Ya pocos se acuerdan de lo que sucedió cuando Hillary Clinton fabricó aquella historia de haber aterrizado en Bosnia “bajo el fuego de los franco tiradores” y de cómo la campaña de su entonces rival Barack Hussein Obama la acusó con razón de “inflar su experiencia bélica”. Quizás tampoco muchos se acuerden de cómo, inmediatamente después de la acusación de Obama, la mayoría de los periódicos y canales de televisión crucificaron a la Clinton por haber tratado de adornar con algunos toques de peligro su visita a Bosnia, y darse así un barniz más acentuado como alguien capaz de ser comandante en jefe.
Pues bien, ahora esa misma gran prensa que crucificó a la senadora por Nueva York por el relato de su aventura en Bosnia, parece haberse contagiado con la pérdida de memoria o padecer del Síndrome de Atención Deficiente, cuando se trata de la campaña Obama–Biden. Resulta que la semana pasada hablando ante la Asociación de la Guardia Nacional el plagiario Biden dijo que achicharraría a su rival republicana Sarah Palin en el debate vicepresidencial del jueves, cuando hablara acerca de la “supercarretera del terror entre Pakistán y Afganistán donde mi helicóptero fue obligado a descender”. Con una mirada acerada y los labios apretados, el heroico Biden continuó su relato de guerra: “Si ustedes quieren saber dónde es que vive Al Qaeda, dónde es que está Bin Laden, regresen conmigo a Afganistán (…) Regresemos al área en la que mi helicóptero fue obligado a descender. Yo puedo decirles dónde es que están”. El auditorio en silencio esperaba la continuación del relato, de cómo Biden y sus acompañantes, un general de tres estrellas y otros dos senadores Chuck Hagel y John Kerry se habían enfrentado a los terroristas, pero quizás por modestia, pensaron muchos en la audiencia, Biden cambió de tema y siguió hablando de otros asuntos.
Lo cierto es que fueron las inclemencias del tiempo, que no los terroristas, lo que en febrero pasado, obligó al helicóptero a aterrizar en medio de la agreste y desolada zona de Afganistán y que los aviones de combate se mantuvieron vigilantes desde el aire mientras un convoy de vehículos de seguridad fue enviado para recoger a Biden y a los Senadores Chuck Hagel y John Kerry, este último declaraba poco después en broma a la AP: “Ibámos a enviar a Biden a combatir a los Talibanes con bolas de nieve, pero no tuvimos necesidad de hacerlo. Aparte de pasar un poco de frío, todo estuvo bien”. ¡Qué decepción Joe!
Pero no vayan a pensar que esta es la única ocasión en que la Gran Prensa se hace de la vista gorda ante una hazaña de guerra del “Mariscal” Biden, no, no es la primera vez. “Comencemos por decir la verdad”, dijo Biden durante un debate de las primarias presidenciales patrocinado por YouTube. “En primer lugar, usted saca todas las tropas, y procure tener helicópteros listos para sacar a esos 3,000 civiles que están en la Zona Verde, donde he estado siete veces y me tirotearon. Lo mejor es asegurarse de tener protección para ellos o dejarlos morir”.
Pero cuando después el periódico The Hill le preguntó acerca del incidente, Biden dio marcha atrás en su afirmación de haber sido “tiroteado” y en su lugar dijo “Yo estaba cerca de donde cayó un disparo”. El senador por Delaware aclaró entonces que algún tipo de proyectil “cayó” en el exterior de un edificio en la Zona Verde donde él y otro senador pasaron la noche durante una visita en diciembre de 2005. Los legisladores se estaban afeitando por la mañana cuando sintieron que el edificio temblaba, dijo Biden. “Nadie se levantó y salió corriendo de la habitación, no se trataba de algo así”, dijo a The Hill. “No se trata de que hubiera tenido a nadie apuntándome con una pistola a la cabeza”.
El resto de la prensa ignoró por completo el incidente porque pensaban que Biden tenía pocas probabilidades de estar en el ticket demócrata. Pero aún después de que el mes pasado, Biden fuera seleccionado como compañero de boleta por Obama, su afirmación de que había sido “tiroteado” no provocó preguntas por parte de los mismos periodistas que clavaron en la cruz a Hillary Clinton por haber expresado algo parecido y que al final resultó que era falso.
¿Sería entonces injusto decir que para la Gran Prensa el objetivo a atacar es la gobernadora Palin y no Biden y que por lo tanto mirará para el lado contrario cada vez que Biden mienta, plagie o diga uno de esos disparates a los que nos tiene acostumbrados?
Les dejamos la tarea de responderse a esta pregunta.
Nobama,
Nueva York, 30/9/2008
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