viernes, 2 de julio de 2010

Yes, we can, Mr. President

De haber escuchado el tan anunciado discurso del Gran Timonel sobre Inmigración ayer, un querido amigo que ya no está entre nosotros me habría comentado: “Se equivocó la paloma”. Y de hecho habría tenido toda la razón, tanto de este como del otro mundo para afirmarlo. Y no fueron pocos los errores y sibilinadas expresadas ayer por este mal americano que hoy usurpa la Casa Blanca.

En Nobama pensamos que Obama dejó para el final el mayor y más mal intencionado de sus errores en su discurso en la American University cuando se refirió y tergiversó la historia de Emma Lazarus, la mujer, judía norteamericana, que en 1883, escribió el soneto The New Colossus, dedicado a la Estatua de la Libertad. El Tartufo dijo que ella se “inspiró en lo que vio y oyó, escribió sus pensamientos y donó una obra para ayudar a pagar la construcción de una nueva estatua: la Estatua de la Libertad, que en realidad fue financiada en parte con pequeñas donaciones de gente de todo el país”. Esta versión es, cuando menos incorrecta, y Obama lo sabe muy bien.

La verdadera historia de Lady Liberty es que fue un regalo del pueblo francés, a través de donaciones entregadas a la Unión Franco-Americana, una organización sin fines de lucro que le regaló la estatua a los Estados Unidos y el pedestal de la estatua fue pagado con contribuciones realizadas a través de la rama norteamericana de la Unión Franco-Americana, y es precisamente aquí donde entra a jugar el bello poema de Emma Lazarus, el que fue vendido en $1,500, en una subasta realizada por el comité para la construcción del pedestal. El soneto fue grabado en una placa de bronce y fijado principios del año 1900 en una pared interior del pedestal. Pero el descaro de Barack Hussein Obama ayer fue tan lejos como para alterar el contenido del poema cuando al citar uno de sus versos dijo: “yearning to be free” (anhelo de ser libre) en lugar de “yearning to breathe free” (anhelando respirar en libertad) como originalmente escribió la poeta.

¿Por qué el Gran Timonel trata de manipular este símbolo americano y los versos de Emma Lazarus?

En el contexto de la dedicación de Lady Liberty, Emma Lazarus escribió su famoso soneto en el que se destaca aquello de “Give me your tired, give me your poor, give me your huddled masses yearning to breathe free” (Dadme a vuestros rendidos, a vuestros pobres, vuestras masas hacinadas anhelando respirar en libertad) cuya interpretación sibilina por parte de Obama, está dirigida a una maniobra política en el debate inmigratorio y no a considerar seriamente el problema que enfrenta nuestra frontera sur y la invasión de indocumentados que desde allí sufrimos, como una vez dijera Milton Friedman hace muchos años; cuando Lazarus escribió en su soneto Give me your tired, your poor, Your huddled masses yearning to breathe free, se refería a aquellas “masas” con ansias de libertad que venían a fundirse en el “crisol Americano” imbuidos del mismo “sólido individualismo” que había hecho grande a América y no a integrarse en ese mundo del “multiculturalismo” y del “Estado de Bienestar” en el que quiere disolver nuestro excepcionalismo el Tartufo de la Casa Blanca. No, Señor Presidente, en realidad lo que Emma Lazarus quiso decir, es que en los Estados Unidos estamos dispuestos a recibir a todos los que huyen de la opresión y de la tiranía y no de la pobreza per se. Y hasta tuvo el atrevimiento de decir que Emma Lazarus había dedicado su vida a la atención a la salud. Poco le faltó para decir que el ObamaCare estuvo inspirado en el legado de la poeta.

Señor Presidente, la Estatua de la Libertad jamás estuvo concebida para ser un símbolo de la inmigración. Su concepción siempre fue la de ser el símbolo de la libertad y de la liberación de los oprimidos. Por eso la llamamos la Estatua de la Libertad y no la Estatua de la Inmigración. Ella es un monumento que estuvo destinado a conmemorar el centenario de la firma de la Declaración de Independencia el 4 de julio de 1776, esa misma declaración que su nominada a la Corte Suprema Elena Kagan, dijo que “era irrelevante para ella cuando de la Ley se trataba”. Esa misma declaración que los franceses quisieron honrar, tan profunda y excepcional que en todas partes del mundo se le considera muchas veces que tiene mucho más peso que la misma Constitución en términos de la profundidad de su significado, la misma razón por la que con frecuencia Abraham Lincoln le daba más importancia que a la misma Constitución.

