se ve poblada de tanto oportunista que parece haber olvidado el verdadero sentido del periodismo en una sociedad democrática.

¡Felicidades y nuestros respetos maestro!
Nobama
Nueva York, 3 de abril de 2009

miércoles, 1 de abril de 2009

EL BACALAO CON OBAMA SE CORTA EN EL G-2

No voy a negar que el título de este artículo se presta a diversas interpretaciones. Podría pensarse que lo hago para llamar la atención y atraer más lectores y algo de razón habría en ello. De todas formas aclaro que nada tiene que ver con lo que los nacidos en Cuba conocemos por G-2, sino con la reunión que en breves horas comenzarán en Londres los líderes de las 20 economías más desarrolladas y que se conoce como Cumbre del G-20.

Hoy en una de sus acostumbradas Reflexiones el dictador cubano Fidel Castro se quejaba en el periódico Granma de que la prensa nacional y la del resto del mundo apenas se ocupaba de la reunión, específicamente de su significado y de la importancia que tendrán los acuerdos de los 20 para el resto del mundo. Parece ser que Castro leyó en algún sitio y se apropió de lo dicho por George Soros de que a menos que las naciones industrializadas se pongan de acuerdo en una reestructuración radical del sistema financiero enfrentaremos una profunda recesión mundial. Pues bien señor Dictador y señor Soros. Eso no es cierto.

Sin ninguna pretensión de oráculo ni mucho menos me atreveré a adelantar cómo se desarrollarán los acontecimientos en tan magna reunión.

Al comienzo de la reunión, los líderes del G-20 se reunirán durante 4 horas y media, conversarán, cenarán y emitirán un comunicado que ya está escrito.

La mayoría de los países rechazarán la solicitud de Obama de igualar su paquete de estímulo. A los británicos les gustaría, pero el Primer Ministro Gordon Brown ha gastado tanto en sus programas de bienestar social que las arcas del Reino están vacías y no le será tan fácil como a Obama pasar nuevos impuestos. La Canciller alemana Angela Merkel sabe que en los años 30 los consumidores necesitaban carretillas llenas de papel moneda para comprar una barra de pan, lo cual posibilitó la entrada de Adolfo Hitler y todo lo que sabemos vino después, por lo que no aceptará una inflación riesgosa para Alemania con ese tipo de paquete de estímulo. Y Nicolas Sarkozy, el presidente francés propondrá estrictas medidas proteccionistas para aliviar la decadencia económica por la que atraviesa Francia, sin que le importe en absoluto que ese tipo de medidas profundicen y prolonguen la Recesión y pudieran desencadenar una Gran Depresión mundial.

De manera que si las bazas se conocen con anticipación ¿cuán en serio debemos tomar esta reunión? En la última Cumbre del G-20 en Washington, en septiembre de 2008, todos hicieron votos solemnes de que no recurrirían al proteccionismo. Pero la cuestión quedó sólo en eso: promesas y más promesas. Un informe reciente del Banco Mundial dice que de los 20 países que integran el grupo, 17 de ellos, incluidos los Estados Unidos, adoptaron 47 medidas proteccionistas casi de inmediato.

Así, los líderes reunidos se darán algún que otro golpe de pecho y una vez más prometerán que evitarán las medidas proteccionistas, darle alguna ayuda a los países en desarrollo a través del incremento de sus contribuciones al Fondo Monetario Internacional y dirán algunas palabras acerca de la necesidad de que los reguladores financieros de los países del G-20 cooperen entre sí.

¿Y qué papel juega nuestro “iluminado” Presidente en todo este pastel? ¿Conseguirá que sus pares del G-20 presten atención a sus propuestas? Me atrevo a asegurar que no le harán muchas concesiones, pero que sí recibirá mucha retórica acerca de la necesidad de que todos los países contribuyan a la recuperación económica y así hacerle creer a él y al resto del mundo que han prestado la debida atención a su propuesta de respuesta mundial unificada a la crisis económica, en fin le salvarán la cara. Paralelamente, Obama rechazará los llamados franco-alemanes-brasileños de un Sistema Global de Regulación del sector financiero y por fin, ya era hora, llegará la sonriente foto final en grupo de los dignatarios reunidos. Y comenzará entonces la verdadera reunión tras bambalinas, la Cumbre del G-2: los Estados Unidos y China, como le llamó Bob Zoellick el Presidente del Banco Mundial.

