miércoles, 10 de marzo de 2010

Una contundente respuesta de Andy García y las Damas de Blanco


En estos días posteriores al asesinato cometido por la Dictadura de los Castro en la persona del preso político Orlando Zapata Tamayo, mercenarios, huele culos, Lulas, Migueles Bosé, Guillermos Toledo, otros integrantes del vergonzoso Sindicato de la Ceja y otros Hijos de Puta que nunca faltan en este mundo, se han estado prestando para ensuciar la memoria de este cubano digno y de paso tratar de empañar la dignidad de los que en Cuba se enfrentan como pueden, desde las cárceles y fuera de ellas a ese sangriento régimen de oprobio. Hoy, el actor de origen cubano Andy García y las Damas de Blanco se unen a las denuncias y la repulsa contra la dictadura de la Habana, expresada por intelectuales como Zoé Valdés, Raúl Rivero y otras personalidades del mundo artístico y de la política. Nobama se honra al colgar en este blog las declaraciones del actor y de las dignas mujeres cubanas de blanco. Para ver las declaraciones hacer clic aquí o aquí o en la imagen.

Nobama
Nueva York, 10 de marzo de 2010

lunes, 8 de marzo de 2010

¿Puede o no Barack Hussein Obama
obligarnos a comprar un Seguro Médico?


Cuando Barack Hussein Obama nos dice, “no se equivoquen” debemos seguir su consejo y no equivocarnos acerca de algo muy importante: Imponernos el ObamaCare a través del Congreso es para el Gran Timonel la consecución de un poder casi absoluto y monárquico a la vez que nos despoja a We The People, del que nos legaran nuestro Padres Fundadores en la Constitución.

Como saben, Obama se ha estado reuniendo con diferentes Representantes Demócratas que en la etapa anterior votaron No al ObamaCare, unos porque lo consideran, con razón, un cambio radical de extrema izquierda, otros porque como en el caso de los legisladores demócratas pro-vida consideran que se utilizarán fondos federales para pagar abortos y otros como es el caso del Representante Demócrata por Arizona, Raul Grijalva, no lo consideraron lo suficientemente radical para su ideología, esta es la extrema izquierda de la extrema izquierda, y fue precisamente Grijalva, quien participó en una de estas reuniones quien reveló en palabras del mismo Obama la esencia del ObamaCare: “Para mantener una presidencia fuerte, necesitamos aprobar la ley”.

Barack Hussein Obama estaba hoy en campaña en Pennsylvania y como ya le es habitual, intentaba, una vez más, vendernos su ObamaCare, que equivale a la imposición de la transformación de esta nación en un estado de bienestar organizado en torno a una agobiante deuda, la dependencia que nos llevará a la tumba, la burocracia y los mandatos y controles del gran gobierno. Si tiene éxito, nuestro país corre el riesgo de perder su preferencia por las libertades y elecciones individuales, el gobierno limitado y el liderazgo económico.

Mientras tanto, allá en el Congreso en Washington, sus secuaces seguían tratando de armar la confabulación que le permita embutirnos su abominación liberticida y esta vez se dedicaban a revisar el “requisito de compra”, incluido en ambas versiones existentes (Senado y Cámara). En ambas versiones, se nos penaliza por no comprar un seguro médico “aceptable”, lo cual a todas luces resulta inconstitucional.

Nunca antes el Gobierno Federal ha exigido a los ciudadanos la compra de cualquier cosa que juzgue es en nuestro “mejor interés”, o de lo contrario enfrentar penalidades monetarias y finalmente hasta carcelarias. Si permitimos que el Gobierno Federal nos castigue de esa manera, en este caso simplemente por no hacer nada al no comprar un Seguro Médico, a partir de ese instante no existirá absolutamente ninguna restricción constitucional sustantiva sobre el poder que el Gobierno Federal pudiera ejercer sobre nosotros. En pocas palabras, la Constitución se convertiría en letra muerta y podría ser torcida, estirada, encogida, etc., etc., para hacer cumplir la voluntad gubernamental; es decir sería la Dictadura.

