jueves, 4 de marzo de 2010

ObamaCare: Una partida difícil de ganar para Obama a pesar de su Gambito

Jaque Mate
Todos aquellos que nos oponemos al ObamaCare nos rebelamos con razón ante la descarada orden dada al Congreso por Barack Hussein Obama, para que utilicen la llamada Reconciliación para imponernos su abominación socialista. Parecería como si la elección de Scott Brown en Massachusetts, ni las sonadas derrotas de Nueva Jersey y Virginia jamás hubiesen ocurrido. Ni tampoco que todas las encuestas serias indiquen, en por cientos irrebatibles, que la mayoría de los estadounidenses rechacen tanto la ley como el procedimiento.

La Reconciliación, es una maniobra parlamentaria diseñada para elevar los ingresos o reducir los gastos en el proceso presupuestario y nunca fue diseñada como una vía para cambiar las reglas para aprobar cambios políticos controversiales, que de otra forma no serían aprobados por no contar con los 60 votos necesarios para invocar la clausura del debate parlamentario. Pero a pesar de ser tremendamente indignante y sucia como maniobra política, a las diez de últimas no deja de ser una distracción, una forma, como decíamos en una pieza anterior, de dare il gambetto (poner una trampa), o de gambettare (poner una zancadilla) para tentarnos a enfocarnos fundamentalmente en el movimiento, en la jugada inmediata, mientras la verdadera batalla se celebra ahora en la Cámara de Representantes y no en el Senado.

Para que la batalla cambie de escenario, es decir, para que se traslade al Senado y por consiguiente para que se produzca la Reconciliación, primero la Cámara debe aprobar exactamente, sin cambiarle ni un punto ni una coma la versión del ObamaCare aprobada por el Senado en aquella vergonzosa noche Víspera de la Navidad, llena de sobornos y presiones. Ello quiere decir que la Cámara tendrá que aprobarla con lo que establece en relación con la provisión de fondos federales para el aborto, lenguaje que ya ha sido rechazado por el Representante Bart Stupak y otros legisladores demócratas que ya han dicho que votarán en contra. También deberá la Cámara aprobar el Proyecto de Ley con las corruptas compras de votos de los Senadores Nelson de Nebraska, Landrieu de Louisiana, Dodd de Connecticut, Nelson de Florida y otros ya mencionados en su oportunidad en Nobama. En otras palabras los Representantes Demócratas deben aprobar la versión del Senado conteniendo toda la basura y la mugre por la que el pueblo norteamericano ya ha dejado bien claro que se siente profundamente ultrajado.

De ahí que el Gran Timonel, a pesar de asegurar que ya “todo está dicho” y “discutido” en relación con el ObamaCare se disponga esta noche a recibir en la Casa Blanca a 10 Representantes Demócratas que votaron en contra de la versión de la Cámara el pasado noviembre, por lo que resulta obvio que se trata de una maniobra “persuasivochantajista” para obligarlos a cambiar su voto a Sí. Uno de estos diez es el Representante por Utah, Jim Matheson. Hoy, casualmente, la Casa Blanca publicó un comunicado de prensa en el que anuncia que Barack Hussein Obama, nominó al hermano del Representante Matheson, Scott M. Matheson, Jr., como Juez de la Corte de Apelaciones del Décimo Circuito Federal. Ni Al Capone, lo habría hecho mejor: El Presidente de los Estados Unidos comprando votos con nombramientos de Jueces a las Cortes Federales. No en balde la Congresista Republicana Michele Bachmann se pregunta “¿Qué es lo que está pasando en la Casa Blanca?” y pidió una investigación independiente en la Casa Blanca por ofrecerle una judicatura al hermano de un miembro del Congreso y después pedirle a ese legislador que vote a favor del ObamaCare. Por su parte los Demócratas han calificado la situación como “arma de distracción masiva” y algo tangencial. A lo que la Congresista respondió que la corrupción no es un asunto tangencial e insistió en la gravedad de esta muestra de corrupción al más alto nivel.

Pero además, en la práctica, los Senadores no tienen razón alguna para correr otro riesgo político más, a menos que Su Majestad Nancy Pelosi demuestre que tiene los votos necesarios para aprobar el engendro de la Víspera de Navidad y en este momento no se ve que tenga los 216 votos que necesita. Y como establece el procedimiento legislativo, el Senado no puede proceder a efectuar Reconciliación alguna en su versión del ObamaCare si este no ha sido promulgado ya como Ley. Pero para más inri, el Joint Committee on Taxation (JCT), cuerpo encargado de calcular el costo oficial de los cambios en impuestos en la legislación federal, ya dijo que no puede proveer, ni proveerá, los cálculos de costos de una Ley de Reconciliación para el ObamaCare, a menos que esta haya sido aprobada por la Cámara. Y sin esos cálculos, resulta imposible determinar si la Reconciliación cumple los requisitos exigidos por el proceso presupuestario.

