martes, 2 de diciembre de 2008

OBAMA Y GUANTÁNAMO: ¿BUSH DÉJÀ VU? II
¿Quo Vadis, Barack?

Aunque muy lejos de estar convencido, como muchos parecen estarlo, de que Barack Hussein Obama gobernará como un centrista una vez que tome posesión el 20 de enero, no puedo menos que considerar que esa posibilidad es real, pero sería sin dudas una de esas extrañas ocasiones en las que el Cambio parece más bien Continuidad.

No puedo menos que reconocer que los más recientes nombramientos para su futuro gobierno, tanto en su equipo económico como en el de seguridad nacional, parecen más centristas que lo que personalmente esperaba, pero no olvido que el presidente electo será el Jefe, no cada uno de los integrantes de su gabinete, por ejemplo, alguna gente en la izquierda está histérica por su selección de Robert Gates para que continúe al frente del Departamento de Defensa, algo inédito incluso en la sucesión presidencial dentro del mismo partido, pero estos mismos irritados seguidores de Obama, olvidan que cuando el Presidente Bush lo escogió para sustituir a Rumsfeld, Gates estaba en el llamado “Grupo para la rendición en Iraq”, que ha criticado fuertemente las políticas del presidente sobre el tema. Pero el nombramiento de Gates no hizo que Bush suavizara sus políticas, sino todo lo contrario, luego debemos esperar que con Obama suceda lo mismo, a menos que el presidente electo pretenda recrear en nuestro tiempo la Mesa de Pericles, con todos los peligros que ello conlleva para la seguridad nacional.

Sí, habría que aceptar que el recién nombrado equipo de seguridad nacional y la forma en que al respecto se ha expresado Obama, dan la impresión de que la retórica izquierdista que sostuvo durante todas las primarias demócratas, parecen haber cedido terreno ante el Obama más centrista de la campaña presidencial. Pero aquí me asalta la duda de nuevo, ¿por qué la gran prensa de izquierda, en gran medida responsable de su elección, aplaude sus designaciones “centristas”? Si en realidad pensaran que Obama ha cambiado su filosofía de gobernar desde la izquierda debían estar vociferando su frustración. Así, con contadas excepciones sin importancia, hasta la extrema izquierda de la “blogosfera” está tranquila, porque saben, o se imaginan, que tienen a un “compañero de viaje” a punto de jurar como Presidente de los Estados Unidos, por eso en el blog de extrema izquierda Huffington Post, uno de sus escritores no pudo ser más claro: “Él será el presidente que nosotros queremos que sea”. Fuerte. ¿Verdad?

Sin lugar a dudas, Obama ha seleccionado el equipo de seguridad nacional más moderado que un Presidente Demócrata podría escoger. Y ello sucede en una época en la que parecía que los halcones en el Partido Demócrata eran una especie en extinción y lo paradójico es que parecen regresar bajo los auspicios de un presidente electo, héroe de la extrema izquierda contraria a la guerra. El columnista conservador Rich Lowry dijo refiriéndose al tema: “Sí, Dios tiene un gran sentido del humor”. Y no es para menos.

Durante toda la campaña, Obama prometió finalizar la guerra en el 2009, algo que es un imposible. Todavía habla de retirarnos en 16 meses, pero en su conferencia de prensa para anunciar su equipo de seguridad nacional, enfatizó que escucharía a los comandantes en el terreno (eso yo ya lo he oído antes y no dicho por Obama) y agregó que el reciente acuerdo de seguridad con Iraq “nos conduce en la dirección correcta”. Nuestro comandante en el terreno en Iraq, el General Ray Odierno, se opone a la retirada en 16 meses y el Acuerdo de Seguridad entre los EE.UU. e Iraq, proyecta una retirada de las fuerzas norteamericanas en tres años. Pero bueno, ya casi estamos acostumbrados a esta retórica del presidente electo en la que en la oración precedente, niega lo que afirmará en la que sigue.

También durante toda la campaña se dedicó a reforzar la caricatura hecha por la izquierda radical de la política exterior del Presidente Bush, al calificarla de peligrosamente radical que, como sabemos, nunca reflejó la realidad. Tan lejos de la realidad está que una comparación entre los deseos de Bush y los de Obama resulta sorprendente. A saber, Bush quiere que las tropas norteamericanas “regresen con éxito” de Iraq y Obama desea lo mismo. Bush está por un aumento de tropas en Afganistán, Obama también. Bush está por unas fuerzas armadas más grandes, Obama también. Bush ha lanzado ataques aéreos contra Al-Qaida en las áreas tribales de Pakistán, Obama quiere hacer lo mismo. Bush desea cerrar la prisión de Guantanamo, pero las difíciles opciones que presenta el cierre se lo han hecho muy difícil, Obama quiere hacer lo mismo, pero tendrá los mismos problemas. Bush ha hecho tentativas diplomáticas con Irán y a la vez ha hecho la advertencia de que su programa nuclear es inaceptable, Obama ha planteado lo mismo, aunque con mayor insistencia en el aspecto diplomático.

Quizas Obama está simplemente rindiéndose ante las exigencias de la política exterior de los Estados Unidos que hoy se define por una serie de realidades ineludibles: Somos la única superpotencia en un mundo cada vez más peligroso, lleno de enemigos contra los que solamente nosotros tenemos los recursos militares para derrotarlos y lleno también de potencias rivales cuyos intereses difieren de los nuestros.

En cualquier caso, habrá que esperar hasta el 20 de enero para ver que nos trae Barack Hussein Obama en la segunda oración. ¿Será como nos tiene acostumbrados una negación de la primera? ¿O acaso la designación de este equipo de seguridad nacional señala que él piensa desarrollar la más “realista” política exterior de finales del segundo período de Bush? De momento sólo podemos preguntarnos: ¿Quo Vadis, Barack?

Diego Rodríguez-Arche
Nueva York, 1ro de diciembre de 2008

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