viernes, 14 de mayo de 2010

Corrección Política y Seguridad Nacional:
Erick Holder se niega a decir Islamismo Radical



Al ser confrontado en una sesión del Congreso con el hecho de que de los últimos tres intentos de ataque terrorista en territorio norteamericano, todos los perpetradores estaban vinculados a la Jihad o lo que se conoce como Islamismo Radical, el Secretario de Justicia, Eric Holder, cantinflea durante todo el interrogatorio para evitar mencionar, y mucho menos aceptar, que los terroristas eran, a todas luces, musulmanes radicales y que su acción pertenecía sin lugar a dudas al Islamismo Radical.

Como es sabido, en Nobama nos negamos a ser contaminados con el virus de la corrección política y llamamos a las cosas por su nombre. Holder, en su respuesta trata de desvirtuar la verdadera naturaleza del Islam y lo que está escrito en el Corán y las Suras, y que componen la estructura teológica de esa religión. En el mundo del Islam, como sabemos, no existe tal cosa como separación entre la iglesia y el estado, ya que este es un sistema de dominación completa a partir de la religión, en la cual se basa la Ley Fundamental que domina a todas las sociedades erigidas sobre la base del Islamismo; es decir la Sharía.

Esta intervención de Holder, merece que se le preste atención, ya que es un reflejo del concepto que domina en todas las esferas del Régimen Obamista a la hora de enfrentar el reto que representa nuestra Seguridad Nacional. El Fiscal General del Régimen, se montó en la cuerda floja y trató de eludir siquiera aceptar la posibilidad de que el Islamismo Radical fuera un factor motivador en los ataques terroristas de Fort Hood, del Día de Pascuas y del de Times Square.

“Existe toda una serie de razones, pienso, del por qué la gente realiza este tipo de acciones. (...) Estamos en el proceso de conversar con el Sr. Shahzad para tratar de comprender qué lo condujo a intentar esta acción”.

Ante esta respuesta cantinflesca a una pregunta concreta el Representante por Texas Lamar Smith, volvió de nuevo a la carga: “¿Pero el Islamismo Radical puede haber sido una de las razones?”

A lo que una vez más Holder respondió: “Existen razones diversas”.

Smith se negó a dejarlo irse por la tangente: “Pero todo lo que le pregunto es ¿si usted piensa que entre todas esas razones diversas, el Islamismo Radical puede haber sido una de las razones por las que el individuo hacen lo que hicieron?”

Después de dos minutos de un intercambior fin Holder, acorralado, dijo: “Ciertamente pienso que es posible que personas que siguen una versión radical del Islam, puedan haber tenido la capacidad de tener influencia sobre personas como el Sr. Shahzad”.

El intercambio es revelador de cómo la Corrección Política se convierte en un elemento perturbador a la hora de tomar las acciones necesarias para evitar un ataque terrorista en nuestro territorio. Porque la Corrección Política, en este caso, cobró sus víctimas tanto en el Fiscal General como en el Representante Smith.

¿Por qué?

Porque no existe tal cosa que podamos llamar Islamismo Radical. El Islamismo es uno con la base teológica de la religión musulmana. El Corán es uno y las Suras son las mismas para todas las versiones de la religión islámica. La diferencia está en que unos “fieles” se consideran activos Jihadistas y otros no. Pero en su esencia el Islam, desde sus inicios, ha sido una religión de la espada (al Harb). El concepto de Guerra Santa (Jihad), uno de los mandatos de Allah, exige del Islam que someta completamente a su dominio a todo el mundo a través de la conquista militar. Por eso, según ellos, el mundo está dividido en dos grandes zonas: Dar al-Islam (Casa del Islam) y todo el resto todavía no sometido al Islam, Dar al-Harb (Casa de la Guerra). Todas las demás religiones y todos los profetas posteriores a Mahoma son falsos, y todos aquellos que no somos musulmanes o bien somos infieles o dhimmi. A través de toda la historia del Islamismo, a los pueblos que eran conquistados por los ejércitos musulmanes, estos les daban tres opciones a escoger: Convertirse al Islam, morir bajo el alfanje o vivir como un pueblo conquistado, un dhimmi. Este pueblo sometido al dominio islámico quedaba así suspendido en tiempo y espacio, ya que la dhimmitude significaba ser apenas tolerados en la tierra de la que fueron desposeídos. Con lo que se convertían en minorías casi esclavas. Ese y no otro es el propósito del Islam. La religión musulmana, en efecto, es una religión de paz, pero sólo para los integrantes de la Umah, como llaman a la comunidad de los fieles. Para el resto de los mortales quedan las otras dos opciones: la muerte o el sometimiento.