China posee más de $1 millón de millones (trillón) de la deuda norteamericana en Bonos del Tesoro, los cuales ha comprado con los dólares que recibe cuando los norteamericanos compran todos esos productos que llevan la etiqueta de Made In China. Los chinos están preocupados de que Obama tendrá que financiar su enorme déficit lanzando al mercado más Bonos del Tesoro, los cuáles comprará la Reserva Federal imprimiendo millones de millones de dólares sin respaldo alguno, lo que, lógicamente, reduciría el valor de los dólares en poder del gigante asiático. No nos olvidemos que a Ben Bernanke, el Presidente de la Reserva Federal se le conoce por el sobrenombre de "Helicóptero Ben" porque dijo que la forma de salir de una recesión es lanzar dólares desde un helicóptero.

Los Chinos están tan preocupados que están pidiendo al G-20 que considere la sustitución del dólar como la divisa de la reserva mundial por otra divisa casi divina, que sería manejada por el FMI. Cuando nuestro lamentable e inepto Secretario del Tesoro, Tim Geithner, dijo al Consejo para las Relaciones Exteriores que esa era una idea que valía la pena tener en cuenta, el dólar se hundió en picada y fue necesario que Obama corriera en su ayuda y pronunciara con firmeza y mirada acerada la palabra “jamás” para que el dólar retomara su nivel.

La verdadera reunión serán las negociaciones entre China y los Estados Unidos y que con suerte darán inicio a un acuerdo entre ambos países para recuperar el equilibrio del sistema mundial. No perdamos de vista que China ha seguido el rumbo de Obama al implementar el mismo tipo de paquetes de estimulo que rechazan los europeos; es decir, el único aliado verdadero que tiene Obama en el grupo con posibilidades de secundar sus políticas de inyección monetaria a través de planes de estímulo es China, porque esta a su vez, tiene que gastar más en su economía interna de manera que los consumidores puedan comprar más de nuestros productos y los norteamericanos sigan comprando los suyos. Claro que para lograrlo los Estados Unidos debían cortar el enorme gasto en programas sociales para reducir el déficit y reducir los impuestos para estimular la inversión y con ello evitar así enviar tantos dólares a China. Porque si Pekin sigue utilizando esos dólares para comprar nuestros Bonos del Tesoro, como les rogó encarecidamente la Secretaria de Estado Clinton, harán descender los intereses y estimularán ese tipo de préstamos que aumenta la deuda y en consecuencia el déficit que ha llevado a la ruina a tantos bancos y a muchos accionistas y consumidores.

Sin entrar en muchos detalles, digamos que la clave de “la cosa” está en que para que la economía mundial se recupere, necesitamos de China y como ellos lo saben, aprovecharán esa posición privilegiada para utilizarla como elemento de fuerza o palanca negociadora para exigir que se le otorguen sus demandas en las instituciones internacionales y que se le reconozca el lugar que piensa merece como súper potencia naciente.

Y mientras todo esto se cocina, decenas de miles de anarquistas, extremistas medioambientales y violentos manifestantes pacifistas y no pacifistas, continuarán llegando a Londres para protestar ante el sitio en que se desarrolla la reunión del G-20, la embajada norteamericana y otros lugares que pudieran ocurrírsele. Pero esos “sacrificados luchadores por un mañana radiante para la humanidad en una sociedad igualitaria mundial” seguirán pidiendo la abolición del dinero, pero ni cuenta se darán de que dónde de verdad se corta el bacalao es en las reuniones del G-2.

Y Fidel Castro seguirá escribiendo Reflexiones alabando al gigante asiático como la “futura gran potencia económica” y el Gorila Rojo de Venezuela vociferando donde quiera que le entreguen un micrófono abogando por una nueva moneda respaldada por el petróleo y nosotros por acá cada vez más parecidos a nuestro colega en el G-2: La República Popular China, que ya no se sabe si su régimen es Socialismo o Capitalismo de Estado.

Aaron Mayer
Nueva York, 1 de abril de 2009

UPDATE:
Obama
y la República Popular China acaban de acordar un mecanismo de diálogo permanente entre las dos naciones. Sarkozy dijo que Francia y Alemania hablarán con una sola voz. Como señala Aaron en su artículo, cada vez más se perfilan dos facciones enfrentadas en la Cumbre la Galo-Germana vs. la Estadounidense-Británica. Todo parece indicar que el comunicado final no se pactará hasta entrada la madrugada.
Nobama
Nueva York, 1 de abril de 2009

UPDATE II:
No se pierdan estos artículo de Libertad Digital sobre la Cumbre del G-20. Pinchar aquí para el segundo. El colega Aaron Mayer parece que estaba bien claro de lo que sucedería.

lunes, 30 de marzo de 2009

OBAMA DA OTRA VUELTA A LA TUERCA

La Casa Blanca se lanza a fondo con el dinero de la recuperación económica. La llamada Fuerza de tarea automovilística (Auto Task Force) rechazó los planes presentados por General Motors y Chrysler para salir de su crisis y amenazó a ambas compañías con que podrían ser obligadas a declararse en bancarrota para eliminar deudas. Solución que al final demostraría que era lo indicado desde el principio. Dejar que el mercado se ajuste por sí mismo y que las compañías fallidas le den paso a las eficientes. Eso es capitalismo y proporciona empleos y riquezas. Por eso no lo harán, es sólo alarde para las gradas y el Presidente Obama esta mañana lo dijo claro: “No dejaremos que la industria automotriz falle”.

