lunes, 19 de julio de 2010

Una pequeña lección sobre la Arrogancia Majestica


The Morning Sentinel, un pequeño periódico del Estado de Maine, publicó una Crónica social acerca de las recientes vacaciones de la Familia Real Obama en el Estado de Maine. En la edulcorada y adulona crónica aparece una pequeñísima nota que muestra en su enorme dimensión la tremenda arrogancia que despliegan los actuales ocupantes de la Casa Blanca; esta pequeña nota debía ser motivo de irritación y denuncia hoy en toda la prensa norteamericana, sin embargo, como siempre sucede con el Gran Timonel, el silencio es ensordecedor. 


En la crónica firmada por Rebekah Mezler, en la que narra los “excitantes” detalles de la visita de la Familia Real al Parque Nacional de Acadia en Bar Harbor, encontramos lo siguiente: “Antes de los Obama, llegó en un pequeño Jet, Bo Obama, el Primer Perro, un perro de aguas portugués, regalo del difunto Senador de los Estados Unidos Ted Kennedy.…”


Por primera vez en la historia de la nación, la mascota de la familia presidencial cuenta con su propio avión Air Force One. Mientras millones de norteamericanos hacen largas filas en las oficinas de empleo, y otros millones de norteamericanos ven como sus cuentas de retiro se reducen vertiginosamente, y también ven como les cortan sus horas de trabajo y sus escalas salariales, Sus Majestades el Rey Barack Hussein y la Reina Michelle mandan a su mascota Bo, en su propio avión especial, para que se les una en esta “pequeña aventura vacacional”.

Claro está que a todos nos gustaría poder sufragar los gastos para que nuestras mascotas volaran en su propio avión a cualquier sitio del país cada vez que se nos ocurriera, y por supuesto tener el dinero suficiente para contratar el personal que actúe como guardaespaldas y manejadores de ellas; sin dudas ello debe proporcionar una sensación de poder infinito. Eso estaría bien, claro está, siempre que el dinero saliera de nuestros bolsillos, pero sucede que en este caso We The People estamos pagando estos lujos reales con el dinero ganado a costa de nuestro sudor y que año tras año entregamos al Tio Sam por concepto de pago de impuestos.

Una desvergüenza más de la Familia Real de Washington en la Era del Hope & Change.

Nobama
Nueva York, 19 de julio de 2010