viernes, 5 de febrero de 2010

Un “Reich” de 900 años o El fascismo cotidiano (sin permiso de Mijail Romm)


“Se requiere que la revolución bolivariana siga gobernando
Venezuela hasta el año 3,485”
Hugo Chávez Frías
Hasta hace poco, el Duce Bolivariano aspiraba a que su régimen se perpetuara en Venezuela durante 1,835 años más. Lo dijo en un acto público y de inmediato surgió la comparación obligada con los mil años que anunciara Hitler duraría su Tercer Reich. Sin embargo, el pasado martes, cuando celebraba el once aniversario de su primera toma de posesión como presidente y en lo que pareció una predicción un poco más modesta redujo un poco las expectativas y anunció que su revolución bolivariana durará al menos 900 años. En ese contexto, el Mussolini de opereta caribeño llamó a la clase obrera a seguir “dando batalla” para mantener su régimen en pie.

La ampulosa y diarreica verborrea del megalómano autócrata venezolano sólo puede compararse en este contexto con la del auténtico Duce y con la ambición que había tenido el nazismo en plena Segunda Guerra Mundial, cuando postuló la duración milenaria del Tercer Reich.

Ayer, en medio de la represión a los estudiantes que se manifestaban en contra de su dictadura, el Gorila Rojo celebraba su versión tropical del putsch hitleriano de Munich en 1923, con su intento de golpe de estado de hace 18 años. Ayer, el mismo violador, atropellador, liberticida, asesino y demagogo que llamó en la sucia OEA, y fue escuchado y respaldado unánimemente, a “salvar la democracia en Honduras” cuando los hondureños decidieron sacar del poder a su títere para que Honduras no cayera en las fauces del Lebensraum (espacio vital) chavista, decía en una base militar: “Soldados de todas las jerarquías sintámonos hoy más que nunca orgullosos del camino recorrido... 18 años estamos hoy conmemorando, unidos aquí pueblo y fuerza armada, mirando el pasado, conscientes del presente y sobre todo comprometidos con el porvenir, con la revolución socialista que comenzaba entonces el 4 de febrero”.

Los patriotas hondureños resistieron todas las presiones y la confabulación gestada en el Washington del Gran Timonel Barack Hussein Obama, y evitaron así que Chávez pudiera implantar su agresiva política expansionista en toda centroamérica; su Neuordnung (Nuevo Orden), en el que la llamada Revolución Bolivariana y el Socialismo del Siglo XXI adquirirían el papel hegemónico, dejando a Costa Rica y Panamá a la merced del Duce apócrifo de Miraflores y de su mentor de La Habana. Algún día esos países y los que hoy están todavía sometidos a la influencia chavista, tendrán que reconocer que en Honduras se salvó su libertad.

Como el nazismo, la Revolución Bolivariana y el Socialismo del Siglo XXI chavista parecen tener su Weltanschauung (concepción del mundo) milenarista en la que, al igual que en la Alemania de Hitler, se proclama que “el judío” está entre el origen de todos los males y forman parte inseparable del Weltfeind (el enemigo mundial) al que llaman Imperio contra el cual, al igual que el Nacionalsocialismo, el Socialismo del Siglo XXI debe luchar sin descanso. No hace mucho, en su discurso de navidad en 2005, Hugo Chávez, decía: “El mundo tiene para todos, pues, pero resulta que unas minorías, los descendientes de los mismos que crucificaron a Cristo, se adueñaron de las riquezas del mundo”. Ni más ni menos que el antiguo mito de la concentración de la riqueza y por consecuencia lógica de la concentración del poder, que ya es un clásico del imaginario antijudío. ¿Por qué será?, me pregunto ¿que todos los populistas con ínfulas mesiánicas totalitarias la emprenden contra el pueblo judío e Israel? ¿Por qué será que los judíos son siempre culpables a menos que demuestren lo contrario?

Llama la atención, como los “ilustres demócratas” latinoamericanos y europeos y la administración norteamericana colocan una enorme lupa y una gran carga de amenazas sobre el recién inaugurado Gobierno democráticamente electo en Honduras, para que “se reinserte en el camino democrático que abandonó el 28 de junio” y sea reconocido por el resto de América Latina y mientras se hacen de la vista gorda con el Fascismo cotidiano del régimen de Caracas.

¿No resulta asqueante? ¿No es una vergüenza que hoy en la primera plana de muchos periódicos de los Estados Unidos y del mundo su “excelencia” el Subsecretario para Asuntos Latinoamericanos de los Estados Unidos, Arturo Valenzuela, se congratule por la cooperación lograda sobre Haití con la dictadura asesina de La Habana?

Y ayer, mientras la libertad de expresión y de reunión eran pisoteadas en Venezuela y el Duce de Opereta celebraba su fallida intentona golpista gorilesca de hace 18 años. Por acá, en Washington, se celebraba el tradicional Desayuno de Oración en el que Barack Hussein Obama, nos decía una oración media arenga de la teología de la liberación, medio reivindicaciones populistas y un famoso Liberticida, Presidente del Gobierno Español, para más detalle, recitaba a medias un versículo bíblico mal aprendido.

Y hoy, mientras trataba de organizar estas ideas de pronto me asusté al comprender que si en medio de la oración Obámica de ayer, hubiera aparecido en el salón el fantasma de Nietzsche gritando: ¡Dios ha muerto! Me habría parecido lo más natural del mundo.

UPDATE: Recomendamos el artículo de Adolfo Rivero Caro, El carnicero en Venezuela. También de Carlos Alberto Montaner, El matón patriótico, publicados ambos en El Nuevo Herald.

Diego Rodriguez-Arche
Nueva York, 5 de febrero de 2010

3 comentarios:

Isis dijo...

Alucinante, querido Nobama. Es un tonto, sin embargo es astuto, desgraciadamente.
Saludos afectuosos,

Reflexiones de Chocolatico Pérez dijo...

Un retrato de La Crisis de La Izquierda actual,por uno se llega a todos. Lo más triste es el papel que está desenpeniando El Gran Timonel, porque son precisamente los EEUU los que han desempeniado en su Historia el papel de defensores de La Libertad, y ver ahora como se une a Dictadores y pretende acabar con las libertades en su propio país...

Saludos.

Zoé Valdés dijo...

Es por eso que me arrepiento de haber dicho en alguna ocasión que Chávez es un loco, no lo es, es un cuerdo muy peligroso, fascista como Fidel Castro, lo que está probado. Del Gran Timonel ni hablemos, parece salido de la serie Oz.