Y, lamentablemente, eso es lo que no comprenden la mayoría de los infieles; es decir, la mayoría entre nosotros. En el Régimen sí lo saben y muy bien, por eso resulta tan obsceno que se nieguen a reconocer al verdadero enemigo y a llamarle por su nombre: Terroristas Islámicos. Ahora, finalmente, parece que se han enterado de algo que no nos dicen y quieren modificar en la Guerra contra el Terrorismo, lo que ni Bush se atrevió a modificar durante sus dos mandatos: la modificación estatutaria de la Ley Miranda, a partir de una “necesidad de seguridad pública”. Al ex Presidente George W. Bush, Barack Hussein Obama y sus acólitos lo atacaron salvajemente, acusándolo de “triturar la Constitución” en la Guerra contra el Terrorismo, pero Bush jamás cuestionó la decisión de la Corte Suprema, que ya cuenta con 44 años, que formalizó “el derecho a mantenerese en silencio” de las personas cuando son detenidos. ¿Se imaginan el escándalo de haberlo hecho?

En esencia este repentino cambio en el Régimen y la movilización mediática al respecto en una administración totalmente perdida en un laberinto en cuanto a la Seguridad Nacional se refiere, significa que la cúpula está preocupada por el costo político que tendría para ellos, que Dios no lo permita, un ataque terrorista exitoso. Eso es lo que duerme. De ahí que la aparente contradicción entre el vídeo que encabeza esta pieza y los planes de modificación de la Ley Miranda, no sea tal. La política de la administración sigue siendo la misma: No hay Terrorismo Islámico, pero si los terroristas llegaran a tener éxito, todo el andamiaje Obamista caería como lo que es, un Castillo de Naipes que puede costarle la vida a miles víctimas inocentes, después de arruinar al país y acabar con nuestra tradición y principios democráticos.

¡Qué nadie se confunda! ¡Ellos saben lo que está en juego!

Nobama
Nueva York, 14 de mayo de 2010

martes, 11 de mayo de 2010

Elena Kagan y su romance con el Socialismo

Desde el pasado Domingo, todos los medios de prensa no han dejado de discutir y evaluar la decisión de Barack Hussein Obama de escoger como su propuesta a cubrir la vacante que dejará en la Corte Suprema el Magistrado John Paul Stevens, a Elena Kagan, la actual Procuradora General de los Estados Unidos en el Departamento de Justicia y ex Dean de la Harvard Law School. En casi todos los artículos de prensa y programas de panel en la Radio y la Televisión se elogia la calificación legal de la propuesta y también se menciona su falta de experiencia jurídica para ocupar, de ser aprobada por el Senado, una judicatura vitalicia en la Corte Suprema.

Otros, como el New York Post, dicen que “ciertamente, por lo que se conoce de sus opiniones (de Kagan), Obama podía haber hecho una elección mucho peor, desde nuestro punto de vista – de hecho, la mayoría de las opiniones contrarias que recibe, vienen de la extrema izquierda, que tenía la esperanza que se propusiera a alguien mucho más activista”. Sin embargo, el cuasi órgano oficial del Régimen Obámista, The New York Times, dedica hoy una buena parte de su primera plana a cantar loas a la nominada de Obama, Liberal con Moderación (Liberal, in Moderation) dice uno de sus titulares. Pragmática neoyorquina escogió un cuidadoso camino hacia Washington (Pragmatic New Yorker Chose A Careful Path to Washington), dice otro.

