miércoles, 9 de septiembre de 2009
Borrón y cuenta nueva, Señor Presidente. Esta vez no logrará vendernos gato por liebre
Como ya hemos dicho, las últimas encuestas muestran una significativa oposición a las actuales propuestas contenidas en el llamado ObamaCare, tanto las que ya se han aprobado en la Cámara como las que se discuten en el Senado. ¿No debían el Congreso y el Presidente escuchar al pueblo norteamericano y desechar esas propuestas y comenzar todo de nuevo?
Barack Hussein Obama pronunciará esta noche un discurso ante una sesión conjunta del Congreso para tratar de vender su Reforma de la Atención a la Salud y a pesar de lo que muestran las encuestas como la opinión de la mayoría, según hemos podido conocer de fuentes de toda confianza, el Presidente volverá a presionar por el establecimiento de una Opción Gubernamental en la propuesta de Ley para la reformulación completa del sistema de salud en los Estados Unidos, que es el punto más álgido y conflictivo del debate sobre el tema y que mantiene dividido desde hace meses a legisladores y votantes. Según esas mismas fuentes, esta vez Obama hablará en detalle de qué es lo que él desea que contenga la reformulación del sistema de salud y como hasta ahora, utilizará la expresión retórica de que está abierto a ideas mejores propuestas por los legisladores, en caso de que estos tengan alguna. Obama sabe que existen otras ideas que pueden considerarse y que recibirían un apoyo bipartidista y de los llamados Blue Dogs (Demócratas conservadores), pero al final cuando se las presentan termina diciendo que las descarta porque él ganó las elecciones.
En el fondo, Barack Hussein Obama, no desea escuchar ninguna alternativa al ObamaCare, porque este representa una importante pieza en la Santísima Trinidad que le permitirá ejecutar su Plan de toma de poder absoluto y cambiar para siempre a esta Gran Nación. En Nobama somos de la opinión de que este es un momento crucial y definitorio en nuestras vidas y para nuestras libertades. Si Obama logra amedrentar al Congreso y convertirlo en una marioneta que responda a sus indicaciones, el camino hacia el abismo del Socialismo y el totalitarismo quedará prácticamente abierto y sólo nos quedará la posibilidad de librar la batalla final con nuestros votos en noviembre de 2010. Ese será sin dudas nuestro Álamo.
En ese sentido y como anunciamos, hoy presentamos un extraordinario, lúcido y esclarecedor artículo de la ex Gobernadora de Alaska Sarah Palin, publicado hoy en The Wall Street Journal, al que pueden tener acceso aquí o haciendo clic sobre la imagen si desean leerlo en inglés.
Nobama
Nueva York, 9 de septiembre de 2009
Obama y la burocratización del cuidado de la salud
Las propuestas del presidente darán poderes de racionamiento y de vida o muerte a funcionarios no electos.
Por Sarah Palin
En un artículo que escribió el mes pasado para el New York Times, el Presidente Barack Obama pidió a los norteamericanos que “conversaran uno con el otro y no uno sobre el otro” en la medida que avanzaba nuestro debate sobre la atención a la salud.
Yo no podría estar más de acuerdo con él. Discutamos los argumentos de la otra parte y dejemos que sean los norteamericanos quienes decidan por sí mismos si las propuestas Demócratas deben convertirse en la ley que gobierne la atención a la salud.
Hace alrededor de 45 años, Ronald Reagan dijo que “a nadie en este país se le debía negar la atención médica porque no tuviera suficiente dinero para pagarla”. Cada uno de nosotros sabemos que tenemos la obligación de cuidar del anciano, del joven y del enfermo. Somos más fuertes cuando nos ponemos del lado de los más débiles entre nosotros.
También sabemos que nuestro actual sistema de atención a la salud con frecuencia resulta abrumador para las personas y los negocios, particularmente para los pequeños negocios, con gastos insostenibles. Y sabemos que si permitimos que continúe el gasto en la atención a la salud del gobierno a los niveles actuales, ello serviría sólo para aumentar nuestro déficit ya más amplio que nunca.
¿Cómo podemos asegurar que quienes necesitan atención médica la reciban a la vez que reducimos los costos en la atención a la salud? Todas las respuestas ofrecidas por los Demócratas en Washington descansan en un sólo principio: que el aumento de la participación gubernamental puede resolver el problema. Yo estoy fundamentalmente en desacuerdo con ese principio.
