miércoles, 3 de agosto de 2011

¿Paisaje después de la batalla?
Una promesa de aumentar los impuestos


La batalla sobre el aumento del tope de la deuda finalizó ayer en la mañana y Barack Hussein Obama firmó rápidamente el proyecto de ley inmediatamente después de su aprobación en el Senado; pero más rápido aún volvió a declarar la Lucha de Clases como centro de su agenda política.

Desde el Jardín de las Rosas, el Tartufo declaró enfáticamente: “No se puede cerrar el déficit con sólo recortes en los gastos”, código obámico para “hay que subir los impuestos”, porque, como sabemos, los demócratas de hoy, con Obama a la cabeza, utilizan el viejo manual maoísta-leninista de nombrar con eufemismos y demagogia lo que no es políticamente popular entre el pueblo. De manera que seguidamente se lanzó en su diatriba, convertida ya en eslogan electoral, de: “Los estadounidenses más ricos y las grandes corporaciones más grandes deben pagar lo justo de acuerdo a lo que reciben”. No importa que el aumento de impuestos que propugna pulverizaría a los pequeños negocios, mientras hurga en los bolsillos de gente que en forma alguna están en el grupo al que llama “los estadounidenses más ricos”.

De lo que ayer fuimos testigos fue de lo que será el discurso básico de campaña de Barack Hussein Obama en su búsqueda de la reelección en 2012: La retórica de “Hay que exprimir a los ricos para proteger a la clase media”.

Que a nadie le quepa duda alguna de que el discurso de ayer del Tartufo dio comienzo real a la campaña electoral. Las líneas para la nueva batalla ya se están definiendo y versarán principalmente sobre cómo hacer que la economía crezca y salga del lamentable estado en que se encuentra.

Por un lado la extrema izquierda encabezada por el Camarada Obama clamará por más gobierno y más impuestos; y del otro We The People que queremos menos gobierno y por ende recorte en los gastos, reducción de la deuda y no aumento de impuestos. El “Gran Líder” Camarada Obama llamó ayer a lo que suena como un segundo paquete de estímulo económico. A él, no le importa la pésima situación económica a la que nos ha llevado su no menos pésima gestión desde que tomó posesión y sus mal llamados paquetes de estímulo.

Tampoco le importa que después de más de dos años de gastos masivos de su “estímulo económico” el desempleo esté en un 9,2%; que el crecimiento del Producto industrial bruto (PIB) sea casi inexistente y que el último informe sobre el sector manufacturero muestre que éste está en caída libre lo que augura una recesión doblemente profunda.

Quizás Barack Hussein Obama ni siquiera se haya dado cuenta, tan enorme es su ego, que el país ya está harto de él y de su trasnochada retórica maoísta-leninista.

En Nobama no nos gusta hacer predicciones, pero al igual que anunciamos que en las parciales del 2010 Obama y su Partido recibirían una paliza histórica, en las generales de noviembre de 2012 la carnicería será de proporciones bíblicas. Barack Hussein Obama se está hundiendo, y su nivel de aprobación en todas las encuestas serias es ahora, cuando falta más de un año para las elecciones, de un lamentable 40%, lo que lo coloca de lleno en el territorio recorrido por Jimmy Carter en su no menos lamentable presidencia.

El paisaje después de la batalla entonces será el de la cordura y el de la recuperación de los valores de esta gran nación, lo mismo que sucedió en 1979 cuando Ronald Reagan envió al manisero de regreso a su granja en Georgia.

Nobama
3 de agosto de 2011

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Would to G-d that he packed his bags and left for good!

Zoé Valdés dijo...

Cada vez peor, tendrán que adelantar elecciones como en España.