lunes, 14 de junio de 2010

Barack Hussein Obama, el sin bandera






Oh say did we see, by the morn's early light, What so proudly we hailed at first responders' bravery,

 Whose broad stripes and bright through the perilous attack, O'er the Towers we watched were so gallantly gleaming!

 And the fire's red glare the planes bursting in air, Gave proof through the night that our flag was still there;

 O' say does that Star-Spangled Banner still wave

 O'er the land of the free and the home of the brave!
Versos del Himno Nacional de los Estados Unidos
Hoy es el día de nuestra bandera, una festividad en que se conmemora la adopción de nuestro estandarte nacional por parte del Segundo Congreso Continental en 1777. Hoy la mayoría de los norteamericanos, los verdaderos, los patriotas, los que aman al país y a sus símbolos, honran con orgullo a la Bandera de las Barras y las Estrellas, y sin embargo, irónicamente, el “Presidente de la Nación”, no parece sentir el mismo amor y respeto por nuestra enseña nacional que sus predecesores.

Barack Hussein Obama, es el primero y el único Presidente en la historia de la nación que celebra una Conferencia de Prensa, como habrán podido apreciar en las fotos que encabezan esta pieza, sin que a su alrededor aparezca ni una sola Old Glory. ¡Qué vergüenza para la nación!

Nuestra bandera es un símbolo poderoso del orgullo americano y como sabemos, El Gran Timonel, no siente ningún orgullo en ser norteamericano y mucho menos por sus símbolos que han representado el excepcionalismo americano a través del tiempo.

Como muchos compatriotas, en Nobama estamos convencidos de que Obama no ama a nuestro país, y nuestro convencimiento data desde la misma campaña cuando prometió que “transformaría fundamentalmente a los Estados Unidos” y la mayoría de quienes votaron por él no comprendieron el alcance de esa promesa, no comprendieron, que a la mayoría de nosotros, muchos de ellos incluídos, nos gusta América tal cual es.

Muchos recordarán, y a los que no aquí se lo recordamos, que inmediatamente después de su elección como Presidente, Obama concedió su primera entrevista formal a la cadena de TV árabe Al Arabiya y aprovechó la ocasión para criticar al país del que acababa de ser electo como Presidente: “Con demasiada frecuencia, los Estados Unidos comienzan dictando… y no siempre sabemos los hechos que están involucrados”, sugerencia sibilina de que ha sido nuestra inepta política en el Medio Oriente, la que ocasiona las tensiones en la región. Pero este fue sólo un ensayo de lo que vendría después… Más tarde en un discurso ante la ONU diría: “Estados Unidos con mucha frecuencia ha sido selectivo en su promoción de la democracia”. Y, como buen seguidor de las prácticas totalitarias, atacaría en Estrasburgo, el pasado glorioso de la nación: “han mostrado arrogancia (los EE.UU.) y han sido desdeñosos y hasta burlones” hacia el resto del mundo. Estos ataques de Obama, y los que seguirían, contra su propia nación, parecen salidos de un manual escrito a manos múltiples por los mayores totalitarios de la historia del mundo. Aunque sólo bastaría recordar a Fidel Castro para darnos cuenta de esas similitudes.

Pero en realidad quien se ha mostrado arrogante, desdeñoso y hasta burlón contra su propio pueblo ha sido el Tartufo, o es que ya hemos olvidado aquello de que la gente en sus frustraciones se “aferra a sus armas o a su religión o a la antipatía por aquellos que no son como ellos”, esta “reflexión Obámica” nos revela claramente su desprecio absoluto por la América Profunda, donde es cierto que la gente se aferra a sus armas y a su religión, porque ambas cosas forman parte de su herencia cultural y nacional.

Cuando se refiere burlón a los “anillos de bronce de las costumbres” o a la “sociedad de propietarios”, lo que hace es poner en tela de juicio la legitimidad de la ambición humana de lograr una vida mejor y la felicidad como enuncia nuestra Constitución. Para vergüenza de todos y de nuestra nación, en la Casa Blanca habita un miserable que no cree en el ejemplo que ha sido para el resto del mundo nuestra energía y éxito a través de los siglos. Este impostor, desprecia todo lo que ha hecho grande y excepcional a nuestra nación, y su falta de liderazgo y su odio manifiesto contra el sector privado, unido a su ya conocida costumbre de culpar a cualquier otro que no sea él por sus errores e ineficiencias, han ido erosionando su antigua popularidad y ya, cada día que pasa, más norteamericanos de los que un día votaron por él, comprenden que Barack Hussein Obama, no es de la casta de quienes habitan en la “tierra de los hombres libres y en el hogar de los valientes”.

¡Qué Dios Bendiga en este día y siempre a América y a nuestra bandera!

Nobama
Nueva York, 14 de junio de 2010

3 comentarios:

Reflexiones de Chocolatico Pérez dijo...

Si el Tartufo no se apura con acabar con la Libertad de expresión, vas a acabar con él. Muy buen desenmascaramiento, cada vez son más certeros tus ataques. Y no puede ser de otra forma, es mucho lo que está en juego y el no actúa sólo, es la Marioneta de intereses antinorteamericanos y un cooperante del terrorismo islámico. Despierta América!

Zoé Valdés dijo...

Con un trapo dorada detrás como cortina, de ese dorado muy de ricachón saudí.

Güicho dijo...

Creció sonriendo feliz cada vez que quemaban alguna bandera americana.

No le pidas lirios a la flor de peo.