Hace algún tiempo, el comentarista radial conservador y célebre autor Mark Levin, identificaba 10 pasos que daría Barack Hussein Obama para lograr su propósito de destruir la sociedad norteamericana:
- Reescribir la Constitución y destruir sus muros de contención a través de fallos judiciales y decretos burocráticos.
- Concentrar todo tipo de poder relevante en el Gobierno Federal.
- Anular y reprimir al individuo a través de leyes y atormentándolo de forma permanente.
- Eliminación de la Propiedad Privada a través de un Sistema de Impuestos Confiscatorio y de Regulaciones y librando una guerra permanente contra las Empresas Comerciales y los Empresarios.
- Control de las Instituciones Educativas en todos los niveles y convertirlos en Centros de Adoctrinamiento del Estado.
- Cambiar la composición de la ciudadanía a través de la apertura de las fronteras prácticamente a todo el que llegue y cambiando los requisitos para adquirir la ciudadanía para incluir así de forma mayoritaria a extranjeros ilegales, sin educación y mayormente pobres.
- Destruir las Instituciones Financieras Privadas que son el fundamento de la mayor producción y acumulación de riqueza para la mayoría de la gente que el mundo ha conocido jamás.
- Destruir el Capitalismo y sustituirlo con políticas de redistribución a través de la destrucción de la moneda y su reemplazo con una nueva moneda o reevaluación de la antigua.
- Eliminación de la Soberanía norteamericana a través de arreglos y acuerdos con otros países y las burocracias internacionales.
- Utilización de la Política Exterior Norteamericana no para mejorar la Economía y la Seguridad Nacional del país, sino por el contrario para hacer avanzar la noción de un Gobierno Global.
Y el presupuesto que Obama nos presentó el lunes, no es más que otra vuelta de tuerca en sus propósitos malsanos de destrucción de nuestra Democracia y nuestras Libertades. Este paquidérmico y vampiresco presupuesto se chupará en la próxima década nada más y nada menos que $2 millones de millones (trillones) en nuevos impuestos que saldrán de los bolsillos de los esforzados ciudadanos norteamericanos, no de los ricos o los más afortunados como acostumbra a decir el impostor, sino de prácticamente todos los sectores del espectro social, incluyendo a los trabajadores con el salario mínimo, principalmente hispanos, que serán al final los más perjudicados y como siempre, los más engañados.
Muchos pensaron o quizás tuvieron la esperanza de que Obama y sus secuaces en la Casa Blanca oprimirían el botón de Pausa después del cataclismo de Massachusetts en que perdieron lo que ellos llamaban el “asiento de Ted Kennedy”, a manos del enemigo de los impuestos, del Gran Gobierno y defensor de la Seguridad Nacional y la Guerra contra el Terrorismo, Scott Brown.
“Cafre error” (sic), como dijera una vez un locutor de un noticiero hispano de Nueva York.
Ya hoy está más que claro que, como pensábamos en Nobama, el Gran Timonel que usurpa el 1600 de Pennsylvania Avenue, en Washington, D.C., no iba a permitir que una pequeñez como esa lo detuviera en su agenda de 10 puntos para destruir la democracia.
Y eso es lo que hace en el presupuesto. Bajo su plan, si logra aprobarlo en el Congreso, el Gobierno se quedará, sólo en los próximos dos años con cerca de $500 mil millones de lo que reciban los ciudadanos del país, lo que representa un salto del 13.5%. ¿Y quiénes seremos los desdichados que sufriremos las consecuencias? Casi todos, de una forma u otra.
Y lo más triste es que muchos ni siquiera sabrán qué es lo que está haciendo que el dinero alcance menos que antes, porque en su juego sucio y oculto Obama y compañía, pretenden que al eliminar lo que llaman “las rebajas de impuestos a los ricos” de George W. Bush, no es un aumento importante en los impuestos de todos los ciudadanos. Estén atentos, porque sólo escucharemos hablar de los dos grupos superiores de contribuyentes, quiénes soportan el mayor peso económico de la nación: En la próxima década pagarán sobre lo que ya pagan actualmente, $1 millón de millones (trillón) adicionales. Esa es una noticia particularmente mala para las grandes ciudades como Nueva York, que cuenta con el mayor número en esos grupos de contribuyentes y Los Ángeles, y que, curiosamente, a su vez emplean a la mayoría de los trabajadores que perciben el salario mínimo en sus estados, principalmente trabajadores de habla hispana.
Y la clase media no se salvará de este Armagedón fiscal por mucho que Obama, jure y perjure lo contrario; el desempleo aumentará y el salario real de los que conserven un empleo o puedan seguir operando en forma precaria sus pequeños negocios se verá reducido debido a la fuga de inversiones y a la eliminación de muchas deducciones impositivas de las que hoy existen. Poco a poco, con un paso adelante y dos atrás, como ya hace más de un siglo recomendara Lenin en el Estado y la Revolución, irá apretando la tuerca del socialismo sin importarle si se va de rosca, porque para entonces, según piensa, ya sería demasiado tarde.
