El dictador Fidel Castro, poder real en Cuba, publica hoy una de sus llamadas "Reflexiones" en la que conviven, como le es habitual el cinismo, la incoherencia y la tergiversación histórica. El panfleto comienza con el párrafor que reproducimos a continuación:
"Recuerdo que cuando visité la República Popular de Polonia, en los años de Gierek, me llevaron a Osviecim, el más famoso de los campos de concentración. Pude apreciar los horribles crímenes cometidos por los nazis contra niños, mujeres y ancianos judíos. Eran las ideas del libro Mein Kampf de Adolfo Hitler aplicadas allí. Antes las habían puesto en práctica invadiendo el territorio de la URSS en busca del espacio vital. Los gobiernos de Londres y París en aquellos años azuzaban al jefe nazi contra el Estado soviético".
El cinismo que encierra este comienzo es de tal magnitud que podría pasar a formar parte de un tratado sobre el tema. Que esta sabandija "vieja, boba y melancólica" como una vez le llamó nuestro amigo Raúl Rivero, mencione al Mein Kampf uno de sus libros de cabecera al que no dudó en copiar el final para concluir su famoso alegato titulado La historia me absolverá, resulta, desde todo punto de vista, algo asqueroso. El libro, además, recoge el alegato de Hitler en su defensa ante un tribunal alemán. ¿Coinciencia entre dos genios del mal o plagio descarado?
Nobama
Nueva York, 15 de junio de 2009
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2 comentarios:
La historia me absolverá es calcado de Mei Kempf. Gracias.
Un plagio descarado, y en muchas cosas más, en estructuras, metodologías.
Saludos,
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