Ambos diarios parecen coincidir en esa apreciación de “moderación” de Obama a la hora de escoger a su propuesta. Así el Times, comienza uno de esos artículos ya mencionados de la forma siguiente: “La selección de la Procuradora General Elena Kagan para ser el 112vo Magistrado, continúa el patrón seguido en un cuarto de siglo, en el que los Presidentes Republicanos, por lo general, instalan fuertes conservadores en la Corte Suprema, mientras que los Presidentes Demócratas escogen candidatos que con frecuencia decepcionan a su base de la izquierda”.

Es decir, que Elena Kagan, es de izquierdas, pero no lo suficiente, como para ejercer un “contrapeso” frente a sus potenciales colegas Thomas, Scalia, Alito y Roberts, puros “constructivistas” en la interpretación de la Constitución en oposición a los jueces de izquierda como el propio Stevens, Breyer, Ginsburg y Sotomayor que consideran que la Constitución es un “organismo viviente” que debe evolucionar con los tiempos y servir como promotora del cambio social en áreas como la religión, raza, aborto y la interpretación de la 1ra Enmienda y las libertades que ella garantiza a los ciudadanos como, por ejemplo, la libertad de expresión. Por lo que, según este criterio, los jueces deben convertirse en activistas del cambio social a través de la interpretación evolutiva de nuestra Constitución, o lo que es lo mismo, usurpar parte de las funciones del Poder Legislativo y legislar desde el estrado.

Llegados a este punto, se impone que nos hagamos un par de preguntas:

¿Qué tipo de jueza sería Elena Kagan en la Corte Suprema?
¿Qué determinó que El Gran Timonel decidiera que ella sería su elegida?

Ambas preguntas, claro está, son también las que se harán los Senadores que primero en el Comité Judicial y luego en el pleno del Senado, tendrán que decidir si en definitiva integrará de por vida el más alto tribunal de la nación. Para ello los Senadores deberán examinar la historia judicial y las referencias documentales que puedan aclarar su filosofía jurídica y las respuestas a la batería de preguntas previamente entregada a la nominada y las que dará a las que le hagan los Senadores durante el procedimiento de confirmación.

En Nobama, también intentaremos responder a ambas preguntas y para ello tendremos que revisar, por ejemplo, el rastro documental de Kagan, el que, aunque pobre, no deja de arrojar cierta luz a como piensa.

En su Tésis de Grado en la Universidad de Princeton, la que tituló: To the Final Conflict: Socialism in New York City, 1900-1933 (Hacia el Conflicto Final: Socialismo en la ciudad de Nueva York, 1900-1933), Elena Kagan, se lamentaba por la declinación del socialismo en el país y lo calificaba de “triste” para aquellos que todavía tenían la esperanza de “cambiar a los Estados Unidos”, y opinaba que las luchas internas ocasionaron el declive de aquel temprano movimiento socialista y se preguntaba por qué la “grandeza” no lo hacía resurgir como una fuerza política importante.

“En nuestro tiempo, no se puede encontrar un movimiento socialista coherente en los Estados Unidos. Los norteamericanos tienden más a hablar de un pasado dorado, que de un futuro dorado, de las glorias del capitalismo que de la gradeza del socialismo”, escribió entonces Elena Kagan, hoy Procuradora General del Departamento de Justicia y propuesta por Barack Hussein Obama, para ocupar una magistratura en la Corte Suprema de Justicia.

“¿Por qué en una sociedad, en forma alguna perfecta, un partido radical nunca ha podido alcanzar el estatus de fuerza política mayor? ¿Por qué, en particular, el movimiento socialista nunca se ha convertido en una alternativa a los partidos establecidos en la nación?”, se preguntaba. “A través de sus propias luchas internas, entonces, el PS (Partido Socialista) se agotó el mismo para siempre y en consecuencia redujo el radicalismo obrero en Nueva York a una posición de marginalidad e insignificancia de la cual jamás se ha recobrado. La historia es triste, pero también un castigo para aquellos que, más de medio siglo después del declive del socialismo, todavía desean cambiar a los Estados Unidos” (...) Los radicales con fecuencia han sucumbido ante la devastadora plaga del sectarismo; ya que, después de todo, resulta más fácil pelear contra sus propios compañeros que combatir contra un enemigo poderoso y atrincherado. Sin embargo, si la historia local de Nueva York nos enseña algo, es que los radicales norteamericanos no se pueden permitir el lujo de convertirse en sus peores enemigos. En la unidad está su única esperanza”.