Hasta un ardiente defensor del ObamaCare como el Senador por Dakota del Norte y Presidente del Comité de Presupuesto del Senado, Kent Conrad, ha dicho claramente: “No conozco ninguna vía, no sé de ninguna forma en la que se pueda tener un proyecto de Ley de Reconciliación aprobado antes de que se apruebe el Proyecto de Ley que se supone que se debe reconciliar. No sé cómo se podrá tratar el asunto de la calificación. No sé cómo se podrá mirar a alguien a los ojos y decir que el paquete reduce el déficit. Es como poner el carretón delante de los caballos”.

De manera que la Cámara tiene que pronunciarse primero. Y ese es el voto realmente importante, es ahí donde se librará la batalla final. Si la Cámara aprueba la versión del Senado, Barack Hussein Obama, la firmará para convertirla en la Ley de la Nación. Quizás entonces el Senado haga algunos cambios vía reconciliación, pero también, y es lo más seguro, puede que no. Y en definitiva ello no tendría mayor importancia, ya que de cualquier manera los impuestos caerían sobre nosotros como una losa funeraria para poder sostener las más de 100 entidades reguladoras que el darán a Obama y sus secuaces en Washington el poder de manejar hasta el último aspecto de nuestra atención a la salud. Y en cualquier caso seremos forzados de forma dictatorial, bajo la amenaza de ir a la cárcel, de comprar el seguro de salud que determine un burócrata nombrado por el Gobierno, queramos o no hacerlo. En otras palabras, si la Cámara aprueba la abominación de la Víspera de Navidad, Obama habría ganado esta partida, aunque no el torneo, es decir la Guerra, que continuaría por la vía legal constitucional y electoral hasta noviembre de 2010, en el que cada escaño legislativo se pelearía bajo la bandera de obtener la mayoría suficiente como para derogar la abominación Obámica. Pero si por el contrario, la Cámara rechaza la versión del Senado, sería Jaque Mate para Obama y por extensión para su Presidencia, porque no lograría aprobar ninguno de sus puntos fundamentales en la agenda de transformación socialista de nuestra democracia, se convertiría en lo que conocemos como Lame Duck (Pato Cojo) o un Presidente sin influencia real.

En su discurso del miércoles, Barack Hussein Obama, dijo que esta batalla por la Reforma de la Salud es en realidad sobre que tipo de país queremos ser y lleva razón en ello. Pero a diferencia de lo que él y sus secuaces de Chicago y la extrema izquierda a la que representan desearían, We The People, hemos dejado bien claro que preferimos el sistema de libre mercado y la responsabilidad individual a la falsa seguridad del Socialismo Totalitario y eso es lo que se decide realmente en las próximas dos semanas que restan hasta el 18 de marzo que ha sido la fecha que este Liberticida ha dado a sus marionetas para que le sirvan en bandeja de plata nuestras libertades y nuestra oportunidad de alcanzar la felicidad.

Nobama
Nueva York, 4 de marzo de 2010

¡No a la Reconciliación!


Como hemos estado y continuaremos denunciando, en una desesperada jugada para embutirnos a través del Congreso, la toma absoluta de la Atención a la Salud por parte del Gobierno, primer paso en la instauración de una estructura gubernamental socialista en los Estados Unidos. Barack Hussein Obama, Su Majestad Nancy Pelosi y el Príncipe Harry Reid se han decidido por un truco parlamentario conocido como “Reconciliación” el cual les permitirá ignorar la voluntad mayoritaria del pueblo norteamericano y de la oposición en ambos partidos y aprobar el ObamaCare con 51 votos en lugar de los 60 exigidos por las reglas parlamentarias del Senado. El llamado Proceso de Reconciliación fue creado en 1974 para permitirle al Congreso avanzar con rapidez en asuntos concernientes única y exclusivamente con el Presupuesto de la Nación, pero la extrema izquierda en el poder dentro del Partido Demócrata pretende utilizarlo para implantar su agenda socialista de Gran Gobierno y Redistribución de la Riqueza, comenzando con la piedra angular de dicha agenda: el ObamaCare.

