viernes, 18 de diciembre de 2009

Para Obama Copenhagen tiene Jettatura y Washington... ¡también!

Todo parece indicar que este no será un buen fin de semana para nuestro Gran Timonel Barack Hussein Obama. La llamada “Magia Obámica” fracasa una vez más en la tierra de Hamlet y por acá, en Washington, no le esperan tampoco buenas noticias cuando regrese. Igual que la cacareada Cumbre sobre el Calentamiento Global, la aprobación antes del receso de navidad del ObamaCare por parte del Senado, parece que no se logrará y “por acá en las Dinamarcas”, como dice Aaron Mayer, no podrán firmar ni una foto de grupo autografiada, porque según nuestras fuentes algunos dignatarios presentes ya hacen las maletas para marcharse y los que no, están casi a punto de enredarse a las trompadas, lanzándose acusaciones a diestra y siniestra. “Yo me marcho”, dijo Yousef Diakite, representante del Parlamento Panafricano. “No me siento feliz, estoy decepcionado y nada agradecido. Todos esperábamos la llegada de Copenhagen. Esta era nuestra oportunidad. Y hoy ya no existe”.

Lo que comenzó con mucha excitación y sensación de avance verdadero hace dos semanas, terminó en esta noche del viernes en medio de la frustración y la ira de los miles allí reunidos y en las calles de Copenhagen. La Conferencia auspiciada por la ONU, la mayor de su clase en la historia, atrajo a científicos, activistas del medio ambiente y el Calentamiento Global, y de los Derechos Humanos, además de a ladrones, dictadores, asesinos, truhanes, simuladores, vividores y algún que otro jefe de estado verdaderamente democrático, eso sí, los menos.

Pero ¿qué ha sucedido para que la reunión termine en un rotundo fracaso?

Simplemente que la base sobre la que se erige toda la teoría que le da lugar está viciada por la exageración, el fraude, la mentira, la hipocresía y la avaricia de los dictadores y jefes de estado de los países más corruptos del mundo, por un lado, y la lógica reserva de los más avanzados del Tercer Mundo como China e India que no quieren arriesgar su desarrollo económico a partir de la teoría del Calentamiento Global. También, porque reunir a más de 100 naciones, grandes y pequeñas, pobres y ricas, desarrolladas y subdesarrolladas y ponerlas en acuerdo total sobre un asunto tan espinoso para la esencia misma de sus economías y sus estándares de vida, y encima de eso obligar a los más ricos a que metan la mano en el bolsillo de sus habitantes en la forma de impuesto mundial en esta súper operación de redistribución de la riqueza mundial, era una meta irreal desde sus inicios. Eso comenzó a verse con absoluta claridad en la medida en que los dictadores del Tercer Mundo subían al podio y en sus discursos exigían que los países desarrollados les entregaran fabulosas cantidades de dinero. Particular consternación, irritación y hasta ira provocaron las palabras del Gorila Rojo, Hugo Chávez, quien atacando directamente a los Estados Unidos, dijo que el Imperio le debía a todo el mundo porque había violado al planeta y que “todavía” olía a azufre después del discurso de Obama a quien llamó el “Premio Nobel de la Guerra”.

Lo usual en estas conferencias en las que los Jefes de Estado firmarán el día final un Acuerdo o Pacto o Comunicado o como quieran llamarle, cuando ellos llegan ya está completo al 99%. No así esta vez, debido a demoras de procedimiento, ocasionadas principalmente por China, por lo que el documento estaba muy lejos de estar terminado, dejando así pendiendo sobre las cabezas de ministros y jefes de estado cuestiones verdaderamente críticas, como la verificación de las emisiones acordadas.

Finalmente, Obama logró no irse con las manos vacías como en su viaje anterior y alcanzó con China, India, Suráfrica y Brasil lo que llamó un acuerdo “significativo y sin precedentes” en el Calentamiento Global, según él mismo expresó a los periodistas. Pero como reconoció uno de los funcionarios que le acompañaban el acuerdo alcanzado es “insuficiente” para combatir el Cambio Climático, pero sí “un importante primer paso”.