Tanto la versión del ObamaCare de la Cámara como la del Senado, utilizan la “Cláusula de Comercio” de la Constitución como uno de sus “fundamentos legales” para justificar la autoridad del Gobierno Federal tanto para imponer impuestos o penalizar a aquellos que decidan no comprar seguro alguno. Bajo esta cláusula, el Congreso cuenta con la autoridad para regular los canales del comercio entre los Estados; las agencias o entidades del comercio entre los Estados; o las personas o cosas en el comercio entre los Estados y, como es natural, todas esas actividades tienen una relación sustancial con el comercio entre los Estados. Aunque esas áreas mencionadas cuenten con un amplio alcance, el establecer impuestos o penalizar a un contribuyente individual por no comprar un Seguro Médico, no está comprendido en ninguna de ellas. Los marrulleros aliados del Gran Timonel en el Congreso aducen que ello sí está comprendido en la tercera área mencionada, pero los fallos precedentes de la Corte Suprema muestran que es un disparate que sólo podría caber en la calenturienta imaginación de la administración Obama y sus asesores legales.

Como bien establecen Rodney P. Mock y Jeffrey Tolin en su artículo Purchase or Else: The Health Insurance “Tax,” publicado en la edición de Tax Notes del 11 de enero, la versión del Senado utiliza una “penalidad” y defiende el “poder del Gobierno Federal para establecer una bajo el precedente legal del caso de la Corte Suprema United States vs. South-Eastern Underwriters Association, ese fallo permite la regulación, por parte del Gobierno Federal de las Empresas de Seguros bajo la Cláusula de Comercio, y se concentra exclusivamente en las empresas de seguro nacionales involucradas en el comercio entre los Estados. En forma alguna, hay ciudadanos individuales en el ‘negocio’ de seguros y, en consecuencia, la Cláusula de Comercio no resulta válida o no puede aplicarse”. O lo que es lo mismo, el sólo hecho de no comprar una póliza de seguro médico no es una actividad que afecte al comercio entre los Estados. El derecho a comprar o no una póliza de seguro es algo personal y con toda razón está reservado a cada uno de los ciudadanos, por lo que ni el Gobierno Federal ni el Gobierno Estatal tienen vela en este entierro.

Según estos mismos autores, profesores universitarios en California, el mejor ejemplo de como podría la Corte Suprema derogar las penalidades impuestas en ambas versiones del ObamaCare es la “revisión de un caso en el que la falta de ‘actividad’ entre los Estados hizo que el alto tribunal negara la aplicación de la Cláusula de Comercio. En el caso United States vs. Lopez, la Corte Suprema derogó la Ley Zonas Escolares sin Armas (Gun Free School Zones Act) de 1990 al fallar que el sólo hecho de ‘posseer un arma de fuego’ dentro de una zona escolar no era en ningún sentido una actividad económica que afectara ‘sustancialmente’ el comercio entre los Estados y que, por tanto, estaba fuera de la autoridad del Congreso”.

Sencillamente, la Constitución no contempla el tipo de impuestos y mucho menos las penalidades, que ambas versiones del ObamaCare tratan imponer a quienes no compren lo que llaman “Seguro Médico aceptable”, ni existe precedente legal alguno de la Corte Suprema que valide este abuso gubernamental para imponer una decisión política sobre los ciudadanos. Si se le permite al Congreso utilizar la palabra mágica “impuesto” para regular a los contribuyentes que no compren el Seguro Medico que se les ordene, ello castraría por completo cualquier restricción a los poderes del Gobierno Federal, con lo que, como decíamos, estaríamos cruzando el tenebroso umbral de la dictadura autoritaria. Ni el Congreso ni Barack Hussein Obama pueden coaccionar a los ciudadanos, bajo la amenaza de impuesto o penalidades criminales, para que participen obligatoriamente en un Plan de Seguro Médico que no desean. Y mucho menos disfrazando de impuesto, lo que sería una multa con consecuencias criminales por no pago.

Por último, ni el Congreso ni Barack Hussein Obama, tienen la autoridad Constitucional de regular o dictar la forma en que ejercemos nuestro derecho a comprar lo que nos de la gana o simplemente, a no comprar lo que no nos dé la gana. Ni la Constitución, ni los precedentes legales existentes al respecto lo permiten. Si por fin, después de amenazas, sobornos y prácticas mafiosas el Gran Timonel y sus secuaces en el Capitolio logran aprobar e implantar cualquier versión de su ObamaCare que contenga un requisito de compra obligatoria, cada uno de nosotros está en el deber de no obedecer esa Ley espuria y retarla de inmediato en los Tribunales, con la seguridad de que la Corte Suprema la declarará inconstitucional.

Nobama
Nueva York, 8 de marzo de 2010