Si bien para llegar a utilizar este proceso, los Demócratas tienen que vencer una serie de etapas muy complicadas, como explicaremos más adelante en otra pieza que estamos preparando al respecto. Resulta de suma importancia que los ciudadanos norteamericanos y residentes de esta, la nación más libre y democrática del mundo, expresemos nuestra inconformidad y oposición a esta sucia jugada en la mejor tradición de la Mafia de Chicago. Es por eso que exhortamos a nuestros visitantes a que firmen la Petición No Reconciliación en la Atención a la Salud, para que los Senadores sepan una vez más que obrarían en contra de la voluntad mayoritaria del pueblo norteamericano si se atreven a utilizar esta grosera maniobra para destruir la sexta parte de nuestra economía. Para firmar la petición hacer clic aquí o en la imagen.

Nobama
Nueva York, 4 de marzo de 2010

miércoles, 3 de marzo de 2010

Barack Hussein Obama: también llamado
El Mentiroso

Mintió antes, mintió en la campaña, mintió ya presidente, mintió en su Cumbre Kabuki, mintió hoy y seguirá mintiendo hasta el final de los días. Puro Alinsky, como manda la Biblia izquierdista de Reglas para los Radicales.




Barack Hussein Obama acaba de mover su pieza y tal y como anunciamos se lanzó en un desesperado Gambito para lograr aprobar el ObamaCare, la joya principal de su corona. Luego de numerosas maniobras diversionistas desde la Casa Blanca, destinadas a confundir a los Republicanos. Obama por fin revela que no había tal modesto plan del ObamaCare como había dicho que hoy presentaría. Es la misma abominación aprobada en el Senado y la Cámara, edulcorada con promesas vagas de incluir dos aspectos principales expresados en todos los planes presentados por los Republicanos para mejorar el Sistema de Atención a la Salud de los Estados Unidos, hoy por hoy el mejor del mundo. Con su habitual arrogancia y total desprecio por nuestro sistema legislativo y democrático en el que la separación de poderes es la piedra angular sobre la que nuestros Padres Fundadores erigieron nuestra República, el Gran Timonel, en el más rancio estilo de los Hombres Fuertes como Mao, Stalin, Fidel Castro, Hugo Chávez, etc., etc., ordenó a sus marionetas en el Senado y la Cámara que le embutan al pueblo norteamericano su ObamaCare a pesar de que este lo rechaza en por cientos elevadísimos. Las encuestas rápidas de hoy, posteriores a su comparecencia indican que el 52% de los norteamericanos sigue oponiéndose y sólo el 42% lo favorece, mientras el 63% expresa que lo correcto es empezar de cero, tal y como proponen los Republicanos.

Hoy, Obama se mostró desafiante e irritado, nada presidencial, y le ordenó al liderazgo Demócrata del Congreso que programara una votación simple, la Reconciliación, en las próximas semanas, diciéndoles que ya era hora de “tomar una decisión” y que “todos los argumentos ya se han expresado. Todo ya está dicho sobre la atención a la salud”. Con ese rasgo esencial en todos los dictadores, Barack Hussein Obama, acaba de decidir que los que tengan otra opinión diferente tienen que callarse.

¿Se imaginan ustedes lo que haría este petulante si tuviera el poder de un Fidel Castro?

Pero además de mentiroso, Tartufo al fin, tiene muy pero que muy mala memoria. Hoy, urge al liderazgo Demócrata en el Senado a que utilice la “Opción Nuclear”, como ellos mismos bautizaron la Reconciliación en su momento, cuando los Republicanos amenazaron con utilizarla para romper el filibuster demócrata a los nombramientos de Jueces Federales y Magistrados de la Corte Suprema y cuando la utilizaron para aprobar los recortes de impuestos de George W. Bush. En el vídeo que encabezan estos párrafos, pueden apreciar cuan hipócrita y mentiroso es este pretencioso patán con ínfulas dictatoriales, en uno de sus fragmentos, casi al final, el entonces Senador Obama decía: “No vamos a aprobar la Reforma de la Atención a la Salud con una estrategia de 51 votos (...) Si queremos transformar el país necesitamos una mayoría considerable. Esta noción de que podemos funcionar como Karl Rove (aquí se refiere al asesor principal del ex presidente Bush), identificando al núcleo principal de nuestra base y tirándole unos trozos de carne para obtener una victoria de 50 votos más uno... Karl Rove no necesita un consenso amplio porque él no cree en el Gobierno”. Sustituyan hoy Karl Rove por Barack Hussein Obama y voilà lo tendremos todo bien claro.

