miércoles, 10 de febrero de 2010

De Nerón a Barack Hussein Obama

En el año 64 (dne) para hacer frente a los cada vez más elevados gastos de la administración pública, el Emperador Romano Nero Claudius Caesar Augustus Germanicus, más conocido en nuestros días sólo como Nerón, decidió reducir el contenido en plata y oro de las monedas del imperio el denario y el áureo. Nerón, en lugar de financiar el aumento del gasto público con un aumento directo a los impuestos, optó por hacerlo de manera indirecta creyendo así que lograría engañar a los ciudadanos. Pero, curiosamente, la jugada no le funcionó, ya que los precios de los productos se dispararon, bajó el consumo y la recaudación pública prácticamente no aumentó, ya que los ciudadanos romanos pudientes, los patricios, que conocían la jugada y poseían las mayores riquezas, decidieron protegerlas y atesoraron las monedas antiguas que contenían más metal precioso y efectuar sus pagos, impuestos incluidos, con las nuevas monedas, que contenían menos. Con esta jugada, aparentemente “lista”, Nerón, además de por incendiar a Roma se hacía famoso por crear el primer proceso inflacionario de la historia.

Como se ha comprobado a través del tiempo, la inflación es un fenómeno económico directamente vinculado al gasto público sin control que conduce a una deuda pública casi permanente y que de no controlarse lleva a la quiebra a cualquier nación por muy poderosa y rica que fuera. Ejemplos de esto sobran en el pasado siglo: la República de Weimar, en la Alemania de los años 20, es una cita obligada, pero no la única. Hay otros casos más y menos conocidos y entre ellos se destaca Zimbabwe (antigua Rhodesia que una vez fuera conocida como el granero de África), donde para financiar su programa socialista de redistribución de la riqueza a través de la confiscación de tierras, el dictador Robert Mugabe, exigió al Banco Central que imprimiera más billetes, lo que condujo a tasas de inflación cada vez mayores por lo que en noviembre de 2008 se elevó al 79,600,000,000% con lo que alcanzó el nada honroso título de la segunda mayor tasa de inflación conocida. ¿La primera? Fue en Hungría después de la II Guerra Mundial donde en 1946 se llegó a imprimir un billete de 100 millones de millones (trillones) de pengos, la moneda húngara de la época. La crisis económica húngara fue aprovechada por los comunistas con respaldo del ocupante soviético y en Zimbabwe ya sabemos como gobierna el asesino Mugabe y también que la administración Obama está dando pasos para “reset” (reiniciar) sus relaciones con el dictador.

Muchos pensarán que el poderío económico, industrial y militar de los Estados Unidos no admite comparación con lo ejemplos ya citados, pero quienes tengan ese punto de vista están lamentablemente equivocados. La realidad es que la Deuda Pública, una de las causas principales, sino la principal, de la inflación ha destruido más imperios que las derrotas militares. Y si revisamos la historia veremos que lo que acabó con grandes imperios como el español, el francés, el turco y el inglés, el más reciente, no fueron invasiones desde el exterior, sino la deuda insostenible adquirida por esos estados. El imperio británico se vino abajo vertiginosamente después de la II Guerra Mundial y el detonante visible fue la crisis del Canal de Suez en 1956. Desafortunadamente, Inglaterra a pesar de tener las fuerzas militares y la obligaciones de una Gran Potencia Colonial, depositó sus finanzas en manos de su principal aliado: Los Estados Unidos de América. Gran Bretaña no podía mantener su moneda, la Libra Esterlina, al valor de $2.80 sin la ayuda norteamericana y también necesitaba el petróleo cuyo suministro le fue cortado por la crisis provocada por Nasser al nacionalizar el Canal de Suez, de propiedad franco-británica. Los ingleses jamás podrían esperar que el Presidente del país que era su principal aliado, a pesar de desaprobar las acciones franco-británicas por retomar el Canal, tomaría algún tipo de represalia directa. Estaban equivocados. El Presidente Eisenhower enfrentaba una difícil reelección, los soviéticos acababan de invadir Hungría y no quería que los países del Tercer Mundo, favorables a la acción de Nasser, vieran a los Estados Unidos como cómplices del colonialismo. Ike, decidió castigar al amigo y no ayudarlo, por lo que ordenó al Secretario del Tesoro la venta masiva de Libras Esterlinas para quebrar la divisa inglesa y su economía y se negó a venderle a la Gran Bretaña petróleo norteamericano hasta que esta desistiera de su acción militar. Esto fue la verdadera causa del final del Imperio Británico y, paradójicamente, no a manos de un enemigo, sino de su aliado más cercano, los Estados Unidos, del que su débil moneda y su enorme deuda pública dependían enteramente.

