Tiempo de cambio
En las próximas elecciones de EE UU, el exilio debe votar por políticos que representen la transformación que se avecina.
“Te dije que estaba enfermo”, decía el epitafio de una tumba campestre en Camajuaní. La frase sirve para describir la política de los congresistas Lincoln y Mario Díaz–Balart. Está enferma. Sus electores pierden viviendas y declaran bancarrotas en números récords. Mayorías significativas en sus distritos rechazan las restricciones que ellos auspician contra las visitas familiares y el envío de remesas a Cuba. Sin embargo, Lincoln y Mario siguen dándole al mismo órgano con el mismo pedal.
A diferencia de Cuba, en Estados Unidos las elecciones tienen más de un candidato al congreso por escaño. ¿Cómo se cura la enfermedad de los Díaz–Balart? Eligiendo a sus oponentes.
Así comienza este artículo del conocido apologista de la dictadura castrista Arturo Lopez Levy publicado en Cubaencuentro.
Aunque nuestro blog no está particularmente familiarizado con la política en el Sur de la Florida, nos pareció interesante la utilización del “mantra” de campaña del candidato BHO.
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