Algunos piensan que es porque el candidato demócrata también es un terrorista y que tiene una agenda oculta para llevar a vías de hecho las ideas extremas de la Jihad.
Otros que está siguiendo e intenta poner en práctica, su verdadera orientación ideológica, formada por su mentor ideológico comunista, Frank Marshall Davis, en sus años juveniles en Hawai quien le dijo que no confiara en los blancos, y su profundización en la filosofía radical para la organización comunitaria de Saul Alinsky, la cual ha seguido y en la cual ha entrenado a muchos organizadores comunitarios, por ejemplo, ACORN. Si se profundiza en la obra de Alinsky, descubrimos que no hay nada de original en el lema de Cambio de la campaña de Barack Hussein Obama, sino que, por el contrario, toda la filosofía de este extremista se basa en penetrar las estructuras democráticas por la vía electoral, resultar electo y comenzar la destrucción del estado capitalista desde adentro y reconducirlo hacia una sociedad en la que se “redistribuya equitativamente la riqueza”.
Lo cierto es que, Mayéutica aparte, todos debemos hacernos determinadas preguntas acerca de este candidato:
¿Por qué Obama se asoció con este tipo de gente?
¿Qué influencia han tenido sobre él?
¿Qué nos dicen estas relaciones acerca de su juicio y acerca del tipo de gente que reuniría a su alrededor en caso de ser electo?
¿Qué persigue realmente Obama con su lema de Cambio?
¿Qué objetivos tenía Barack Hussein Obama cuando estaba al frente de la fundación por la “reforma de la educación” del terrorista William Ayers?
No muy buenos que digamos.
“Existía una falta total de responsabilidad” en la fundación Chicago Annenberg Challenge de Obama y Ayers, según ha declarado Paul Vallas, un ex superintendente de escuelas de la ciudad de Chicago, al periódico The New York Post.
Como se sabe, el CAC (Reto Annenberg para Chicago) gobernado por Obama, destinó grandes cantidades de dinero para propagar en las escuelas públicas de Chicago la demente ideología racista cuyo predicador más famoso en esa ciudad es el ex pastor de Obama, Jeremiah Wright.
Ese es le resultado final de la investigación realizada por Stanley Kurtz del Centro para la Ética y la Política Pública, en los recien liberados documentos de la fundación CAC.
Por ejemplo, esta fundación dirigida por Obama, canalizó más de $200,000 para una entidad llamada Coalition for Improved Education (Coalición para el Mejoramiento de la Educación) en South Shore. Su misión: capacitar a los maestros de las escuelas públicas en la educación “Afrocéntrica”, un movimiento seudocientífico que rechaza la civilización occidental y a los Estados Unidos en particular por practicar la “supremacía blanca” y busca la “recuperación de nuestra cultura ancestral destruida”.
Esto no es enseñar aritmética ni a leer y escribir. Por lo que la festinada afirmación hecha por Obama en el debate de la semana pasada de que sus actividades en la CAC eran de alguna manera bipartidistas o dentro de la tendencia general de la sociedad, resulta una soberana mentira. Pero lo que sí explica lo encontrado en estos documentos es la razón por lo que las escuelas seleccionadas por la fundación dirigida por Obama en colaboración con el terrorista Ayers, en general no muestran, progreso docente entre sus estudiantes.
Lamentablemente, estas revelaciones proporcionadas por los documentos sujetos a la investigación, arrojan nueva luz sobre uno de los mejores momentos de Obama durante todo este período eleccionario, su discurso franco y lleno de esperanza acerca del racismo en los Estados Unidos durante las primarias. Regresando a ese momento y confrontado con los sermones igualmente antiamericanos del Reverendo Wright, Obama hizo la declaración aparentemente sincera de que aunque su devoción por el pastor se basaba en una relación de 20 años de trabajo comunitario, él rechazaba los puntos de vista extremistas de Wright.
Pero ¿cómo alguien puede tomar en serio esas declaraciones después de conocer lo que ya sabemos por los documentos, de que pasó años proveyendo fondos para la enseñanza de esas ideas extremistas?
No es que Obama sea un terrorista igual que Ayers, de hecho su método para alcanzar el poder es totalmente opuesto es, como ya dije, minar al estado democrático desde adentro para implantar su filosofía socialista. Lo que no quiere decir que Obama considere que la práctica del terrorismo sea inmoral, sino que la violencia es el método equivocado para alcanzar los objetivos perseguidos.
Ampliando sobre este tema, está, por ejemplo, el hecho de que el senador Obama se opuso a la resolución congresional no vinculante que designaba a la Guardia Revolucionaria Iraní como una organización terrorista. Esta resolución fue aprobada en el Senado por un amplio margen con el apoyo de ambos partidos. También está el hecho de que Obama dijo que los grupos terroristas Hezbollah y Hamas, alineados con Irán y con sangre norteamericana en sus manos, tienen “reivindicaciones legítimas” contra Israel.
