viernes, 11 de diciembre de 2009

En Copenhagen se planea la nueva
“Toma del cielo por asalto”


“Si te fijas en el último capítulo de mi Dieciocho Brumario, verás que expongo como próxima tentativa de la revolución francesa no hacer pasar de unas manos a otras la máquina burocrático-militar, como venía sucediendo hasta ahora, sino demolerla, y ésta es justamente la condición previa de toda verdadera revolución popular en el continente. En esto, precisamente, consiste la tentativa de nuestros heroicos camaradas de París”.
Karl Marx, Carta a Ludwig Kugelmann
Londres, 12 de abril de 1871

Hace ya más de 132 años el proletariado de París, según escribió Marx, intentó tomar el cielo por asalto y protagonizó la primera experiencia de gobierno proletario y socialista en la historia de la humanidad. Después, como sabemos, vinieron Lenin, Stalin, Hitler, Mussolini, Fidel Castro, Ché Guevara, Hugo Chávez y ahora nos llega Barack Hussein Obama. Los primeros, de una forma u otra y en su momento pretendieron, y algunos lo lograron, la “Toma del cielo por asalto”, que no es otra cosa que la toma del poder absoluto. Algunos le llamaron Revolución Mundial, toma del poder por el proletariado, alianza obrero-campesina, lucha contra la conspiración judeo-masónica, Socialismo del siglo XXI y más reciente redistribución de las riquezas usurpadas por las clases burguesas capitalistas dominantes, a los que con su sudor, al decir de Marx, “crean las riquezas” en nombre de una justicia social dominada por el igualitarismo para esos que sudan y crean las riquezas y de privilegios y abundancia para los “sacrificados camaradas” de la nomenklatura.

Como ya es historia, el experimento que se llevara a la práctica por primera vez en la Comuna de París, como allí, ha fracasado en todos los lugares en que los totalitarios lograron hacerse del poder y sólo aquellas naciones con economías de mercado lograron establecer sociedades más justas, en las que el individuo y no la masa informe y sin rostro, era el centro del universo de sus estructuras legales, y la oportunidad el camino al éxito, a la solvencia económica y al confort. Esa es la lección que nos muestra la historia y que ha hecho de esta, nuestra gran nación, el ejemplo a imitar de aquellos que quisieron avanzar en la senda del progreso.

Pero el hombre, ser imperfecto a pesar de estar hecho a la imagen y semejanza de su creador, una y otra vez vuelve a caer en las mismas trampas sediciosas que le tienden los pícaros que desde la Comuna de París, le venden con éxito ese modelo llamado de sociedad justa e igualitaria, ese falsificado y decrépito Retrato de Dorian Grey.

En los años 70 y a principios de los 80 y gracias a que después de la II Guerra Mundial, el proceso mundial de descolonización se aceleró por la influencia de los Estados Unidos en la entonces recién creada ONU y muchas antiguas colonias fueron alcanzando la independencia e integrándose en el organismo mundial, esas naciones, que para esa época ya se conocían como el Tercer Mundo, se fueron haciendo la mayoría en las Naciones Unidas. Para entonces, la Guerra Fría estaba en todo su apogeo y el Cáncer cubano se había extendido en la forma de Movimientos de Liberación Nacional a casi todo el llamado Tercer Mundo. Los países integrantes de la OPEC comenzaron a recibir la mayor transferencia de riquezas desde los países desarrollados y aquellas naciones que no contaban con el llamado Oro Negro, instigadas principalmente desde la habana, comenzaron en la ONU y otros foros internacionales, a clamar por lo que llamaron un “Nuevo Orden Económico Internacional”.

El Primer Mundo, según ellos, debía devolver las riquezas que durante siglos de dominación les habían saqueado, todo lo cual encontró eco en los Partidos y Organizaciones marxistas de los países desarrollados y así comenzó una transferencia masiva de fondos y recursos a esas naciones, en las que, curiosamente, los pobres eran cada vez más pobres y los más afortunados no eran otros que las privilegiadas cleptocracias de esos países que, como Fidel Castro, comenzaron a aparecer en la revistas entre los hombres más ricos del planeta. Entonces llegó la crisis de los 80 y junto con ella Ronald Reagan y Margaret Tatcher que, de momento, pusieron fin al relajo.