Al Gran Timonel no le quedó más remedio que reconocer que era una conferencia fallida al referirse a lo acordado políticamente como “esquema de trabajo” y no como “acuerdo”, ya que al no ser de obligatorio cumplimiento simplemente es letra muerta, por lo que aunque regresa con el papelucho en carpeta, su visita a Copenhagen vuelve a ser un sonado fracaso a pesar de los $100 mil millones que tendremos que pagar los contribuyentes norteamericanos, para que se lo repartan las hienas de fauces abiertas que no los utilizarán para resolver problema ambiental alguno.

La “Magia Obámica” se perdió entre la ventisca y la nieve en una fría noche en Dinamarca.

Nobama
Nueva York, 18 de diciembre de 2009

jueves, 17 de diciembre de 2009

A Copenhagen


Barack Hussein Obama llegará mañana a Copenhagen, en medio de vivas y aplausos de la izquierda universal, ex roja y ahora verde, y con $100 mil millones (billones) de verdes en sus bolsillos, arrancados de nuestro sudor y aumentados en nuestra ya insostenible deuda pública, para repartirlos entre la cleptocracia y los dictadores de todo el mundo para con ello intentar sacar del atolladero a la olla de grillos en que se ha convertido la renombrada Conferencia de Copenhagen.

Obama volará esta noche a nuestras expensas hacia Dinamarca, dejando una profunda huella de dióxido de carbono, para unirse a esa selecta concurrencia de dictadores asesinos, sátrapas, falsarios, gobernantes mentirosos, aprovechados y delincuentes que componen la mayoría de los asistentes, para intentar asegurar un nuevo tratado internacional para combatir el llamado Calentamiento Global en esta prácticamente fracasada conferencia internacional auspiciada por esa entelequia corrupta e inutil que es la ONU. Su inspiradora presencia sólo durará unas pocas horas, pero ya sus ayudantes y corifeos de su enorme aparato propagandístico que es la llamada Gran Prensa Norteamericana, “calienta” a los presentes presentándolos como el Gran Líder que por fin ha sacado a los Estados Unidos de su indiferencia hacia el cambio climático para convertirlos en el abanderado principal en esa lucha.

Pero la sombra de su lamentable y fracasada anterior visita a esa ciudad hace que arriesgue una buena parte de su ya maltrecho capital político doméstico en esta visita. De ahí que nuestra lamentable Secretaria de Estado prepare el terreno para su llegada y reparta sobornos a diestra y siniestra para que la visita del Amado Gran Líder sea todo un éxito. Incluso se rumora que, además de nuestros dólares generosamente regalados por Obama, los Chinos se saldrán con la suya de no recibir verificación de sus promesas a cambio de que acepten las cifras de emisiones propuestas y que firmen el tratado.

En realidad, toda la discusión del Climategate y si hay o no Calentamiento Global y los astronómicos costos asociados con poner un límite a las emisiones de dióxido de carbono CO2, y todo lo que anteriormente decíamos no es lo más importante a partir de esta noche. Lo que realmente importa ahora es si Barack Hussein Obama terminará finalmente pisoteando el sistema constitucional norteamericano ante el mundo entero, sin siquiera sonrojarse, hablando figurativamente claro está, en lo del sonrojo.

Las preguntas que nos hacemos de un extremo al otro de la nación la mayoría de los norteamericanos son: ¿De qué lado se pondrá Obama? ¿Del lado del pueblo norteamericano y de la Constitución, o del lado de esa caterva de reunidos en Copenhagen en su mayoría dictadores, tiranos corruptos y jefes de gobierno nada democráticos? Ellos presionan para que Obama haga lo que en el fondo él realmente desea hacer y que casi seguro hará: ignorar la voluntad del pueblo norteamericano y firmar un vergonzoso e inconstitucional pacto político.
El Artículo 2, Sección 2 de la Contitución de los EE.UU. es claro como el agua: “Él [el Presidente] tendrá el Poder, a través de y con el Consejo y Consentimiento del Senado, para celebrar Tratados, siempre que dos tercios de los Senadores estén presentes”.

En 1997, el Senado de los Estados Unidos votó 95-0 para decirle al entonces Presidente Clinton, de que el Senado creía que los Estados Unidos no debían firmar ningún tratado internacional acerca del cambio climático que no obligara a todos los países a limitar sus emisiones o que de alguna forma resultara en graves daños para la economía de los Estados Unidos.

