martes, 18 de noviembre de 2008

El Mercado según Obama o que viva el Socialismo Limón I

Los votantes puede ser que estén llenos de esperanzas acerca del espejismo que representa la futura presidencia Obama, pero hasta el presente ni yo ni los inversionistas lo estamos. Más bien todo lo contrario. Desde que Barack Hussein Obama ganó las elecciones el mercado bursatil ha caído casi todos los días transcurridos desde entonces. Ningún presidente electo en la era de la posguerra ha sido recibido con una rechifla tan audible procedente de Wall Street. El índice de Dow está en caída libre y Nasdaq y S&P 500 por el estilo.

El periódico The Wall Street Journal y otros han etiquetado esta caída como The Barack Market (El mercado de Barack) porque refleja el anuncio de los impuestos más altos sobre todas las cosas; desde las ganancias sobre el capital y dividendos, hasta los ingresos y el incremento de las regulaciones. Sin dudas están en lo cierto, pero se quedan cortos. Habría que decir que la mayoría de los problemas, sino todos, en cualquier recesión o dificultades de índole económica se deben a las políticas demócratas. Esa es la verdad monda y lironda

La esencia de lo que Obama ha prometido para la economía resulta fatal para el mercado bursatil. La amenaza de tasas de impuestos más altas, especialmente en las ganancias sobre el capital y los dividendos, está influyendo en lo que sucede en el mercado accionario y si añadimos las dudas de los inversionistas sobre las políticas demócratas acerca de los sindicatos, el cuidado de la salud y el proteccionismo comercial, no hay por qué sorprenderse de que el mercado esté casi en caída libre. Los precios cada vez más bajos de las acciones reducen, a su vez, el valor neto de las viviendas, golpean la confianza de los consumidores y contribuyen a lo que aparentemente ya se muestra como una “huelga de los consumidores”.

Si el presidente electo quiere tranquilizar a los mercados y, en consecuencia, estimular la economía, debe anunciar que no aumentará los impuestos en un futuro próximo. En lugar de cientos de miles de millones en nuevos gastos gubernamentales y más dinero en efectivo de los contribuyentes para evitar la quiebra de los fabricantes de automóviles de Detroit, esta declaración de que no aumentará los impuestos es un “estímulo” que no costará absolutamente nada al contribuyente norteamericano. La realidad es que en las actuales condiciones del mercado, no habrá muchas ganancias de capital y muy pocas compañías tendrán un superávit en las ganancias para pagar dividendos, por lo que una tasa impositiva más alta sobre cero ganancias producirá cero ingresos en las arcas del Tesoro. Entonces, ¿qué sentido tiene aumentar esas tasas?

Esperanza E. Sotomayor
Los Ángeles, California
18 de noviembre de 2008


Mañana continuaremos con la segunda parte de este artículo que tratará sobre el llamado “rescate a las 3 grandes de la industria automotor”.

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