Pero como sabemos esa ideología es un virus mutante que se mantiene latente y se disfraza para ocultarse en la urdimbre social. Oportunista como todos los virus, esperó a que apareciera una crisis económica bien estructurada y un nuevo mantra ideológico que calara bien entre los más jóvenes y que le dieran la oportunidad de intentar de nuevo la Toma del cielo por asalto.

Llegaron el 11 de septiembre de 2001 y el nuevo mantra convertido en religión: El Calentamiento Global como fase superior del ambientalismo y por fin, además, un carismático Presidente de los Estados Unidos infectado hasta el tuétano con el virus del socialismo y con la arrogancia, la autosuficiencia y la hipocresía imprescindibles para llegar a convertirse en dictador totalitario.

Una de las principales metas de la reunión de Copenhagen es destruir las economías de los países industrializados a través de la transferencia de riquezas hacia los países del Tercer Mundo, encareciendo en unos casos y suprimiendo en otros, la producción de sus principales industrias energéticas a partir de fijar regulaciones mundiales a la emisión de Gases de Invernadero, que serán imposibles de cumplir sin lastimar seriamente las capacidades productivas de esos países, todo ello en el nombre de salvar al planeta como clama Fidel Castro últimamente en sus llamadas Reflexiones. El virus, como por arte de magia, ha mutado y de Rojo se ha convertido en Verde, curiosamente el color que se le atribuye a la Esperanza (Hope). ¿Coincidencias?

Barack Hussein Obama, estará en Copenhagen el 18 de diciembre, donde se supone que se firme un acuerdo que pondrá la primera piedra o manifiesto fundacional del futuro Gobierno Mundial, el sueño dorado de todos los totalitarios a través de la historia. En el mismo instante en que se inauguró la Conferencia en Copenhagen, en pasmosa sincronía, la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, emitió un comunicado en el que estableció su jurisdicción sobre la regulación de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) al declararlas “un peligro” para la salud humana. Y como nuestra economía funciona principalmente basada en el carbón, la EPA (Agencia de Protección Ambiental de los EE.UU.) lo regulará prácticamente todo. Ninguna empresa o institución que emita más de 250 toneladas de CO2 al año, quedará fuera del alcance de las garras de la EPA. Ello significa millones de Edificios de viviendas, oficinas, comercios, hospitales, fábricas, escuelas, etc., etc., bajo su control. Prácticamente el país entero.

Con las leyes del ObamaCare y Cap & Trade atascadas en el Senado, Obama pretende a través de la EPA dar este sincronizado golpe de estado que le permita circunvalar al Congreso si el Senado no se arrodilla ante él y le aprueba las leyes que le otorgarán el Poder absoluto, aquel con el que vienen soñando los comunistas desde la fracasada Comuna de París. De ahí que, como expresó el maestro Charles Krauthammer, la posibilidad de una nueva Revolución Americana no parece ser un disparate.

Diego Rodriguez-Arche
Nueva York, 11 de diciembre de 2009

4 comentarios:

Reflexiones de Chocolatico Pérez dijo...

Cognó, y la cosa sigue... Muy bien Nobama, así hay que seguir martillándo, muy claro...

Gracias y Saludos.

Isis dijo...

Querido Nobama,
un análisis insuperable.
Muchos saludos,
Isis

Sharpshooter dijo...

Nobama,
muy bueno y correcto to analisis del "virus" que continua mutando. Asi mismo es. Hoy lo vemos en el llamado socialismo del Siglo XXI a cargo del Mico Chavez y otras yerbas aromaticas de la llamada America Letrina como Correa, Kirchner, Evo Morales, Ortega, Lugo, Mujica y cia.

Zoé Valdés dijo...

Brillante resumen del horror.