miércoles, 24 de marzo de 2010

Cosas de The Chicago Way en la Era Obámica del Hope & Change

ACTUALIZACIÓN:
Esta mañana se supo que después de un aluvión de correos electrónicos y de llamadas telefónicas a la Casa Blanca, Barack Hussein Obama decidió ayer que obtendría su Seguro Médico bajo el ObamaCare, a pesar de que, como decíamos, la Ley que firmó el martes le permite a él, al vicepresidente, a los miembros del Gabinete y del Congreso declinar su participación. Lo cual, como sabemos, no nos está permitido al resto de los mortales en esta "igualitaria" era del Hope & Change. Por eso resulta muy importante que todos hagan lo mismo con sus respectivos Congresistas.

Otra buena noticia es que la Ley de Reconciliación tendrá que regresar a la Cámara para una nueva votación, ya que el Funcionario Parlamentario del Senado determinó que dos objecciones de los Republicanos tendrían éxito y que modificarían el lenguaje
de la ley. No es una victoria, pero sí se gana tiempo para seguir poniendo en evidencia y bloqueando los "arreglos" que quieren incorporar los Demócratas a la abominación.

Nobama
Nueva York, 24 de marzo de 2010

A
yer el ambiente era de euforia en la Casa Blanca y no era para menos, el Gran Timonel había logrado convertir en The Law of The Land el Santo Grial de la Progresía Socialista norteamericana: La Ley del ObamaCare. Mucho hemos hablado y hablaremos todavía sobre esta sonora bofetada en el rostro del pueblo norteamericano, sobre este abuso cometido por los mafiosos que hoy dominan en dos de las ramas que componen el Gobierno de nuestra nación, quienes se han adjudicado el papel de decidir qué nos conviene y qué no nos conviene a We The People, sin importar para nada nuestra opinión al respecto. Así fue, así es, y así será siempre la forma en que se comportarán los totalitarios. La historia así lo demuestra y ella no miente. En su euforia, Joe Biden, abrazó efusivamente a Barack Hussein Obama y le dijo al oído, pensando que nadie le oía: “This is a big fucking deal”. La expresión carretonera de tan ilustre personaje, se trata del Vicepresidente de los Estados Unidos, se podría interpretar o traducir de más de una manera. Una variante sería “Este es un acuerdo maldito”, otra podría ser “Este es un jodídisimo negocio” o como sinónimo de “Who gives a shit?”, es decir; “¿A quién le importa?”, todas ellas de consecuencias catastróficas para el pueblo norteamericano. En cualesquiera de esas u otras variantes similares, este infame personaje tendría toda la razón. Lo malo es, como decíamos, que los malditos, los jodidos o a quiénes nos importa es a nosotros a We The People. A ellos no, ni él ni Obama, ni la recua de chicharrones incluyendo a la Pelosi y a Reid, se verán afectados directamente por la abominación que nos impusieron el domingo.

Ellos no tendrán que preocuparse por las consecuencias personales que provocarán las intrusivas y dominantes regulaciones, ni porque provocarán la incertidumbre por la cobertura y las confusiones financieras que implican para la mayoría de las familias norteamericanas la imposición del ObamaCare. Y saben ustedes, lo mismo sucede a los Secretarios y Funcionarios del Gabinete Presidencial y a todo su staff como al de la Casa Blanca. Ellos y sus familiares están exentos del abominable plan de Reforma de Salud que nos han embutido al resto de los ciudadanos, desdichados mortales que no pertenecemos al Olimpo.

Todo este tiempo numerosas voces, la nuestra incluida, estuvieron advirtiendo lo que se cocinaba en el mejor estilo de las estructuras totalitarias del llamado Socialismo Real, esas mismas que aún prevalecen en países como Cuba y Corea del Norte. La mayoría del pueblo norteamericano escuchó y dejó escuchar su voz en Town Hall Meetings, Tea Party y sus votos en Nueva Jersey, Virginia y Massachusetts. Ellos no pueden decir que no sabían. El pasado otoño, el Senador Republicano por Iowa, Chuck Grassley, miembro de alto nivel del Comité de Finanzas propuso que cualquier propuesta de ley sobre la salud se le aplicara a todos los empleados federales, de Barack Hussein Obama para abajo, que estuvieran cubiertos por el actual Programa de Beneficios de Salud para Empleados Federales (Federal Employees Health Benefits Program).