Lady Liberty es quien nos guía, quien está a la vanguardia llevando en alto la antorcha de la libertad desde los Estados Unidos hacia el resto del mundo… a pesar de usted. Ella no carga la antorcha para alumbrar el camino hacia los Estados Unidos, ella lo hace para mostrar el camino hacia la libertad a los oprimidos, a los “rendidos”, a los “pobres”, a las “masas hacinadas anhelando respirar en libertad” del resto del mundo. Ella no es un faro para que los inmigrantes lleguen a este país porque estén “rendidos”, sean “pobres”, estén “hacinados”, hambrientos o sedientos. Desde que mintiendo, utilizando medias palabras y ocultando sus verdaderas intenciones logró hacerse con la presidencia, usted ha tratado de apagar la llama de esa antorcha, pero como no ha podido, ahora trata de manipularla en beneficio de su agenda política. Resulta indignante como trata usted de tergiversar y manipular y pretende utilizar nuestras más profundas tradiciones e instituciones para abiertamente destruirlas y redefinirlas. ¡Qué vergüenza!

Entonces, ¿qué debemos preguntarnos aquellos que estamos en contra de la agenda política del Régimen hoy que estamos sólo a un día de por medio del cumpleaños de la nación?

¿Acaso indagar dónde reside la responsabilidad de que esta agenda esté hoy en marcha?

¿Son responsables el Gran Timonel y su Partido Socialista, o el responsable es el electorado que permitió que lo llevó al cargo?

¿O acaso no es hora ya de que todos finalmente nos preguntemos quién es él y por qué lo está haciendo?

En Nobama pensamos que de hoy al domingo debemos reflexionar acerca de estas preguntas y también sobre el tema migratorio, principalmente, porque en su discurso este truhán trató de inyectarnos el concepto de lo inevitable en materia de protección de nuestras fronteras. Según él nuestras fronteras son demasiados grandes y resulta imposible protegerlas, por lo que debemos entonces dejarlas abiertas y legalizar masivamente a todo aquel que viole nuestras leyes y llegue a este país. Hoy por puras razones políticas, Barack Hussein Obama, se hace abanderado de lo que cuando era Senador votaba en contra, también por puras razones políticas.

Con el propósito de hacer de esta reflexión que proponemos algo útil, refresquemos la memoria y recordemos algunos de sus votos en el Senado, cuando durante la Presidencia de George W. Bush se discutía el tema de una Reforma Migratoria. En aquel entonces, el Senador Obama votó en contra de una enmienda del Senador Tom Coburn que exigía el hacer cumplir las leyes existentes sobre seguridad e inmigración antes de que alguien pudiera ser legalizado en razón de dicha Reforma. También votó Obama para eliminar el programa de trabajadores invitados. Votó en contra de otra enmienda que decía que antes de que se pusiera en práctica cualquier programa de trabajadores invitados o cualquier medida para legalizar a aquellos que ya estaban aquí ilegalmente, se debía exigir la completa puesta en práctica del sistema de revisión biométrica en la frontera aprobado desde 1996 durante la administración Clinton. Y hasta votó en contra de una enmienda con la que hasta Ted Kennedy estaba de acuerdo para garantizar la seguridad de la frontera antes de aplicar cualquier Reforma Integral. Estos y otros votos nos demuestran sólo una cosa, que Obama trata de tomar el tema Inmigratorio como un arma electoral con vistas a las elecciones de noviembre.

Hoy los norteamericanos tenemos ante nosotros dos opciones claras: cometer el mismo error de noviembre de 2008 y dejar que los socialistas sigan determinando la agenda política de la nación o sacarlos del Congreso para que el Tartufo vea claramente donde reside el poder de la nación.

Es hora ya de que le digamos alto y claro: Yes, we can, Mr. President.

Nobama
Nueva York, 2 de julio de 2010