El Mesías Obama y una fe que se desmorona

Cardenal Richelieu

Una nueva encuesta muestra que los norteamericanos, preocupados sobre el futuro de la reforma del cuidado de la salud y ansiosos por el crecimiento desmedido y disparatado del déficit federal, están perdiendo la fe en Barack Hussein Obama.

Una encuesta conjunta de The Washington Post y ABC News, ambos en el tanque con Obama, halló que menos de la mitad de los norteamericanos, el 49%, dicen que creen que el presidente tomará las decisiones correctas para el país. Una reducción del 21% comparado con el 60, el día que marcó sus 100 días en la presidencia.

Otra encuesta, esta vez de Rasmussen Reports, resulta de gran interés, ya que esta encuestadora establece sus % a partir no de los votantes inscritos, sino de aquellos que con mayor posibilidad irán a las urnas el día de las elecciones y no se quedarán en casa, cabe decir que Rasmussen fue la más precisa en sus predicciones del resultado de las elecciones presidenciales de noviembre pasado. Según el informe de esta encuestadora, el índice diario de aprobación del presidente hoy 21 de agosto es de -8%, que es el resultado de la diferencia entre los que aprueban decididamente al presidente, 31%, y los que lo desaprueban decididamente, 39%. Según Rasmussen la aprobación general del trabajo de Obama es del 49% y la desaprobación general es del 50%.

Según Gallup, quien realiza la encuesta entre votantes inscritos sin distinguir entre los que más probablemente salgan a votar y los que probablemente se queden en casa, el índice de aprobación del presidente es del 53% y el de desaprobación del 40%.

En el “frente de la salud”, como el mismo Obama le llamó una vez, la situación de la administración y del Partido Demócrata es cada vez más crítica: El 53% rechaza al ObamaCare, mientras sólo lo aprueba un 42%.

Sin duda alguna, estas cifras responden a hechos concretos que se han venido desarrollando desde que comenzó el debate sobre la llamada Reforma de la Salud u ObamaCare. Y el rechazo generalizado visto fundamentalmente en los Town Meetings en toda la nación ha puesto de manifiesto la profunda división que esto ha generado entre las alas de la extrema izquierda y la más conservadora del Partido Demócrata. En Nobama hemos estado investigando y continuamos investigando este aspecto de la vida nacional que en nuestra opinión se muestra como el decisivo para el futuro de nuestras libertades. En días sucesivos iremos compartiendo con ustedes nuestros análisis y perspectivas, así como la recopilación de diversas opiniones autorizadas en la materia.

Ahora mismo la administración está en una disyuntiva que parece definirá el futuro político de la misma y que puede llevar a que Obama sea el primer presidente en la historia de los Estados Unidos al que se le considere ya como un Lame Duck (Pato Cojo) a menos de un año de tomar posesión, ya que como todo parece indicar, no lograrán aprobar la Ley del ObamaCare de forma bipartidista si mantienen la Opción Gubernamental o Pública en el texto final que saldrá del Senado, lo que los obligará a utilizar una táctica legislativa llamada Reconciliación, que está sólo destinada a tranques legislativos en aspectos muy específicos en las leyes del presupuesto federal. Y, por otro lado, los demócratas llamados blue dogs (fiscalmente conservadores) tienen ante sí el reto de lograr aprobar en la Cámara una ley que no incluya una opción gubernamental. Y como decíamos, la única posibilidad que tienen de aprobar una ley en el senado que la incluya es apelando a la reconciliación, la que ya se conoce más como la “Opción nuclear” que traería graves consecuencias para los Demócratas en las elecciones para Gobernadores de este año y en las legislativas de finales de 2010.

El Presidente y los líderes del Congreso están en este momento desarrollando dos tácticas paralelas con un mismo demonio como objetivo: Las compañías de seguro de salud. El Presidente se ha sacado la carta de Dios de la manga y según el periódico Los Angeles Times “este esfuerzo se conocerá como los ‘40 Días por la Reforma de Salud’ y contará con un comercial de TV, mítines para orar en los distritos congresionales en los que los legisladores sólo atinan a balbucear ante el rechazo de sus electores y en un “fin de semana del sermón” a finales de agosto. El esfuerzo también está destinado a influenciar a los Rabinos de la fe judía antes de las fiestas religiosas del otoño”.

De ahí que ayer, nuestro muy pronto Predicador en Jefe dijera su primer Sermón sobre la Reforma de la Salud a más de 1,000 líderes de diferentes denominaciones religiosas en dos llamadas en conferencia. Todavía estamos averiguando si el Reverendo Right estaba en la línea también. “Somos socios de Dios en asuntos de vida y muerte”, dijo el Predicador en Jefe durante la conferencia con los líderes judíos, según publicó en Twitter el Rabino Jack Moline. También dijo, Su ilustrísima en Jefe, que se “habían echado a rodar muchos embustes para desestimular a la gente para que apoyar lo que yo considero una obligación ética y moral fundamental: que es que cada uno debemos velar por el otro, que yo soy el protector de mi hermano y de mi hermana. En la nación más rica de la tierra en este instante nos negamos a vivir bajo ese principio”.

Viniendo de quien viene esta es una de las más malvadas y ofensivas estrategias políticas, sólo comparables a las del famoso Cardenal Richelieu, que se habría aliado hasta con el Diablo para lograr sus propósitos. No hace mucho, durante la campaña electoral Obama criticó a aquellos que se “aferraban” a su religión. Hoy es él quien de forma oportunista intenta tocar las fibras religiosas de esos mismos a quienes criticó y su mensaje no es otro que si creen en Dios deben creer en lo que les propongo. Yo soy su Mesías, Su Salvador, por eso deben aferrarse a mí y a mi evangelio.

¿Nadie piensa decir Amén?

Nobama
Nueva York, 21 de agosto de 2008