La extrema izquierda del Partido Demócrata estaba entusiasmadísima con las señales que recibía desde la Casa Blanca y por fin su Gran Timonel, los complace al señalarles claramente el luminoso camino a seguir para alcanzar por fin la ansiada meta del socialismo en América. Su Majestad Pelosi y el Príncipe Harry, piensan en su total divorcio del sentir de la mayoría de los norteamericanos, que al contar con el beneplácito del Amado Líder ello le dará a la asquerosa maniobra un sello presidencial y que así servirá para desmitificar el proceso y darles cierto grado de cobertura política ante los ojos de los norteamericanos. ¿Cómo? Ese es el gran misterio que entraña la naturaleza humana, cuando la obsesión se apodera de la razón y la fuerza de la mayoría, prima sobre el derecho de la minoría, aunque We The People, en este caso estemos del lado de la razón y no de la fuerza.

Como dijo el veterano y respetado Senador Republicano por el Estado de Utah, Orrin Hatch: “No creo que ellos tengan suficientes votos para realmente aprobarlo. Sin embargo, si pueden mutilar las reglas de este cuerpo y pueden utilizar la regla de la Reconciliación, pueden dejar que ocho de sus Senadores voten en contra, aún cuando eso sería la cosa más falsa que podría imaginarse. Entonces pueden aprobarlo con 51 votos, pero sería una de las cosas más desastrosas y estúpidas que alguien podría hacer”.

¡Amén!

Nobama
Nueva York, 3 de marzo de 2010

lunes, 1 de marzo de 2010

El Gambito Obama también llamado Nuclear

El Séptimo Sello, Ingmar Bergman
La palabra gambito fue originalmente aplicada para aperturas de ajedrez en 1561 por el sacerdote español Ruy López de Segura, a partir de la expresión italiana dare il gambetto (poner una trampa), y ésta a su vez de gamba (pierna), y del verbo gambettare (hacer zancadilla). López estudió esta maniobra y así la palabra italiana se convirtió en la forma española gambito.

En el gambito se sacrifica material, generalmente un peón, para conseguir una ventaja. Hay tres métodos generales en que un gambito puede ayudar a una posición:

Para ganar tiempo: el jugador que acepta el gambito tiene que gastar tiempo para aceptar el material y posiblemente debe usar un tiempo más para reorganizar sus piezas después de que el material ha sido ganado.
Para mejorar la actividad de sus piezas de ataque: Los alfiles y las torres pueden llegar a ser más activos simplemente porque la pérdida de peones a menudo proporciona más columnas y diagonales abiertas. El Campeón del mundo Mikhail Tal, uno de los jugadores de ataque más extraordinarios de la historia, una vez dijo que él había sacrificado un peón sólo porque “estaba en su camino”.
Para debilitar la posición del adversario: Finalmente, al aceptar un gambito se puede llegar a una estructura de peones comprometida, agujeros u otras deficiencias posicionales. Por regla general, se supone que un jugador debería ganar tres tiempos o movimientos por un peón sacrificado, pero no está claro cuán útil es esta máxima ya que los “movimientos libres” son parte de la compensación, no son casi la totalidad de lo que se gana con un gambito. A menudo, un gambito se puede declinar o aceptar sin desventaja, pero en este último caso, el jugador debe desarrollar un juego que según los entendidos deja de ser ciencia para convertirse en arte.

Desde el pasado jueves, cuando se celebró la Danza Kabuki de Barack Hussein Obama acerca del ObamaCare, en las ramas legislativa y ejecutiva del Gobierno se ha estado desarrollando una intensa actividad ajedrecística, después que el jueves, la partida sobre el ObamaCare fuera suspendida supuestamente por las seis semanas siguientes como período de reflexión. Los rumores comenzaron el viernes, cuando los ayudantes del liderazgo Demócrata en el Congreso y fuentes de la Casa Blanca comenzaron a filtrar la especie de que el procedimiento de Reconciliación (Opción Nuclear) era inevitable ya que los Republicanos habían movido las piezas negras en la partida con una absoluta precisión y sin cometer ningún error, es decir, aceptaron el gambito propuesto por Obama, pero sin dejarse engañar por la ilusión del sacrificio de piezas, devolvieron el material ganado y solidificaron su defensa, por lo que le dejaron muy pocas opciones a su oponente con las piezas blancas.

