Joe Wurzelbacher, más conocido como Joe, el plomero, fue el verdadero portagonista del último debate presidencial. Anoche quedó bien claro cuáles son las tendencias que se enfrentan en esta elección y entre las cuáles el pueblo norteamericano tendrá que elegir. De una parte la posición ideológica socialista de la “redistribución social de la riqueza” piedra angular de la decrépita ideología socialista y de otra una economía liberal en un estado democrático. Aquellos que como Joe, el plomero de Ohio, quieren mejorar en la vida a partir de su esfuerzo, tendrán que decidir si quieren darle el fruto de su trabajo a Obama para que él lo redistribuya a toda la sociedad o encargarse de redistribuirla ellos mismos inviertiendo su dinero donde mejor les parezca, no donde el socialista Obama piense que sea mejor. Esa es la gran disyuntiva a la que se enfrentan los que votarán el 4 de noviembre: El estado benefactor, que ya sabemos a lo que conduce, o el estado liberal y democrático, que no es perfecto pero que ha demostrado sobradamente que puede readaptarse y reinventarse de acuerdo con las realidades del momento. Todo lo contrario a lo que sucede con las políticas estatistas de corte socialista que paralizan las economías y en lugar de redistribuir la riqueza, redistribuyen la pobreza a toda la sociedad. Esa realidad fue la que el “ungido” no pudo ocultar detrás de su retórica de frases hechas para apelar a la emoción, que no a la razón. Algo sobre lo que quiénes nacimos en Cuba y vimos destruirse el país, podemos hablar. Sólo hay que ir a Granma y leer entre líneas las últimas reflexiones sobre la crisis económica del liberticida Castro I y establecer las conexiones. Allá el ciego que no quiera ver.
Nobama les recomienda la lectura de un artículo publicado en Libertad Digital.
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1 comentario:
http://www.ibdeditorials.com/CartoonPopUp.aspx?id=254432863424008
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