jueves, 19 de marzo de 2009

Barack X

El Consejo de Regentes y los Asesores se reunen con Dante para
analizar la Divina Comedia
(hacer clic en la imagen para identificarlos)

A
unque su segundo nombre sea Hussein; que últimamente haya mostrado una cierta predilección por los fanáticos del Creciente Lunar; que Louis Farrakhan le calificara de Mesías ante el que todos callan cuando habla, hasta hoy, que sepamos, el Presidente Obama no ha pedido su ingreso en la Nación del Islam ni en el Nuevo Partido de los Panteras Negras. De manera que en este artículo no pretendemos hablar de esa predilección, quizás adquirida durante sus años en una Madrasa de Indonesia. Hoy hablaremos de economía, más bien de algunos aspectos del funcionamiento del mercado bursátil.

Todo el funcionamiento de las Bolsas de Valores y el comercio de acciones y valores bursátiles está determinado por diferentes variables que utilizan los agentes de bolsa. Entre esas variables, que son en definitiva las que utilizan los expertos para predecir o explicar los movimientos del mercado, están el costo y la disponibilidad de capital (por ejemplo, las tasas de interés), la integridad de la moneda (por ejemplo, la inflación o la deflación), la fortaleza de las ganancias corporativas y lo que llaman los factores X, en los que se engloban todos los imponderables como guerras, embargos económicos, amenazas en la energía, suministros, etc., etc. La mayoría de lo que debilita o fortalece a los mercados puede deberse a uno o más de esos factores.

Si, por ejemplo, comparamos los índices de Dow o de S&P 500 contra las cifras de popularidad de Obama en las encuestas, veremos que en la medida que estos bajan los índices suben y viceversa. De manera que habría que agregar entre esos factores imponderables o X, al menos por los próximos 4 años, al Presidente Obama. Podríamos llamarlo, digamos, el factor Barack X.

Hay especialistas que están convencidos de que el reciente movimiento al alza en el mercado bursátil no es tanto un movimiento de mercado al alza (bear market rally) como una reacción de apoyo al creciente desencanto bipartidista con los planes de gastos, de impuestos y de estímulos del Presidente o, como otros piensan, a la no existencia de un plan económico claro. La suficiencia económica del Presidente es ahora abiertamente cuestionada, incluso dentro del propio Partido Demócrata y el mercado ha llegado a una sólida y concluyente opinión acerca de sus habilidades como administrador: Cero, Zip, Nada.

Para nosotros en Nobama, no es ninguna sorpresa, esa ha sido siempre y continúa siendo hasta hoy nuestra opinión, desde que el político de Chicago declarara su intención de aspirar a la presidencia. Pero a pesar de que innumerables y responsables voces trataron de alertar de lo que se nos venía encima de elegir a este incompetente Organizador Comunitario al cargo más importante del universo, no encontraron eco alguno en la Gran Prensa izquierdista norteamericana empeñada en elegirlo; lo que lograron aprovechándose de una coyuntura económica y política, obviando todo aquello que legítimamente pudiera cuestionar su capacidad para el cargo, desarrollando una campaña populista y emocional dirigida a los votantes afro-americanos; a otras minorías y a los más jóvenes que votaron con la simpatía más que con la reflexión y digámoslo claro, de pintarlo como el Mesías que vendría a salvarnos de todos los males.

¿El resultado?

Tenemos un Presidente que tiene a su cargo la economía más grande del mundo y de pronto vemos que regresamos a épocas pasadas en las que, por ejemplo, un niño de 10 años se encontraba de pronto convertido en Rey o Emperador y tenía que nombrar Regentes hasta que alcanzara la mayoría de edad y aprendiera a gobernar. Desafortunadamente para el país, los Regentes de Obama, como el Secretario del Tesoro Tim Geithner, son tan incapaces como Su Majestad, perdón, quise decir el Presidente. Pero no sólo son incapaces, sino que también son unos truhanes, sólo tenemos que sentarnos a ver las noticias y leer algunos periódicos que desde hace un par de días nos saturan con los famosos bonos a los ejecutivos de AIG, lo que por demás no era más que una maniobra de distracción para desviar la atención de lo verdaderamente importante: La Reserva Federal anunció ayer que inyectará 1 millón de millones de dólares (1 trillón) comprando bonos del Tesoro de los Estados Unidos sin respaldo en Oro; eso significa que la hiperinflación se acerca (recuerdan a Zimbabwe) y que el valor del dólar caerá de picada y por ende nuestro poder adquisitivo, probablemente esa sea una recomendación de los Regentes y de ese cuerpo que se comenta que, además de los Regentes, Obama escucha y que está compuesto por más de 300 asesores para todos los aspectos del arte de gobernar. Supongo que esta Mesa de Pericles de todos los colores, discuta temas de gran profundidad para después ofrecer al Presidente sus sabios consejos. No en balde Obama no puede hablar en público si no cuenta con un teleprompter, con tantas y diversas opiniones es de suponer que se le haga difícil establecer una política propia, clara y coherente.

Todo ello determina que comience a desarrollarse un interesante fenómeno en el que en la misma medida en que los bancos recuperan su fortaleza, comienzan a lamentar el haber aceptado el dinero del Gobierno y rechazan aceptar ninguna otra cantidad, lo que quiere decir que el famoso dinero de estímulo ahora se vea como una carga y no como un valor. Y que, además, ya conocen de las reuniones del equipo económico de Obama con sus pares suecos, para recibir asesoramiento en la forma en que Suecia nacionalizó la banca.

