El tope salarial del Presidente Obama para los ejecutivos en las firmas que han recibido dinero del paquete de ayuda de emergencia para la salvación puede que haya estado dirigido a desviar la atención de los norteamericanos de los problemas con los impuestos de los nominados por su administración, o quizás como una suerte de sonda de prueba, pero en cuanto a su impacto concreto, ¡oh sorpresa! Será casi ninguno. Cero. Zip. Nada.
¿Entonces por qué formar tanto alboroto con este asunto? La respuesta es muy sencilla: Washington se prepara para despilfarrar cerca de 1 millón de millones (un trillón) en la economía y una tan enorme cantidad de dinero traerá, como se dice en Cuba mucho “pitirre en el alambre”, ditto, que llevará una gran parte de los proyectos que la extrema izquierda del Partido Demócrata ha soñado por años aprobar y que ahora, con la ayuda de algún que otro RINO (Republicano sólo de nombre) en el Senado verán su sueño hecho realidad a costa de nuestro dinero de los impuestos y sin que ello represente la creación de puesto de trabajo alguno.
“Tenemos que asegurarnos de que el dinero de los contribuyentes no esté subsidiando paquetes de compensación excesivos”, dijo el Presidente Obama ayer cuando anunciaba el famoso tope salarial.
La medida establece un tope salarial de 500 mil dólares en el salario de los ejecutivos de las firmas que reciban esta ayuda de emergencia “excepcional” para la salvación, esto quiere decir las firmas que más reciben como Citigroup y AIG.
Sin dudas que para quien aquí llamamos “Average Joe” esto dejará una tremenda impresión, pero ¿Y en Wall Street? Bueno no mucha. ¿Por qué? Por algo muy simple: Las firmas que ya han recibido la ayuda de emergencia para la salvación están exentas de la medida, ya que el tope salarial no es retroactivo. Y porque en cualquier otra “excepcional” compañía que acepte el tope salarial, veremos como sus más talentosos gerentes se darán ellos mismos una ayuda “excepcional” utilizando la puerta de salida. Simplemente se marcharán y se acabó. Será como alguien comentó “un pacto suicida corporativo”.
En cuanto al resto de las compañías: Son muy pequeñas para representar alguna diferencia. Y esto Obama lo sabe muy bien. Por lo que el famoso tope salarial es un engaño más del Comandante en Jefe del Cambio hacia el desastre.
O, como dijo ayer el Representante Republicano por Indiana, Mike Pence, (no es un RINO) refiriéndose al tope salarial: “Hay un precio a pagar cuando usted invita a un gorila de 800 libras a su salón de reuniones”.
No cabe dudas de que cuando el Presidente del país tiene la voluntad y el poder de Dictar, con mayúsculas, las reglas y salarios al sector privado, nuestro capitalismo entra en un mar de aguas revueltas que puede conducirnos a una forma económica que hasta hoy ha fracasado sonadamente donde quiera que se ha aplicado, incluyendo los gastados ejemplos de Europa Occidental, donde los países gobernados por partidos de esa ideología tienen una inflación y cifras de desempleo de dos dígitos; algo sólo visto en este país durante la Presidencia de Jimmy Carter. Desde sus inicios, Nobama estuvo en contra de la llamada “ayuda de emergencia de salvación” (bailout), la cual de no haber exisitido habría mantenido al gobierno alejado de los “Salones de reuniones corporativos” de la industria financiera y nos habría evitado todos estos dolores de cabeza. Pero lamentablemente al final de su mandato, al ex Presidente Bush, se le aflojaron las piernas y no quiso dejar como legado, pensaba él, un país en una grave crisis económica.
El resultado es que en su legado siempre estará el que no fue fiel a sus principios conservadores y liberales en este asunto y lo que es peor, le abrió las puertas a la insaciable extrema izquierda demócrata en sus ansias de aplicar la Ingeniería Social que nos llevará a ese encrespado y turbulento “mar de la felicidad” que es el Socialismo.
Ahora, nuestro flamante nuevo Presidente se lanza al ataque y se dedica a asustar al pueblo norteamericano para presionar al Senado a que apruebe su famoso Plan lleno de programas mascotas que nos endeudará hasta el último pelo. Para los que conocemos como funciona la propaganda del socialismo no nos cuesta mucho trabajo ver lo “que duerme” detrás de todos estos golpes propagandísticos que el Camarada Presidente nos dispara desde hace dos días. Pero curiosamente en todas las encuestas cada día es menor el apoyo del pueblo norteamericano a sus disparatado Plan Económico. Así que adelante ”Querido Gran Líder”. ¡Tiene usted la palabra Camarada Presidente!
Nobama
Nueva York, 5 de febrero de 2009
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