Pero hay más, mucho más, enterrado y oculto en la cuasi incomprensible verborrea presupuestaria, como, por ejemplo, un aumento del 33% en los impuestos sobre las ganancias del Capital, no olvidar que el principal estímulo a la inversión son los bajos impuestos en este acápite, por lo que los inversionistas llevarán su dinero allí dónde más les rinda y allí será, no aquí, dónde se crearán esos empleos tan necesarios para hacer avanzar la economía. Y luego están los nuevos gravámenes a los bancos y compañías petroleras que pagaremos quiénes estamos al final del embudo, es decir: We The People, en todo el espectro social, incluyendo a la clase media a la que como decíamos, el Tartufo jura y perjura que no aumentará los impuestos.
Pero bueno, al menos estos nuevos impuestos eliminarán el déficit federal y por ende reducirán la deuda nacional, ¿no es así?
Lamentablemente al pensar así estaríamos cometiendo un nuevo “Cafre error” (sic).
En realidad esto es lo más aterrador y una de las evidencias más claras del cumplimiento de los puntos 7 y 8 en el Manual de Destrucción de la Democracia de Barack Hussein Obama: Mientras a los norteamericanos el Gobierno nos despoja cada día más y más de nuestro dinero en efectivo, ese dinero extra que el Gobierno se embolsilla, ni remotamente se empareja con los nuevos gastos en el Presupuesto y en sus ¿descabellados? Programas de redistribución de la riqueza y cambio de la base económica. Sólo en este presupuesto, los gastos crecen hasta los $3.8 millones de millones (trillones) en 2011, un aumento del 29% en comparación con el año 2008.
De esta forma, el déficit federal se elevará a $1.6 millones de millones (trillones), el más alto de toda la historia de los Estados Unidos y la mayor proporción del Producto Industrial Bruto, 25.4%, desde la II Guerra Mundial. Y esos millones de millones (trillones) de déficit continuarán hasta el 2020, con lo que el déficit al final de la década será de un total de $8.5 millones de millones (trillones), financiados, supuestamente, a través de préstamos.
Los que lo están pensado aciertan: Esto marcará el comienzo del final del dominio mundial de los Estados Unidos en todos los terrenos y todavía este patán tiene el descaro de burlarse de todos cuando asume posiciones de moderación fiscal y dice: “Washington no debe tratar los dólares de los impuestos ganados con su esfuerzo por el pueblo... como si fuera dinero del Monopolio”.
Y hoy mismo, hace sólo una pocas horas, reunido con los Senadores Demócratas, les ordena mantener una posición agresiva para llevar a vías de hecho su agenda socialista y además les ordena que no vean los programas de noticias de la televisión por cable ni lean los blogs, sino que por el contrario salgan de eso que llamó “la cámara de eco” y se coloquen las anteojeras como los mulos y tiren de la carreta sin preguntar, sin dudar y que dejen de preocuparse de lo que le conviene a cada uno para su supervivencia política. En pocas palabras y parafraseando a Kemal Ataturk, les decía a los Senadores: Yo les ordeno morir por esta agenda. Y ciertamente hay que prestar mucha atención a lo que Barack Hussein Obama le dice a sus servidores en el Congreso, porque si recuerdan su ataque a la Suprema Corte en el discurso del Estado de la Unión, sepan que no pasó una semana para que el servil John Kerry, dijera en el Senado que se imponía una enmienda constitucional para dejar de una vez por todas bien claro, que las Corporaciones o Grupos no tienen los mismos derechos de libertad de expresión constitucionales que los individuos. Lo que nos lleva a recordarles el 1er punto del Manual Obámico para la destrucción de América. Ténganlo a mano siempre porque les será muy útil.
Nobama
Nueva York, 3 de febrero de 2010
3 comentarios:
"Un Fantasma recorre Europa, el Fantasma del Comunismo."
Leyendo tu serie de Artículos siempre me viene a la mente esa expresión de Marx, por qué tenía que presentar al Comunismo como algo malo, sería una casualidad? Porque lo es, no fué casualidad.
Lo cierto es que el Fantasma recorre hoy el mundo y además enmascarado. Para mayor desgracia los EEUU quieren tomar la vanguardia con BHO.
Saludos.
Bueno que dice Nobama sobre la visita del guanajo Zapatero a su Genosse Obama?
Saludos afectuosos.
Chocolatico Pérez.
Lo del Guanajo ZParo, como dice Chocolatico Pérez, es que dio grima, qué tipo tan descarado...
Este artículo es brillante, y pensar que todavía quedan tres años de aguante de este esperpéntico personaje.
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