Hope, Change, Hope, Change... Son conceptos que se repiten constantemente en todo el desarrollo de la Tesis y que forman parte hoy del léxico Obamista para envolver su ideología radical en un atractivo papel de regalos, que contiene toda la toxicidad totalitaria de la ideología socialista.

Según Obama, su decisión de escogerla se basa, entre otras razones, en que Kagan comprende que “detrás de la Ley existen historias, historias de las vidas de las personas, pero más importante, ella comprende”.

Como comienzo del análisis de qué tipo de jueza sería Elena Kagan, basten estos elementos iniciales para despertar la curiosidad y el interés. En sucesivas piezas analizaremos otros elementos que Barack Hussein Obama no dijo, pero que están presentes como la decisiva promoción hecha por Kagan, desde su posición como Procuradora General, del incremento del rol que debe jugar el Presidente en la regulación de todos los aspectos de la sociedad y la economía, lo que haría cada vez más nuestra vida nacional, una extensión de la política del mismo Presidente y de su agenda política, que cada vez se le hace más difícil ocultar hacia dónde nos conduce.

Nobama
Nueva York, 11 de mayo de 2010

lunes, 10 de mayo de 2010

La libertad de información según
Barack Hussein Obama

Barack Hussein Obama pronunció el discurso de graduación en la Hampton University en Virginia, una universidad para estudiantes negros. Con este discurso, el Gran Timonel dejó más que pasmados a algunos de los jóvenes que votaron por el en 2008 y que lo veían como a uno de ellos: Un tipo al tanto de las más avanzadas tecnologías de la informática y de la información y que las empleaba en todas sus capacidades. Obama se ganó el voto de los más jóvenes y de los que votaban por primera vez, utilizando una combinación de mostrarse como un hombre de ideas nuevas que enarbolaba la bandera del Cambio en el que se podía creer. El candidato postracial, postpartidista y postanalógico; es decir el candidato “digital”. El más cercano a las nuevas generaciones del iPod, el iPhone, etc., etc. En resumen: el candidato que los sabía todo y, tratándose de tecnología, superior al “anciano” McCain, del que se burló porque no sabía utilizar el e-mail, cuando en realidad lo que sucedía es que McCain no podía escribir en un teclado a causa de sus heridas de guerra. Sin embargo, ayer domingo, ante un auditorio de jóvenes universitarios, Barack Hussein Obama se lamentaba de que “en la era del iPad y la Xbox, la información se ha convertido en una diversión que imponía nuevas demandas a la democracia”. Ni Fidel Castro ni Hugo Chavez podrían haberlo expresado mejor. De hecho, más o menos con las mismas palabras lo han dicho más de una vez y lo que es peor, como sabemos, han actuado en consecuencia.

“Ustedes llegan a la mayoría de edad en un entorno en el que los medios nos bombardean las 24 horas del día y los siete días de la semana con todo tipo de contenidos y nos exponen a todo tipo de argumentos, los cuales no siempre se ubican en los más altos niveles del medidor de la verdad. Con los iPods y iPads y Xboxes y PlayStations, ninguno de los cuales sé cómo funcionan, la información se convierte en una distracción”. Y más adelante agregó que la información “es una diversión, una forma de entretenimiento en lugar de ser una herramienta para el avance”.

¿Qué le está diciendo aquí Barack Hussein Obama a los jóvenes?

Por un lado, que informarse es perder el tiempo, un divertimento más que una necesidad para la vida en el siglo XXI y un problema para la “democracia” vista desde su óptica, claro está. Y además, dada su “influencia” sobre esta categoría poblacional, se pone de ejemplo de la inutilidad de utilizar estas herramientas de la vida moderna, cuando dice que él, el Presidente de la nación más poderosa del mundo, el abanderado del Hope & Change, no sabe como funcionan esos chismes inútiles: “Ninguno de los cuáles sé cómo funciona”.