El sentido común nos dice que los intentos del gobierno por resolver grandes problemas, con más frecuencia lo que hace es crear otros nuevos problemas. El sentido común también nos dice que un plan desde arriba que sirva a todos, no mejorará el funcionamiento de un sistema de atención a la salud para toda la nación que comprende la sexta parte de toda nuestra economía. Y el sentido común nos indica que debemos ser escépticos cuando el Presidente Obama nos promete que las propuestas de los Demócratas “proporcionarán más estabilidad y seguridad a cada norteamericano”.
Con todo respeto, los norteamericanos estamos acostumbrados a este tipo de promesa abarcadora desde Washington. Y sabemos por nuestra vasta experiencia que esa es una promesa que Washington no puede cumplir.
Entremos en las especificidades. En su artículo de opinión, el presidente argumenta que las propuestas de los Demócratas “finalmente lograrán poner control a los disparados costos de la atención a la salud”, a través de “eliminar (. . .) el desperdicio y la ineficiencia en los programas federales de atención a la salud como Medicare y Medicaid y en subsidios sin garantías a las compañías de seguros...”
Ante todo debemos preguntarnos primero si podemos creer en ese gobierno que nos proporcionó ese “desperdicio e ineficiencia” y esos “subsidios sin garantías” cuando nos dice que esta vez si hará las cosas bien. La Oficina Congresional del Presupuesto (CBO), que no es partidista, tiene otra opinión. Su director, Douglas Elmendorf, dijo en julio al Comité de Presupuesto del Senado que “en el proyecto de ley reportado no vemos el tipo de cambios fundamentales que serán necesarios para reducir la trayectoria de los gastos federales de salud en una cantidad significativa”.
Ahora, mirando en una sola dirección, el Sr. Obama quiere eliminar ineficiencia y desperdicio: Él ha pedido al Congreso la creación de un Consejo Asesor Independiente para Medicare (Independent Medicare Advisory Council), un grupo de expertos no electos que en gran medida no tendrán que rendir cuentas, encargado con la contención de los costos de Medicare. En una entrevista con el New York Times en abril, el Presidente sugirió que ese grupo, funcionando fuera de los “canales políticos normales”, deberá guiar las decisiones en relación con esos “que aumentan enormemente los costos (. . .) los enfermos crónicos y aquellos que están llegando la final de sus vidas (. . .)”.
Con ese tipo de declaraciones, no en balde muchos de los enfermos y ancianos están preocupados con que las propuestas Demócratas conducirán finalmente al racionamiento de su atención médica a través de... me atreveré a decirlo... ¿paneles de la muerte? Voces dentro del establishment rechazan esa frase, pero para muchos norteamericanos resulta algo muy cierto. Funcionar a través de los “canales políticos normales”, les permitió ser escuchados y como resultado, todo parece indicar que el Congreso rechazará una propuesta mal dirigida que autoriza la consejería para terminar la vida, en este contexto de reducción de costos. Pero el hecho cierto es que todavía las propuestas de los Demócratas, darán poder a burócratas no electos que tomarán decisiones de vida o muerte en asuntos de atención a la salud. Ese tipo de abusiva extralimitación gubernamental es lo que hemos llegado a esperar de esta administración.
Hablando de extralimitación gubernamental, ¿cómo influyen las propuestas de los Demócratas en el déficit? La CBO calcula que la actual propuesta de la Cámara no sólo no reducirá el déficit, sino que en realidad lo aumentará en $239 mil millones (billones) en un período de 10 años. Sólo en Washington un plan que añade cientos de miles de millones al déficit puede ser aclamado como una medida de reducción de costos.
Los efectos en la economía no se limitarán a números abstractos del déficit; esas cifras alcanzarán los bolsillos del norteamericano común. Porque al expandir la cobertura médica sin reducir las tasas de inflación en la atención médica, las propuestas Demócratas tendrán como resultado que los norteamericanos vean reducidas las cifras en sus cheques de pago. Un nuevo estudio de Watson Wyatt Worldwide, realizado por Steven Nyce y Syl Schieber, concluye que si el gobierno expande la cobertura médica mientras continúa aumentando la inflación en la atención a la salud “los costos más elevados conducirían a que los salarios disponibles se redujeran en casi todo el espectro salarial, aunque la reducción sería más profunda para los trabajadores con salarios más bajos”. Salarios más bajos es lo último que los norteamericanos necesitan en estos tiempos de dificultades económicas.