Sin embargo y, a pesar de ello, el entonces Vicepresidente Al Gore, firmó un acuerdo unos meses después que no cumplía con lo acordado por el Senado, por lo que sabiendo como votaría el Senado, Clinton ni siquiera se molestó en someter el llamado acuerdo de Kyoto a la consideración de los legisladores, porque habría estado muerto antes de llegar y Clinton, en forma alguna estaba interesado en sufrir una embarazosa derrota política.

Doce años después la cosa se cocina nuevamente, esta vez en Copenhagen, pero los ingredientes en la olla y nuestra Constitución son los mismos. En lugar de votar por un proyecto de Ley, el Senado está paralizado en el esfuerzo de los Comisarios Verdes de que se apruebe una ley vinculante que ponga un límite (cap) y negocie (trade) las emisiones de dióxido de carbono, según las líneas que Obama, Pelosi y los reunidos en Copenhagen desean que adopte el Senado. Aunque hoy la situación en la cámara alta no es de un voto de 95-0, el mensaje es el mismo: del Senado no saldrá ninguna Ley Cap & Trade, ni como Ley ordinaria, ni como parte de un acuerdo internacional que requeriría la aprobación de 2/3 de los Senadores.

En Nobama apostamos a que, igual que Gore, Obama firmará el acuerdo, cualesquiera que este sea, con gran fanfarria, como es usual en él, y recibirá los elogios y la adulación de delegados de todo el mundo, sólo para regresar a casa a que le recuerden que esa firma, sin la aprobación del Senado, hace del tratado un papel mojado sin valor alguno. Pero será entonces que los “augustos” senadores recibirán la arrogante respuesta del Gran Timonel: Los principios constitucionales que regían a Gore y a Clinton in 1997 y que gobiernan a este país desde su fundación hace más de 200 años, hoy en 2009 no tienen aplicación ni fuerza sobre él, el Líder Supremo del Hope & Change.

¿Cómo es posible?

Parece que Obama, al igual que otros hombres fuertes anteriores y actuales, un graduado de la escuela de leyes de Harvard y ex profesor ayudante de derecho constitucional en la Escuela de Derecho de la Universidad de Chicago, descubrió una interpretación de nuestra Constitución que se le escapó durante más de 200 años a ciudadanos, abogados y jueces antes que él.


El punto de vista del Sabio Gran Líder es que la Agencia de Protección para el Medio Ambiente (EPA), una agencia de la rama ejecutiva del gobierno, tiene el poder regulador para imponer, unilateralmente, un sistema de impuestos que el Congreso, hasta el presente, ha rechazado y como según establece la Constitución sólo el Congreso puede establecer, reducir o eliminar impuestos federales, parece avecinarse un enfrentamiento constitucional entre las dos ramas gubernamentales que, seguramente, terminará en la Corte Suprema de Justicia, si la Rama Ejecutiva, ditto, Obama a su regreso de Copenhagen con un tratado firmado, insiste en implementar lo que la rama legislativa hasta el momento se ha negado a aprobar.

Esta es hasta el momento la más curiosa interpretación de la Constitución desde que Nixon, dijera que “si el Presidente dice que es legal, pues es legal”.

¿Qué vendrá después?

¿Acaso que la Secretaria de Salud decide que el debate del ObamaCare en el Senado se ha hecho muy aburrido y cansón y, que por lo tanto ella reclama el mismo poder de la EPA para su secretaría y aplicar así la llamada Reforma de la Salud porque no hacerlo sería dañino para el bienestar y la salud de los norteamericanos?

Esta arrogante y unilateral apropiación ilegal del poder absoluto por parte de la Rama Ejecutiva en sincronía con la Conferencia de Copenhagen es simplemente ultrajante y una muestra palpable del autoritarismo dictatorial por el que se enrumba toda la política de Barack Hussein Obama.

Lo que el Gran Timonel pretende es la imposición de un impuesto unilateral de $645 mil millones (billones) para un sistema de Cap & Trade que contenga los niveles de emisión que el estime adecuados y considera que la rama ejecutiva; es decir, él tiene el poder de circunvalar al Poder Legislativo imponer esos impuestos simplemente porque esa es su voluntad y ya. A esto es a lo que se le llama “taxation without representation” (cobro de impuestos sin representación).