Pero resulta que el 3 de julio de 2009, días después de la muerte de Michael Jackson, Barack Hussein Obama nos decía: “Todavía tengo a Michael Jackson en mi iPod”. Esta afirmación de entonces del Gran Timonel lleva a preguntarnos:

¿Mentía Obama entonces o ahora cuando nos dice no haber utilizado nunca o saber cómo funciona un iPod?

En realidad esta es casi una pregunta retórica, porque está más claro que el agua que de lo que se trata es de demonizar a la libertad de información, porque la información es poder y, cómo sabemos, los totalitarios necesitan tener el control absoluto de ella para poder ejercer su dominio y de ahí que diga a estos jóvenes y de paso al resto, que este enorme volumen de información de diferentes fuentes esta “poniendo nuevas presiones sobre nuestro país y nuestra democracia”. En realidad lo que nos está diciendo es que la información está poniendo presión sobre él, sobre su agenda y sobre la extrema izquierda, porque mientras exista libertad de información proveniente de fuentes diversas, sobre las que no puede ejercer la censura, siempre saldrá a relucir la suciedad y las maniobras con las que trata de conculcar nuestras libertades. Nosotros sabemos y ellos también lo saben, que la información sin censura ni control gubernamental es un problema para los regímenes autoritarios y lo que sucedió el domingo es que del discurso de Obama se desprende su admisión de esta verdad de Perogrullo.

Como a todos los gobernantes autoritarios, lo que molesta al Gran Timonel, es lo que en su momento molestaba a Mussolini, Hitler, Stalin, Mao y que ahora molesta a Hugo Chávez y a los hermanos Castro. Como a estos, sus pares anteriores, a Obama le molestan quienes disienten y que exista oposición a su agenda extremista y radical, y por eso también la emprendió aquí y antes contra la Radio de Opinión y singulariza a algunos de sus más destacados exponentes conservadores como Rush Limbaugh, Glenn Beck y Sean Hannity, algo que resulta inédito en la política norteamericana: un Presidente que singulariza a periodistas y órganos de prensa porque sostienen y transmiten opiniones contrarias a su agenda de dominación totalitaria.

Es tan poco original y tan burdo este Tartufo, que no puede ocultar su deseo de que desaparezcan; de eliminar todos esos “dispositivos de información”, para evitar que We The People, podamos contar cuántas mentiras dice día a día, por eso insiste en que la información “ha devenido entretenimiento y no un medio de emancipación”.

¿Pero cómo se propone Obama lidiar con ese deseo de la mayoría de los norteamericanos de escuchar también a esas voces que se le oponen? Para ello Barack Hussein Obama, tiene una solución clásicamente Orwelliana: nombró a un Czar para la Diversidad en la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), Mark Lloyd, quien abiertamente elogia al Gorila Rojo venezolano. La misión específica de este Czar es silenciar a los que disienten y forman opinión. De ahí que haya propuesto un impuesto del 100% sobre la Radio de Opinión, lo que llevaría a este medio a la bancarrota. Mark Lloyd argumenta que paneles de activistas locales deben tener el poder de censurar el contenido de la radio, cuyo primer objetivo sería censurar los programas de opinión conservadores, a través de la exigencia de que los contenidos de la radio sean “locales”, para así sacar del aire a voces conservadoras de gran influencia en la población, como las ya mencionadas. Este régimen de censura, como sabemos, no se detendría sólo en los conservadores, sino que poco a poco iría silenciando cualquier contenido que no fuera el que convenga a los propósitos del Régimen. Pura propaganda ideológica de una sola vía: la totalitaria.

Para nadie es un secreto que la Democracia depende de la existencia de una sólida oposición que pueda debatir puntos de vista diferentes a los del Gobierno. De ahí que en este ambiente de marginalización en el que el Régimen Obamista quiere sumirnos, se impone nuestro más decisivo apoyo a las voces que día a día denuncian esta voluntad de silenciarnos. En ello nos va tanto como nuestra propia libertad, la misma que ha hecho grande a esta nación a través de más de dos siglos.

Nobama
Nueva York, 10 de mayo de 2010