Por último, el Presidente Obama argumenta en su artículo de opinión, que las propuestas de los Demócratas “proporcionará a todos los norteamericanos algunas protecciones básicas al consumidor, las que finalmente exigirán responsabilidades a las compañías de seguros”. Por supuesto que la protección al consumidor parece una buena idea. Y es cierto que las compañías de seguros pueden ser instituciones irresponsables y que no den respuestas, muy parecidas al Gobierno Federal. Esta similitud hace que este cambio de enfoque, parezca sólo un intento de desviar la atención de los detalles contenidos en las propuestas Demócratas; propuestas que incrementarán nuestro déficit, reducirán nuestros sueldos y aumentarán el poder de tecnócratas gubernamentales que no nos rinden cuenta.
En lugar de “soluciones” impulsadas por las encuestas, hablemos de una reforma real de la atención a la salud: orientada al libre mercado, enfocada en el paciente e impulsadas por los resultados. Como han argumentado Michael Cannon y otros en el Cato Institute, dichas políticas incluyen proporcionarle a todas las personas los mismos beneficios en los impuestos que reciben aquellos que reciben cobertura proporcionada por su empleadores; darle a los recipientes de Medicare vales que les permitan comprar su propia cobertura; reformar las leyes de responsabilidad civil, lo que potencialmente ahorraría miles de millones cada año en gastos innecesarios; y cambiar las costosas regulaciones estatales para permitir que las personas puedan comprar seguros más allá de las fronteras de su estado. En lugar de otro plan gubernamental implantado desde arriba, dejen que los norteamericanos tomen control de su propia atención médica.
Los Demócratas nunca han considerado en serio estas ideas, en lugar de hacerlo se apresuran para implantar sus propias controversiales propuestas. Después de todo, ellos no necesitan a los Republicanos para aprobarlas: los Demócratas controlan la Cámara, el Senado y la Presidencia. Pero de aprobarse, las propuestas Demócratas alterarán de forma extraordinaria un gran sector de nuestra economía. Ellas no mejorarán nuestra atención médica. Ellas no nos ahorrarán dinero. E, independientemente de lo que dice el Presidente, no “proporcionarán más estabilidad y seguridad a cada norteamericano”.
Con frecuencia escuchamos ese tipo de promesas exageradas desde Washington. Con los primeros principios en mente y con los hechos en la mano, díganle que esta vez no conseguirá engañarnos.
La Señora Palin, fue la compañera de fórmula del Senador John McCain en las elecciones presidenciales de 2008 y fue Gobernadora de Alaska de diciembre de 2006 hasta julio de 2009.
(Traducción y revisión de Diego Rodriguez-Arche y Aaron Mayer)
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4 comentarios:
Muy preciso, objetivo y valiente el articulo de la Palin, era hora que alquien del primer nivel alzara su voz mientras se este a tiempo. Gracias. Y con vuestro permiso lo enlazo.
En otro orden de cosas, pero siempre en el Nobama. Las noticias sobre las relaciones Cuba-Estados Unidos se precipitan. Ahora la Sra. Blanche Lincoln senadora democrata por Arkansas, acaba de ser nombrada presidenta del poderoso Comite de Agricultura, Alimentacion y Bosques del Senado.
La Sra. Lincoln, en su primera declaracion afirma sin embages: "I've always supported opening up trade with Cuba and I'll continue to do so," she said. "I can't single-handedly make it happen as chairman of the committee,"
Mientras muchos estan mirando por otro lado o haciendo como que no ven, los acontecimientos se precipan a favor del Castrismo.
Amigo Lázaro, excúsenos que antes no comentaramos sobre sus puntos de vista, pero en realidad no hemos tenido mucho tiempo en estos días. Sarah Palin ha sido injustamente calificada de estúpida y muchas cosas más por la Gran Prensa Izquierdista y lamentablemente, muchos con buenas intenciones y que creen en lo mismo que nosotros, han sido influenciados por esta ofensiva contra ella, pero lo cierto es que conserva su influencia en la base natural del Partido Republicano, tanto que anoche Obama se vio obligado a refutar este mismo artículo del WSJ y realmente sin ningún éxito. En cuanto al caso Cuba, tiene usted toda la razón, la ofensiva es brutal para darle legitimidad al régimen y lamentablemente de ello se han hecho cómplices Senadores Republicanos como Lugart y Enzi. Hay otros más, pero están ocultos todavía.
Saludos y gracias por sus comentarios.
Nobama
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