La última persona que se atrevió a imponerle a los norteamericanos un sistema así, fue el Rey George III de Inglaterra, quien intentó implantar ese sistema sobre el té sin el consentimiento del pueblo, quienes vestidos como los Indios botaron una enorme cantidad del Té del Rey en el Puerto de Boston en 1793. Dos años después estalló la guerra contra la tiranía inglesa que no paró hasta obtener la independencia de las 13 colonias y la fundación de esta, nuestra querida y gran nación, que Dios bendiga por siempre.

Barack Hussein Obama no debía olvidar esta lección de la historia ni pensar que nosotros, los ciudadanos libres, somos sus vasallos.

Nobama
Nueva York, 17 de diciembre de 2009

miércoles, 16 de diciembre de 2009

El enemigo adentro: O de cómo el Islam planea someternos a su dominio

En nuestro artículo de ayer, hemos mostrado solamente la punta del iceberg de la contaminación que sufre nuestra sociedad democrática por las ideas extrañas de esa religión de odio y dominación feudal que es el Islam, gracias a ese virus oportunista de la corrección política mutado en “corrección religiosa”, como certeramente le llamó en su blog nuestra querida amiga Isis Wirth, y que tan de moda está por estos lares desde que en la Casa Blanca está el Sheik Barack Hussein Obama, un hijo de la Umah (congregación de los fieles).

Hoy en el diario español Libertad Digital, Horacio Vázquez Rial, publica un excelente artículo bajo el título de Islam 2010, que aunque francamente resulta escalofriante cuando se lee, debía divulgarse sin cesar porque es junto a la obra de Oriana Falacci, el llamado de alerta más dramático que recordemos acerca del peligro que nos asecha desde las mezquitas en todas partes del mundo y que puede golpearnos cuando menos nos lo imaginemos.

Nobama
Nueva York, 16 de diciembre de 2009

lunes, 14 de diciembre de 2009

Cosas de Obamaland: Escolares de segundo grado debían cantar loas a Allah y negar al niño Jesús


Una batalla sobre la religión se desencadenó en Indiana central ante el deseo de una escuela pública de que los alumnos de segundo grado cantaran una canción en la que se afirma que “Allah es Dios”. La frase fue eliminada poco antes de la presentación después que los padres en número abrumadoramente mayoritario, sólo una familia no tuvo inconveniente, y una organización nacional conservadora lanzaran una sonada protesta.

El director de la Lantern Road Elementary School en Fishers, Indiana, dijo que trataban de enseñar la inclusión de todas las religiones a través de su producción para las fiestas, en la que incluían referencias a las Navidades, Hanukkah, Ramadán, Las Posadas y Kwanzaa. Sin embargo, se pudo comprobar que en el show no se hacía referencia a otro Dios que no fuera Allah.

He aquí lo que los pequeños de segundo grado debían cantar:

“Allah es Dios, recordamos al amanecer,
 Orando hasta la noche durante Ramadán

En esta época de felicidad rogamos la felicidad para ti,


Que Allah esté contigo durante toda tu vida”.


Pero cuando llegaba el momento de que representaran la parte “Cristiana” de las Pascuas, los niños cantarían lo siguiente:

“Yo no sabía que había un pequeño niño en el pesebre. ¿Qué niño es este?
No estoy seguro de que allí estuviera un pequeño niño o no.


Entonces ¿por qué pintas uno en tu escena de la natividad?


Pensé que si allí había un pequeño niño,
me gustaría saber exactamente lo que él dice
.

Lo más curioso y a la vez ultrajante de este caso es que continuamente vemos como en las escuelas a través de toda la nación se elimina toda mención a Jesús en las navidades y en esta escuela ponen en duda su existencia, pero no ven nada malo en que los pequeños canten loas a Allah.

Debido a la enorme irritación y al decidido rechazo de la mayoría de los padres, la escuela, que al principio defendía la canción como una forma de practicar la inclusión de todas las religiones, decidió eliminar la referencia a Allah.

Y oh, qué extraño, ello desató la ira de la Alianza Musulmana de Indiana. “Es desafortunado que fuera eliminado del programa sólo por sentimientos islamofóbicos”, dijo Shariq Siddiqui al periódico Indianapolis Star. “Las escuelas son lugares en los que los niños debían aprender más sobre cada uno de ellos, en lugar de excluirse basándose en estereotipos y conceptos erróneos”.