Y es aquí precisamente en que se inserta en la historia Barack Hussein Obama. ¿Si un aliado tan cercano fue capaz de hacer algo tan deleznable a un amigo? ¿Qué no serían capaces de hacer los Chinos que son propietarios del 6.8% de nuestra Deuda Pública y ni son nuestros aliados ni nuestros amigos?

Recientemente, el Gobierno norteamericano en seguimiento a una política que data de los acuerdos de Nixon y Mao-Tse-Tung, autorizó la venta de equipos militares a la República China (Taiwán) para aumentar su capacidad defensiva y disuadir a la China Comunista de cualquier agresión y la respuesta China fue cortar la cooperación militar con los Estados Unidos y ciertas amenazas veladas. Luego al concretarse la fecha para que Obama reciba al Dalai Lama en la Casa Blanca, el Presidente de la República Popular China, de forma arrogante, exigió a los Estados Unidos que cancelara ese encuentro, lo que constituye una grosera ingerencia en la política exterior norteamericana.

Y hoy, cuando Obama anuncia nuevas sanciones a Irán, después que ayer el régimen iraní rebasara el punto de no retorno en su camino al arma nuclear, al iniciar el proceso de enriquecimiento de uranio de alto grado en su planta de Natanz. El Gobierno de China anuncia que se opondrá a cualquier tipo de sanciones contra el régimen de los Mullahs.

Si Barack Hussein Obama no es capaz ahora de unir los puntos y dar un giro total en su política de gasto público y de endeudamiento de la nación, cuando nuestro Producto Industrial Bruto (GDP) es todavía mayor que el de las economías combinadas de China, Japón, Alemania y Rusia, fortaleciendo el dólar a partir de la liberación de las fuerzas del mercado con una rebaja de impuestos masiva, nos estaremos encaminando hacia una vulnerabilidad en la que China podría jugar el deleznable papel que en su época jugó Dwigth D. Eisenhower y poner de rodillas a esta nación.

Pero bueno, quién sabe quizás esa sea la idea final detrás de todo este frenesí de gastos y redistribución de la riqueza. Porque como dijo alguna vez Rahm Emanuel, “no se debe dejar pasar una buena crisis sin sacar provecho de ella”.

Nobama
Nueva York, 10 de febrero de 2010

5 comentarios:

Reflexiones de Chocolatico Pérez dijo...

Solo se puede exclamar una palabra: Cognó! Así es la cosa, en esa crisis que se avecina por el descontrol del gasto público el único ganador sería El Mesías, bueno esa es su jugada. Pero yo tengo esperanzas de que el pueblo norteamericano en la elecciones de Noviembre comience a ponerlo en su lugar.

Gracias Nobama, si Marx pudiese leer esto diría: lo Lógico y lo histórico coinciden. Bueno Hegel, de quien en realidad él tomó la idea.

Saludos.

Zoé Valdés dijo...

De la crisis siempre ganan los políticos mediocres, la primera tajada de Obama fue su propia presidencia.

Anónimo dijo...

Obama es un tipo deleznable, con una 'agenda' ideada para 'entregar' a EEUU atado de pies y manos a sus enemigos. Si la gente que le votó abriera los ojos y se diera cuenta que la finalidad última de Obama es destruir a un país del que él no se siente ciudadano, que en realidad su conducta puede ser declarada como 'alta traición' y tuviera 'consecuencias' para él y su equipo todas estas decisiones descabelladas y criminales, quizás habría esperanzas para creer que EEUU continuará siendo el líder natural en la política occidental por su trayectoria de libertad y respeto democrático. Lo temible de todo esto es que, los enemigos se acumulan y Hussein Obama se pone de parte de ellos, en vez de velar por los intereses del país que le ha puesto en la poltrona del poder. Mala decisión de un pueblo que se dejó engañar los oídos con 'cantos de sirena'.

Hussein Obama es igual a Zapatero, un solipsista-narcisista que lo único que pretende es perpetuarse en el poder del modo más mafioso posible. Son dos tipos hipócritas, mentirosos compulsivos y muy retorcidos. La pena es que quienes pagan las consecuencias de los votos 'equivocados' son los que no le votamos y tenemos que sufrir sus incompetencias y sus torticeras intenciones.

Y.A.

Reflexiones de Chocolatico Pérez dijo...

Muy bueno este Post, es un puente, un puente entre los especialistas en el tema y los que no saben y queremos información. Gracias Nobama.

Güicho dijo...

Hay una diferencia entre los tandems US-UK de antaño y China-US de hoy. Y es que China también depende del mercado americano para sacar su pacotilla, recibir capital y aprender a tecniquear. Es una copulación económica sin igual. No, es más, es un 69 financiero-comercial. Ninguno morderá el órgano del otro, que tiene sus dientes en el propio.

Pero la inflación viene. No hay forma de evitarlo con la izquierda en el poder. Está todo ahí. Exceso de dinero impreso, aumento del gasto público y, próximamente, clientelismo laboral.