
Nobama
Nueva York, 22 de junio de 2010
¿Están ahora los EE.UU. en una pendiente resbaladiza hacia la tiranía?
Por Thomas Sowell
Cuando en los años 20, Adolfo Hitler estaba formando el movimiento Nazi que lo llevó al poder en los 30, con toda intención buscó la forma de involucrar a la gente que normalmente no prestaban mucha atención a la política.
Este tipo de gente resultó ser una valiosa incorporación a su base política, ya que se trataba de personas que eran particularmente susceptibles a la retórica de Hitler y mucho menos tenían base para cuestionar sus teorías o sus conclusiones.
“Idiotas útiles” fue el término supuestamente acuñado por V.I. Lenin para describir de forma similar a los irreflexivos partidarios de su dictadura en la Unión Soviética.
Lo que en otras palabras significa que una democracia necesita tener ciudadanos informados si ha de prosperar o, en última instancia, hasta sobrevivir.
En la actualidad, delante de nuestros propios ojos, la actual administración en Washington, está desmantelando, pieza a pieza, la democracia americana y muy pocas personas parecen estar preocupadas por ello.
En las encuestas, las cifras de aprobación del Presidente están en caída debido a que un creciente número de personas están en desacuerdo con políticas suyas en particular, pero el daño inflingido a la estructura fundamental de esta nación, va mucho más allá de políticas contraproducentes en particular.
Simplemente, ¿dónde dice en la Constitución de los Estados Unidos que un Presidente cuenta con la autoridad para extraer vastas sumas de dinero de una empresa privada y distribuirlas a su antojo entre aquellos que considera merecedores de una indemnización? En ninguna parte.
Sin embargo eso es precisamente lo que está sucediendo con el fondo de $20 mil millones que proporcionará BP para compensar a aquella personas perjudicadas por el derrame de petróleo en el Golfo de México.
Muchos entre el público y los medios, puede que piensen que la cuestión es muy simple, porque el derrame de petróleo de BP ha perjudicado a muchas personas, las cuales merecen ser compensadas por ello.
Pero sucedeque que nuestro gobierno, supuestamente, debe ser un “gobierno de leyes y no de hombres”. Si nuestras leyes y nuestras instituciones determinan que BP debe pagar $20 mil millones, o $50 mil millones o $100 mil millones, entonces que así sea.
Pero la Constitución dice que la propiedad privada no debe ser confiscada por el Gobierno sin mediar “el debido proceso legal”. Técnicamente no ha sido confiscada por Barack Obama, pero esa es una distinción sin establecer una diferencia.
Con la vasta expansión de los poderes gubernamentales, disponibles a la sola discreción de políticos y burócratas, los individuos y organizaciones privadas, pueden ser obligados a aceptar la imposición de poderes que nunca le fueron garantizados al Gobierno en la Constitución.
Si usted considera que el fin justifica los medios, entonces usted no cree en el Gobierno Constitucional.
Y sin gobierno constitucional, la libertad no puede perdurar. Siempre existirá una “crisis”, la que, como el Jefe de Gabinete del Presidente ha dicho, no puede permitirse que se “desperdicie”, como una oportunidad de ampliar los poderes del Gobierno. Ese poder, claro está, no estará limitado a BP o a ese período especial de crisis que dio lugar al uso de ese poder, y mucho menos a los problemas específicos.
Cuando de forma arbitraria, Franklin D. Roosevelt, sacó a los Estados Unidos del patrón oro, citó una ley promulgada durante la Primera Guerra Mundial, para evitar el comercio con los enemigos del país en tiempos de guerra. Pero cuando FDR terminó con las restricciones del patrón oro para imprimir moneda, no había guerra alguna. Por la misma época, durante la Gran Depresión mundial, el Parlamento alemán aprobó una ley “para aliviar al pueblo alemán”. Dicha ley, otorgó a Hitler poderes dictatoriales que fueron utilizados para cosas que iban más allá del alivio al pueblo alemán. Poderes que en última instancia trajeron una lluvia de destrucción para el pueblo alemán y otros pueblos.
Si el acuerdo con BP fuese un hecho aislado, quizás podríamos esperar que no se convierta en un precedente. Pero no hay nada de aislado acerca de ello. El individuo nombrado por el Presidente Obama para repartir el dinero de BP, según el criterio de la administración, a quien esta crea que debe otorgárselo, es sólo el último en una larga lista de “czares” nombrados presidencialmente, los cuales controlan diferentes sectores de la economía, sin siquiera tener que ser confirmados por el Senado, como lo son los miembros del Gabinete.
Aquellos que no son capaces de ver más allá de los acontecimientos inmediatos ligados a los elementos del poder arbitrario vs. el Estado de Derecho y la preservación de la libertad, son los “idiotas útiles” de nuestro tiempo. ¿Pero útiles para quién?
(Los que prefieran leer este esclarecedor artículo en inglés pueden hacer clic aquí o en la imagen.)