Uno no puede menos que preguntarse: ¿Acaso no es la religión islámica, acaso no son los musulmanes los que predican el odio contra los infieles? ¿Acaso no son ellos los que declaran la Jihad sobre todos nosotros, quienes no reconocemos a Allah como nuestro Dios y a Mahoma como su único profeta? ¿Acaso no fue uno de ellos quién hace sólo unas semanas asesinó a 14 infieles en Fort Hood, Texas al grito de Allah al Bakr? ¿O es que este Allah al que los pequeños de segundo grado debían cantar es diferente al de los terroristas asesinos del 11 de septiembre? ¿Acaso es otro y no el mismo al que adoran y celebran quienes se hacen explotar y asesinan hasta a sus propios hermanos? ¿Habrá algún Imam que pueda responder a estas preguntas sin librar un fatua condenando a muerte al que las hace por sacrílego y apóstata, tal y como ordenan las suras escritas por el analfabeto Mahoma?

Nobama
Nueva York, 15 de diciembre de 2009

La modestia según Obama: Nuestro Gran Timonel autoevalúa su primer año en el cargo y se adjudica una B+ en su gestión


Barack Hussein Obama le dijo a Oprah que lo único que se interpone para que él se autoadjudique una mejor calificación es que la Reforma de Salud está inconclusa y que muchos norteamericanos se mantienen desempleados.

En una entrevista transmitida el domingo, se otorgó, según sus propias palabras “una sólida B+” por su primer año en el cargo. En la misma conversación con su incondicional Winfrey, el Gran Timonel expresó que había logrado progresos en los frentes económico e internacional.

Cada día que pasa, Obama y sus acólitos en la llamada Gran Prensa norteamericana, se parecen más a Fidel Castro y a la Prensa Nacional Cubana. En ambos casos, parecería que hablan de un país diferente al que se encuentran y si les hacemos caso, el apoyo que reciben de sus pueblos es masivo e incondicional. Lamentablemente, los cubanos no tienen medios para comparar lo que les dice el Granma y el Noticiero Nacional de TV y aunque en sus despensas no ven las abundantes viandas y bienes que reflejan el sobrecumplimiento de los planes de Granjas y Cooperativas, tienen que resignarse a aceptar el mensaje oficial o a buscar, a riesgo de ser considerados contrarrevolucionarios, la verdad en medios alternativos como Radio Martí, los periodistas independientes o a Radiobemba.

Afortunadamente por acá, todavía contamos con sectores informativos y profesionales que no se han plegado a la Gran Mentira Socialista de la administración Obama y a través de los cuales podemos conocer la verdad de cómo piensa el pueblo norteamericano, el legítimo tribunal para calificar a sus funcionarios electos.

Así, por ejemplo, la prestigiosa firma de encuestas Rasmussen Reports, muestra hoy lunes que sólo el 24% de los votantes aprueban decididamente la gestión de Obama como presidente, mientras el 42% la desaprueba decididamente, lo que le otorga al Gran Timonel un índice de desaprobación del -18%. Es decir, la mayoría de los votantes le otorga un sonado suspenso. En cifras generales el 55% desaprueba su gestión y el 44% la aprueba. Pero la peor cifra y la que más temen los Obámicos es la de los independientes, gracias a los cuales salió electo, en la que sólo el 36% favorece su gestión.

Por otro lado, su cacareada Reforma de la Salud, u ObamaCare como la sabiduría popular la ha bautizado, cuenta con el rechazo decidido del 56% de la población, mientras sólo el 40% la favorece. El 76% de todos los votantes favorece la Economía de Libre Mercado y se opone a la interferencia del Gobierno en la gestión económica, mientras el 65% piensa que la nave es piloteada en la dirección equivocada y sólo el 30% piensa que la dirección del timón es la correcta.

Después de ver estas y otras cifras como las de Gallup, uno no puede menos que preguntarse ¿con quién diablos habla Barack Hussein Obama? ¿Vive él en el mismo país en que vivimos nosotros? ¿Será que no le importa lo que We The People pensemos de él?

Bueno, no resulta extraño, a Stalin, como a Mao, como a Castro y a todos los dictadores, no les gustaba ni les gusta recibir malas noticias, sobre todo cuando ponían en duda su celestial sabiduría. ¿Pasará lo mismo con nuestro Gran Timonel, Capitán invicto del Hope and Change hacia el desastre?

Nobama
Nueva York, 14 de diciembre de 2009