En aquella ocasión todos parecieron estar de acuerdo, Demócratas y Republicanos, pero cuando llegó la hora de redactar la versión final de la propuesta de Ley de Reforma de la Salud, el inefable Príncipe Harry, líder de la mayoría en el Senado, en su conciliábulo secreto, en la oscuridad, como un ladrón en la noche, incluyó un lenguaje legal que se aplicaría sólo a los miembros del Congreso y a los integrantes de sus equipos de trabajo. En ese lenguaje se excluyó de la abominación del ObamaCare, y con él a todos ellos, quienes, casualmente, estuvieron directamente involucrados en la redacción final del ObamaCare versión del Senado, esa misma que hoy ya es The Law of The Land. Y por supuesto, Reid nunca permitió que en el pleno del Senado se debatiera ni se votara la enmienda Grassley.

¡Todo muy típico de la Democracia de la Era del Hope & Change!

Ya antes, Grassley logró la aprobación de la Ley de Responsabilidad Congresional, puesta en vigor en 1995, debido a que la gente del Capitolio regularmente se eximían a sí mismos de las leyes que se le aplicaban al resto de los norteamericanos.

Ahora, en lo que se refiere al ObamaCare han regresado las cosas al punto de partida; es decir, las leyes que implican sufrimiento y dificultades de cualquier tipo son para los demás, no para ellos, los del Olimpo. Uno se pregunta con razón: ¿Si el ObamaCare es la octava maravilla del mundo y finalmente se hace justicia con ella, cuál es la razón que determina que estos aprovechados no sean los primeros en incluirse en ella? Esta sería una buena pregunta que todos los que leyeran estas líneas debían hacerle a sus Representantes y Senadores en los Town Hall Meetings o e llamadas telefónicas, e-mails y faxes a sus oficinas congresionales.

Para nosotros, claro está, se trata de una pregunta retórica. Todos estos malandrines saben que fue lo que nos embutieron y no están dispuestos a enfrentar lo que se nos viene encima, ellos desde el Olimpo, se han puesto a buen recaudo.

Como certeramente puntualizara recientemente el Senador Grassley: “Lo justo sería que los principales funcionarios de la administración, quienes pelearon tan duro para aprobar esta Reforma de Salud, la experimentaran en carne propia”.

Si el ilustre filosofo del Barrio de Cayo Hueso en la Habana, Papi la Horca, viviera todavía y hubiese sido testigo de esta ignominia; su expresión habría sido lapidaria: “Con el mayor respeto, pero ustedes son todos una bola de descara’os”.

¡Amen Papi!

Nobama
Nueva York, 24 de marzo de 2010

3 comentarios:

Reflexiones de Chocolatico Pérez dijo...

"Qué clase de jodida le hemos dado!", eso fue lo que quiso decir Biden. De verdad que están locos por el poder, borrachos, están haciendo todo lo que pretendieron o prometieron eliminar. Pero bueno, no será el primer gobierno socialista que caiga derrumbado por su falsedad.

Gracias y aliento Nobama en estas horas difíciles, una vez fallaron los votantes, ahora sus representantes, veremos qué sucede en Noviembre, hasta esa fecha, deben haber salidao a la luz tantas mentiras y trapizonadas, que no quedarán casi demócratas en sus puestos.

Anónimo dijo...

El KREMLIN CONTRAATACA .sUS MEJORES MISILES , LA HOZ Y EL MARTILLO


http://video.google.com/videoplay?docid=6190092989419003037#

Isis dijo...

Gracias, querido Nobama, por la actualización, y por el excelente artículo, asi como por la precisión sobre The Law of the Land, efectuada en comentario en mi blog.
Anyway, Nil Desperandum. Que todo pueda servir contra el Obamacare.
Saludos,