martes, 23 de febrero de 2010

Un enemigo del pueblo...
Obra en un acto...
(Con perdón de Henrik Ibsen)

Barack Hussein Obama no acaba de comprenderlo. El pueblo norteamericano no quiere lo que él le está vendiendo y no importa de qué forma lo envuelva y lo adorne. Simplemente no lo engaña ya.

En definitiva, ¿qué de bueno puede haber en la “atención a la salud al alcance de todos” si uno no tiene un trabajo que le permita pagarla?

Después de las devastadoras derrotas sufridas en Nueva Jersey, Virginia y Massachusetts, Obama dijo que su preocupación número 1 serían los empleos, el mejoramiento de la salud de la economía y la reducción del déficit. Pero una vez más sus acciones están en franca contradicción con lo que promete. ¿Acaso ha propiciado una “cumbre de empleos”? Por supuesto que no. Obama ha convocado a una “cumbre sobre la atención a la salud”. Parecería que no le entra en la mollera que la gente está diciéndole a gritos que no insista en ese disparate que nos llevará directo a la bancarrota como país.

Después de asumir la presidencia y con su partido en control de ambas cámaras legislativas con mayoría absoluta, Obama ha desarrollado una agenda de ingeniería social acorde con su ideología socialista y no lo que el país realmente necesita. Con la promesa de que si se aprobaba nuestro índice nacional de desempleo no pasaría del 8%, nos embutió una Ley de Estímulo Económico que nadie en el Congreso ni siquiera se molestó en leer. Hoy, ya todos sabemos que fue un fracaso total y completo, porque la cifra oficial de desempleo todavía ronda el 10% y en muchas áreas urbanas alcanza el 16%, ello sin contar, como hemos dicho a los que ya han desistido en buscar empleo y no son contados. Y hoy el Buró de Estadísticas del Trabajo nos informa que en enero se produjo la cifra aterradora de 1,761 despidos masivos por parte de los empleadores de todo el país, cifra que sale de la contabilización de más de 50 solicitudes de seguro de desempleo por parte de trabajadores despedidos por el mismo empleador en la misma fecha. Y mientras, Barack Hussein Obama, se sigue peinando la calva con el ObamaCare.

Es como un cadáver ya putrefacto al que se le niega la sepultura, al que con su diz que Plan presentado ayer, sólo ha hecho que se le acelere la descomposición, por lo que el mal olor, algo ya habitual en esta administración que lo trajo consigo desde Chicago, es prácticamente insoportable.

El ObamaCare 2.0 se basa fundamentalmente en la versión aprobada en el Senado, pero por tratarse sólo de lineamientos generales la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) dice que no puede calcular el costo real del plan si no cuenta con más información, aunque según fuentes especializadas en estos cálculos que hemos consultado costará en los próximos 10 años alrededor de 1 millon de millones (trillón).

La pregunta que todos se hacen ahora, nosotros incluidos es ¿Cómo piensa Obama pagar su plan? Pues bien, eso lo podemos responder utilizando para ello lo que él mismo dice sobre su propuesta: Aplicará un nuevo impuesto a los ingresos no devengados: intereses, dividendos, rentas vitalicias, regalías, rentas y hasta las ganancias sobre el capital. Esos son los ingresos que perciben fundamentalmente los inversionistas y aquellos que después de trabajar toda su vida lograron acumular recursos para asegurarse una vejez tranquila y sosegada. Como podrán imaginar estas pretensiones serán un golpe directo al corazón de Wall Street y por ende a nuestra economía basada en el mercado y sin dudas a esta masoquista ciudad de Nueva York, que a pesar de que Barack Hussein Obama le demuestra cuanto la odia día a día, es una en las que cuenta con un mayor nivel de aprobación. Cosas de la izquierda caviar neoyorquina.

Él y sus colegas de la extrema izquierda del Partido Demócrata, como vampiros, están desesperados por chuparle la sangre a los contribuyentes para financiar esta nueva versión de la abominación del ObamaCare. Como sabemos, El Gran Timonel dobló el espinazo ante uno de los principales intereses especiales que lo apoyan: Los Grandes Sindicatos. Y se vio obligado a eliminar algunos de los impuestos que había planeado para los llamados Planes de Salud Cadillac y se ve obligado a meter la mano en los bolsillos del resto de los mortales, principalmente de los “malvados inversionistas” y los “ricos explotadores”, para poder redistribuir la riqueza convertida en atención a la salud.

Pero lamentablemente hay más, mucho más, oculto en esta abominación que nos quiere imponer el Gran Timonel. En su propuesta se establece que, de ser necesario, se transferirán fondos al fideicomiso del Social Security, para garantizar que la propuesta Obámica no sea dañina para este. La inclusión de ese punto, al parecer previsor, no es más que la admisión por parte de Obama y sus secuaces de que el ObamaCare 2.0 está condenado al fracaso desde su puesta en práctica, de manera que ya con anticipación intentan crear la posibilidad de aplicar otra fuente de ingreso. Es decir en caso de que el Social Security quebrara, que ya a estas altura todos sabemos que así será, los ingresos obtenidos por los impuestos para sufragar la atención a la salud serían transferidos al fondo fiduciario.