Más importante todavía, y en relación con Israel, mucha gente del entorno de Obama son de los que piensan que la influencia judía determina la política norteamericana hacia el Medio Oriente. Por ejemplo el General Tony McPeak, su asesor de seguridad nacional, ha insistido en que la política norteamericana sobre el Medio Oriente está dictada y distorsionada por determinados grupos étnicos que se concentran en Nueva York y la Florida, en otras palabras por los judíos. Y Zbigniew Brzezinski, otro importante asesor de Obama y ex ayudante principal del ex presidente Jimmy Carter, antiisraelí confeso, está en la misma cuerda.
Es a la luz de estas actitudes en que debemos ver la afirmación hecha por Jesse Jackson de que una presidencia Obama acabaría con el “dominio” sionista en la política exterior de los Estados Unidos. Razón por la que Hamas y Hezbollah han declarado su respaldo a la candidatura de Obama. También hay que tener en cuenta la declaración del candidato, ya suavizada por las conveniencias, de que se reuniría con cualquier enemigo sin precondiciones.
Si esto y las recientes declaraciones de Biden acerca de una posible crisis política provocada si Obama gana las elecciones, no ponen en duda cuando menos su buen juicio, si no su patriotismo, que Dios nos ayude.
También está la definición que ha traído a la contienda electoral el encuentro de Joe el Plomero con Obama. Ya en los mítines de McCain y Sarah Palin se ven carteles hechos a mano en los que se lee Phil el albañil y Rose la maestra.
Joe simboliza una visión optimista e individualista de los Estados Unidos, que hasta su aparición faltaba en la contienda y en la retórica de McCain. En contraste, Barack Hussein Obama ofrece la defensa más elocuente del colectivismo desde los tiempos de Franklin D. Roosevelt. En su discurso de aceptación, artificiosamente sustituyó la idea del Sueño Americano con el ya centenario remedio secreto izquierdista para los males sociales de la Promesa Americana. Dos visiones que están en franca oposición: el individualismo versus el colectivismo, o lo que es lo mismo capitalismo vs. socialismo.
Todos tenemos nuestra propia idea del Sueño Americano. Para Joe es ser el propietario de una pequeña compañía de plomería; para otros algo completamente diferente, lo cual está muy bien, porque la “búsqueda de la felicidad” como la concibieron los Padres Fundadores es un derecho individual, no colectivo.
La Promesa Americana de Obama, se remonta una centuria atrás a los escritos de los progresistas que demonizaban al individualismo y santificaban la acción colectiva vigilada por el estado, por lo que cabe decir que nunca estuvo tan actual Ronald Reagan que cuando dijo que “el Estado es como el tracto digestivo de un bebé: voracidad absoluta por un lado, ningún sentido de la responsabilidad por el otro”.
Y entre esas dos posiciones es que debemos decidir los votantes el 4 de noviembre. En estos últimos días y con motivo de la crisis financiera global, cada vez más se escuchan las voces de la izquierda mundial festejando el fin del liberalismo, del capitalismo y de los símbolos económicos característicos de occidente y se idolatra el papel del Estado como motor principal del desarrollo y la justicia social. No es nuevo, pasa cada vez que hay una crisis y regresan los pregoneros del fin del capitalismo feroz, quienes desempolvan sus manuales de cabecera para anunciar el ocaso y la destrucción del imperio del capitalismo individualista y la construcción de una sociedad colectivista en la que se cumplirá al fin la “Promesa Americana” de lograr la felicidad que nos anunciaban los Padres Fundadores. Esa misma que ya alcanzaron, por ejemplo, los heroicos pueblos cubanos y de Corea del Norte.
Para refrescar la memoria concluyo con la definición de socialismo que aparece en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Los votantes debemos tenerla en mente a la hora de votar.
Socialismo:
1. m. Sistema de organización social y económico basado en la propiedad y administración colectiva o estatal de los medios de producción y en la regulación por el Estado de las actividades económicas y sociales, y la distribución de los bienes.
2. m. Movimiento político que intenta establecer, con diversos matices, este sistema.
3. m. Teoría filosófica y política del filósofo alemán Karl Marx, que desarrolla y radicaliza los principios del socialismo.
Diego Rodríguez-Arche
Nueva York, 22 de octubre de 2008
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1 comentario:
Esto debía publicarse otra vez, o muchas veces, son cosas que presisamente ahora se están demostrando, en aquel momento nadie quería escuchar, ante el milagro de ver un Presidente negro, uno no quiso ni siquiera detenerse a pensar en todas esas preguntas que aquí se hacen, pero ahora, después de ver la política interior y exterior de Obama, no cabe dudas de que estaban en lo cierto y de que hay que pararlos antes de que sea demasiado tarde.
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