Todos los rumores echados a rodar, como decíamos, y hasta las comparecencias en los programas de debate político del domingo apuntaban inexorablemente a una ofensiva en el flanco de la Reina (Nancy Pelosi) para embutirle al Caucus Demócrata la versión del Senado y así poder ir al procedimiento de la Reconciliación, para reafirmar la estrategia que seguirían las piezas blancas al reanudarse la partida, la misma Pelosi, desde su casilla en el tablero, expresaba lo siguiente: “Nosotros no estamos aquí sólo para autoperpetuar nuestro servicio en el Congreso (...) Estamos aquí, para trabajar en nombre del pueblo norteamericano (...) El tiempo se acaba”. Ah, el tiempo, factor decisivo en el ajedrez. Lo dicho por Su Majestad Pelosi, enunciaba claramente que se sacrificaría un importante número de peones, con tal de ganar tiempo y aprobar el ObamaCare.

Sin embargo, hoy en la mañana tanto Su Majestad como la Casa Blanca, anunciaban lo que parecía un enroque inesperado en medio de una anunciada ofensiva. El miércoles, Barack Hussein Obama, revelará una nueva versión del ObamaCare “mucho más pequeña” y menos costosa que las versiones de la Cámara y del Senado y que a la misma se le están incorporando elementos salidos de las discusiones de la Cumbre Kabuki del jueves y según filtró la Asesora principal de Obama para el ObamaCare, Melody Barnes, entre esos elementos hay dos, la Reforma de las Demandas por Mala Práctica Médica (Tort Reform) y la Compra de Seguros fuera de las fronteras estatales, dos de los elementos en que más insistieron los Republicanos.

Este giro, aparentemente fundamental, en la estrategia de las Piezas Blancas debe ser estudiado con mucha precaución por parte de los Republicanos, los que no deben olvidar jamás el origen primigenio de la palabra gambito, como explicábamos al principio de estas ideas. Los Republicanos, quienes han jugado la partida hasta el presente, podría decirse que a lo Tal, no deben apresurarse en esta coyuntura, porque la ventaja de su oponente es sólo aparente y su enroque así lo demuestra.

Primero, la Reina no cuenta con los votos en la Cámara para llevar adelante la Opción Nuclear. En noviembre, la Pelosi tuvo 220 votos para aprobar su versión del ObamaCare, entre ellos un solitario Republicano que ahora dice votará No. Un Demócrata falleció, uno renunció el mes pasado y otro renunció el viernes, por lo que cuenta con 216 votos, uno menos de los 217 necesarios. Pero ese no es su único problema, la versión del Senado que ella necesita aprobar para pasar a la Reconciliación, no cuenta con la enmienda del Demócrata Bart Stupak que prohíbe el aborto con fondos federales, por lo que este Representante pro vida y otros 10 ya han dicho que votarán No. Así, esto la deja con alrededor de 205 votos. De manera que ha dicho que quiere que el Senado se pronuncie primero y haga cambios en su versión a través de la Reconciliación. Pero el Senador Demócrata y Presidente del Comité del Presupuesto Ken Conrad, dice que ese procedimiento legislativo no se puede usar en este caso, porque ello sólo es posible en una propuesta de Ley que ya se haya convertido en Ley y que aún siendo así, este procedimiento no sería aplicable en temas como el aborto.

Segundo, los Republicanos no deben perder de vista que esta es sólo una Partida en el Torneo, muy importante es verdad, pero sólo una partida. Las piezas Blancas al tener un tiempo de ventaja, por ser las primeras en mover, teóricamente están diseñadas para ganar si no cometen errores y las negras, están diseñadas para hacer tablas si, a su vez, no cometen errores. De manera que las Negras, (Republicanos) que hasta el momento no han cometido errores, deben reforzar su Defensa y hacerla impenetrable y no caer en la trampa que le preparan las Blancas en su desesperado gambito de último momento. Las Negras deben dejar que las Blancas desarrollen su estrategia de diversión y que agoten su tiempo y seguir con sus sólidas jugadas que muestran cuan débil es la posición de los Demócratas. Ellos ya están decididos a sacrificar cuantos peones sean necesarios en esta partida para ganarla. Los Republicanos no deben apresurarse a cobrar esas piezas, finalmente el tiempo está de su parte y cada vez se hace más evidente que el jugador con las blancas no tiene ni el talento ni el ingenio y tampoco el apoyo de la mayoría de los norteamericanos para ganar la partida y mucho menos el torneo.

Nobama
Nueva York, 1ro de marzo de 2010