Es decir, el dinero supuestamente destinado a sufragar el ObamaCare iría al Social Security, y la atención a la salud ¿qué? ¿de dónde saldrá el dinero para pagar por la atención a la salud de los 31 millones que se calcula que ingresarán al sistema por mandato obligatorio del ObamaCare? Muy simple, estableciendo más regulaciones por parte del nuevo organismo regulador que se crea que determinará arbitrariamente el precio de la atención a la salud sin una vinculación directa con los costos de la misma, lo que provocará la asfixia de las compañías de seguros de salud que logren sobrevivir y por fin, ¡Aleluya!, llegaremos a la estatización completa de la salud pública y al racionamiento de la misma, como sucede en Canadá, Inglaterra e Israel, por cierto los escépticos debían leer el interesante artículo de Leandro Fleischer sobre la medicina socializada en Israel.

¿Saben ustedes cuántas veces se menciona la palabra impuesto en el ObamaCare 2.0? ¡35 veces! Según dicen y afirman sus corifeos y el aparato de propaganda Obámico, la llamada “Opción Pública” se elimina, pero por lo que hemos leído ¡está! Y no es otra que la llamada Autoridad Federal de Aseguradoras que en esencia dominaría el mercado de Seguros de Salud. Sólo los demasiado ingenuos pueden creer que no hay una opción pública.

En el empaque de su propuesta la maquinaria propagandística de Obama, New York Times, Washington Post, MSNBC, CNN, etc, etc., han destacado que el soborno al Senador Ben Nelson ya no está presente, pero de la 2da Compra de Louisiana, ni una palabra, el soborno a Mary Landrieu, se mantiene firme. Parece que esto es lo que Obama entiende por el principio del bipartidismo en el que en la negociación no se obtiene todo lo que se propone por una de las partes, como tampoco están dos elementos claves de las propuestas Republicanas, casualmente las dos más importantes soluciones de mercado para bajar el precio y las primas de los seguros: la posibilidad de comprar seguro en cualquier estado de la nación y la Reforma a las Demandas por Mala Práctica Médica (TORT Reform).

Luego, están las promesas imposibles de cumplir a los Estados. Según el ObamaCare 2.0, se establece lo que llama Umbral Nacional de Elegibilidad para cubrir los requisitos para optar por Medicaid, el programa federal de seguro para los estados al que tienen derecho los norteamericanos de bajos ingresos y lo coloca al 133% del nivel de pobreza federal, por lo que los Estados recibirán el 100% de fondos federales por cada nuevo participante elegible de Medicaid durante 4 años, de 2014 a 2017. De esta manera, se estimula a los Estados a aumentar esta cifra de seguros sufragados por el Estado con dineros Federales... pero ¿no decíamos que no había opción pública? Luego en los dos años siguientes el reembolso a los Estados sería del 95% y del 90 a partir de entonces. El único problema es que el dinero para pagar esto no existe, ni existirá porque al estar el país en bancarrota y la moneda devaluada por la hiperinflación, ¿de dónde saldrán los impuestos para pagar por este disparate mayúsculo? De ninguna parte, porque a esas alturas ya no existirán inversiones, el desempleo estará en niveles nunca antes vistos. Eso es lo que quiere decir Bancarrota Nacional y hacia ese “Mar de Felicidad del Socialismo” nos dirigimos, no les quepa duda alguna.

¿Creen ustedes que El Gran Timonel logrará embutirnos lo que se propone igual que Chávez lo ha hecho en Venezuela?

¿Tendrán los Republicanos de lo que cuelga para decirle un NO rotundo a Obama en su Reality Show del jueves?

La escena ya está montada. El guión está a la vista. Sólo resta ver si la dramaturgia y la dirección de actores resultan eficaces. O si una parte del elenco se rebela y se niega a participar en esta mascarada.

¡Qué se alce el telón!

Nobama
Nueva York, 23 de febrero de 2009

2 comentarios:

Reflexiones de Chocolatico Pérez dijo...

Cómo se le ocurre a estas alturas del juego esa comedia? Va directo al matadero. Tiene que estar muy cogido entre las telaragnas de su Mafia Chicagense para dejarse arrastrar así, o la sobervia lo ciega. Lo cierto es que ganando pierde, está perdiendo sus últimos dóllares de Capital Político. Mi pregunta es, se va a presentar sin Telepronter?

Saludos.

Isis dijo...

Cada día eres más necesario, querido Nobama.
Saludos,
Isis