Al Obama despedir al CEO de General Motors, no ha hecho más que dar otra vuelta de tuerca en el camino que nos conduce a sus planes extremistas de Ingeniería Social, es decir al establecimiento del Socialismo o a lo que podría ser peor, todavía no está claro, el Capitalismo de Estado tipo Mussolini, quizás esa sea la razón por la que en esta mañana el índice de Dow ya había caído 261 puntos.

El anuncio de la llamada Fuerza de tarea de la Casa Blanca, encabezada por el ex banquero inversionista Steve Rattner marca un sorprendente revés para la gerencia de ambas compañías fabricantes de autos y para los inversionistas y acreedores de la General Motors, quienes creían que el gobierno seguiría una política más suave.

“Desafortunadamente hemos llegado a la conclusión de que ninguno de los planes presentados por estas compañías, representan alguna probabilidad de hacerlas económicamente viables y por lo tanto no garantizan las inversiones adicionales sustanciales que las mismas solicitaron”. Dijeron fuentes de la llamada Fuerza de tarea.

En lugar de aprobar la solicitud de la General Motors de hasta $30 mil millones en préstamos, la administración sólo le entregará fondos que garanticen su funcionamiento en los próximos 60 días, en cuyo plazo y bajo el nuevo liderazgo, deberán desarrollar un nuevo plan de reestructuración aún más radical. Correspondería ahora a la administración en su nuevo papel de “dueña de la industria” exigir concesiones verdaderamente significativas al Sindicato Automovilístico, cosa esta que dudo que haga, debido a la influencia que han tenido y tienen sus contribuciones para las campañas electorales demócratas, incluida la del Presidente; y porque los necesitan para poder implantarle su agenda extremista a la sociedad Norteamericana. ¿Quiénes saldrán perdiendo con todo este disparate? Pues como siempre, nosotros los contribuyentes y los propietarios de las acciones, es decir, los inversionistas, que ven sin poder hacer nada, como su inversión se va por el vertedero.

Obama hablando hoy desde la Casa Blanca afirmó lo siguiente: “Déjenme hablar bien claro. El gobierno de los Estados Unidos no tiene ningún interés en administrar General Motors. No tenemos intención de dirigir GM”.

¿Creerá este hipócrita que todos somos unos imbéciles? ¿Creerá acaso que somos ciegos y que no tenemos memoria? ¿Creerá de verdad que engañó a todos con la imagen de político centrista pos-partidista que nos mostró en octubre pasado?

Señor Presidente, mire bien las encuestas, cada día son más los norteamericanos que comprenden que se equivocaron al votar por usted, engañados por sus métodos aprendidos de Saul Alinsky. Cada día somos más los que comprendemos que usted lo que hace cada vez que puede, es darle otra vuelta a la tuerca para llevar a cabo su proyecto radical de hacer cada día más pobres a los Estados Unidos para poder establecer un gran gobierno autoritario centralizado. Lo único que no nos ha dicho es si la tuerca es de rosca izquierda o de rosca derecha. Aunque pensándolo bien lo importante no es hacia donde gire la tuerca. Lo importante es que cada vez tendremos menos libertades y opciones, pero también lo es que cada vez somos más quienes le hemos descubierto el juego.

Esperemos que esos “tontos de la cabeza” que están en el Congreso lo hayan comprendido también y lo obliguen a sacar el pie del acelerador. No por gusto nuestros Padres Fundadores escribieron nuestra Constitución y en ella la separación de poderes y las atribuciones de cada uno de esos poderes. La Constitución otorga el poder de regular al Congreso y el de Ejecutar esas regulaciones al Ejecutivo. No la de asumir el papel que corresponde a la Empresa Privada. La Suprema Corte ha dicho: “El que el Congreso no puede delegar el poder legislativo al Presidente es un principio vital, universalmente reconocido, para la integridad y mantenimiento del sistema de gobierno ordenado por la Constitución". Y toda esta superestructura de equipos supuestamente asesores creada por la administración Obama, es simplemente inconstitucional, en tanto asume funciones legislativas y se excede en aquellas funciones establecidas para la rama ejecutiva en la Constitución. Y tanto el Presidente, como los integrantes del Congreso lo saben. Ojalá que la Corte Suprema haya tomado nota de esta aberración.
Dios lo quiera.

Diego Rodriguez-Arche
Nueva York, 30 de marzo de 2009