Por eso los inversionistas y Wall Street parecen haber llegado a la conclusión de que es de vital importancia reducir lo más posible la influencia del factor Barack X en los mercados ya que ello resulta directamente proporcional al crecimiento económico de los Estados Unidos.
Y tienen razón. No faltaba más.

Aaron Mayer
Nueva York, 19 de marzo de 2009

lunes, 16 de marzo de 2009

Las enseñanzas del Mesías

Figuras, Pieta, Señales catastróficas
Salvador Dalí, 1983

Obama no economizó adjetivos para calificar al Senador McCain durante la campaña presidencial, entre otras linduras le llamó “testarudo”; “fuera de contacto con la realidad” e “incapaz de comprender” la crisis económica por la que atravesábamos. Así lo describieron el año pasado, él y su equipo de campaña, cuando el candidato republicano dijo su célebre frase: “los fundamentos de nuestra economía son fuertes”. Pero ahora, el ya Presidente Obama y sus asesores están adoptando una retórica similar en su intento por ganar la confianza pública en que sus políticas lograrán un cambio económico positivo.

“Claro que las bases son sólidas”. Dijo el domingo la asesora económica de Obama, Christina Romer y nos pareció que la tierra tembló por un instante. La administración concentra ahora su atención en “todos los aspectos fundamentalmente sólidos de nuestra economía", dijo Obama el viernes.

De pronto las palabras crisis y catástrofe ya no forman parte del diccionario que utiliza el Mesías, por eso Romer dijo en Meet the Press que el país está en un “rollo” temporal, pero que el presidente está concentrándose en componer esa base sólida, que ella define como “los trabajadores norteamericanos”. ¿Pero acaso no fue eso exactamente lo que McCain dijo en septiembre para explicar su confianza en la economía norteamericana?

Este giro en la retórica es sólo el más reciente de aquellos en los que Obama ha mostrado similitudes en los puntos de vista y políticas del Senador por Arizona, al que, como sabemos, en muchos casos criticó y ridiculizó hasta el cansancio por expresar esos mismos puntos de vista: “Senador McCain: ¿de cuál economía habla usted?” Le preguntaba Obama en Colorado el pasado septiembre después que McCain se mostrara optimista en cuanto a la economía.

¿Qué es lo que habrá cambiado? ¿Será que Obama ya logró aprobar su infamante Ley Porculus (de estímulo) de $787 mil millones y la no menos vergonzosa Ley Ómnibus, pero aún así y a pesar de dos días en alza, hoy ya cerró en baja, el índice de Dow ha bajado alrededor del 35% desde mediados de septiembre.

En el caso de la economía, muchos analistas señalan que Obama trata de borrar la retórica catastrófica que utilizó desde que tomó posesión y que utilizó para conseguir la aprobación de esas leyes que son la piedra angular de sus propósitos de ingeniería social, de nacionalización de la banca y de todo el sector financiero, según el modelo sueco.

También el año pasado, Obama se burló de McCain porque defendía la idea de rebajar los impuestos a las corporaciones, acusándolo de ponerse meloso con Wall Street y de olvidarse del contribuyente medio.

Pero en una reunión con ejecutivos corporativos la semana pasada, Obama dijo que su interés “más adelante” era “una rebaja potencial de las tasas impositivas corporativas” a cambio de que se cerraran los agujeros en el sistema que permitían la evasión de impuestos.

De manera que tendremos que estar muy atentos a la dirección que tome el viento, porque sólo mirando hacia dónde señala la veleta de la oportunidad, podremos conocer si nuestro flamante Presidente se mueve hacia la izquierda, hacia la derecha o se planta en el centro con una ligera vibración en cualquiera de los dos sentidos. Pero no se llamen a engaño, él no está desorientado, sabe bien hacia donde va.

Debe ser por eso que su Ministro de Propaganda, Robert Gibbs, tiene que educarnos y hoy en su acostumbrada lección de Catecismo Obámico nos aclaró que existe una “diferencia de definición entre los conceptos sólido y fuerte” y que el Obamesías todavía está tratando de “fortalecer” los aspectos sólidos de la economía. Algo así como definir el sexo de los Ángeles.

Pobres tontos mortales nosotros que no entendemos su grandeza y la profundidad de su sabiduría.

Nobama
Nueva York, 16 de marzo de 2009

LAS ELECCIONES TIENEN CONSECUENCIAS PERO TAMBIÉN LAS MALAS DECISIONES POLÍTICAS III

Durante los últimos días, los editores de Nobama hemos estado discutiendo la conveniencia de continuar publicando nuestra serie investigativa. Algunos colegas pensaban que los acontecimientos nos habían superado debido que como no contamos con una organización que provea la logística de la investigación corremos el riesgo de publicar lo que ya es fiambre.

Otros, sin embargo, defienden el criterio de continuar, basándose en que lo importante de este trabajo no es su actualidad noticiosa, sino lo que Aaron califica como la “actualidad ética”, la corruptela que se esconde detrás de todo este asunto y tratar de poner de manifiesto lo que se evidencia como una acción coordinada, como nunca antes, entre la dictadura y sus corifeos y agentes.

Después de un provechoso intercambio de correos electrónicos y de una serie de conferencias telefónicas acordamos seguir adelante, sin comprometernos a una fecha o una duración determinada en la salida de los siguientes capítulos o como se les quiera llamar. También acordamos, a tono con lo anterior, someter a una revisión la tercera parte para acomodarla a este criterio y que esta y las que le sigan, sirvan para estimular a aquellos que las lean a que investiguen por su cuenta si cuentan con el tiempo para ello.

Nobama
Nueva York, 16 de marzo de 2009